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Varapalo para el Valencia. Tras horas -con una noche incluida- de tensa espera, el TAD ha dictado... para condenar al equipo de Baraja a jugarse la permanencia sin la grada de animación. El útimo estamento al que podía acudir el club para recurrir la sanción del Comité de Competición tras los insultos racistas puntuales a Vinicius el pasado domingo ha desestimado la cautelar. Por el momento, el club se queda con la reducción del cierre parcial de cinco a tres partidos dictada este viernes por Apelación. De forma paralela, el encuentro ha sido declarado de alto riesgo por parte de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia.
Esto implica más fuerzas de seguridad y un dispositivo más férreo ante un partido que se celebra en plena recta final de la jornada electoral, a una hora del cierre de los colegios. Además, se espera la llegada de centenares de aficionados del Espanyol, que agotará en Mestalla sus opciones de salvarse.
Precisamente llama la atención la celeridad de los comités para sancionar al Valencia, cuando sigue pendiente el castigo al club de Cornellà por la invasión, justo desde su grada de animación, cuando los jugadores del Barcelona celebraban el título de Liga. Por este motivo, el Espanyol no ha cumplido aún castigo alguno y, por ejemplo, el encuentro ante el Atlético se celebró con el aforo al completo.
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Con esta sanción, la ley impide al Valencia reubicar a los 1.580 aficionados que habitualmente acuden a la Grada Mario Alberto Kempes y desde la cual se oyeron los insultos racistas contra Vinicius. Estos hechos ya han sido judicializados y los tres jóvenes identificados han pasado a disposición del magistrado, que los ha citado a declarar.
De forma paralela, el Valencia se puso en marcha enseguida con sus servicios jurídicos con el objetivo de que la grada no estuviera clausurada este domingo. Nada más conocer el cierre parcial de cinco partidos por parte del Comité de Competición, que además impuso al club una multa de 45.000 euros, se sucedieron reuniones con los abogados propios y con consultores habituales de la entidad blanquinegra. Desde el inicio se estableció la intención de ir asta las últimas consecuencias, incluso a través de la vía justicia ordinaria, con destino Tribunal Supremo: esto supuso, por ejemplo, que el Sevilla no tuviese que acatar un cierre parcial del Pizjuán hasta el pasado Viernes Santo por unos hechos que venían de 2017.
Ante esa jurisprudencia y el caso del Espanyol aún por sancionar, la sensación del Valencia es de indignación por una forma de proceder de los comités que no tiene precendentes en España. El club ha mostrado su repulsa frente al racismo y ha subrayado por diferentes vías que su afición no es xenófoba. Además, dada la trascendencia del encuentro de este domingo, se quería contar con todo el estadio, donde el equipo ha cosechado más de las dos terceras partes de los puntos conseguidos en la presente Liga. Se recibió con cierta frialdad el dictamen de Apelación, que redujo de cinco a tres los partidos de clausura parcial y de 45.000 a 27.000 euros la cuantía de la multa. Este estamento, no obstante, desestimó la cautelar, por lo que el el Valencia fue raudo a elevar un nuevo recurso al TAD. Ahora este estamento, pasado el mediodía de este sábado, ha emitido un fallo que se esperó durante toda la tarde del viernes, dando carpetazo a la posibilidad de que la Grada Mario Alberto Kempes esté poblada este domingo.
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