«El valor nominal de cada acción del Valencia ha caído en un año de 6 euros a 1 euro y desde que Lim llegó en 2014 de 24 euros a 1 euro». La reflexión, del abogado Pablo Delgado, refleja la devaluación extrema que van a sufrir las nuevas acciones de la entidad controlada por Meriton que se van a poner en circulación tras la aprobación en la Junta del próximo 12 de diciembre, gracias al rodillo accionarial de Lim, de una triple operación financiera destinada a esquivar –por tercera vez en cuatro años– la quiebra técnica. Si se suscriben las dos ampliaciones al completo el capital social del club contará con 2.396.978 nuevas acciones, con un valor nominal de 1 euro cada una de ellas (las de las ampliaciones aprobadas en 2021 era de 6 euros por acción) y elevará el número total de títulos de la sociedad a 8.183.828. Es decir, si se suscribe el 100% del capital (con 16 euros de prima de emisión por acción) el 29,3% de las acciones tendrán un valor nominal de 1 euro. Lim conseguirá volver a esquivar la causa de disolución pero esquilmando un poco más el valor del club y, a la vez, el poco aire que tienen los pequeños accionistas. Si se suscriben todas las acciones en esa doble ampliación, el número mínimo para asistir a la Junta de 2023 pasará de las 5.786 que se exigirán como mínimo para tener voz y voto en la que se celebrará el 12 de diciembre a los 8.183 a partir del próximo año. Un muro social.
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Delgado valora el ‘modelo acordeón’ que propone Meriton, el de reducir el capital social y aumentarlo después con una doble ampliación "como una operación que atiende generalmente a un propósito de saneamiento financiero y de reintegración del capital. A través de la reducción de capital, la sociedad restablece el equilibrio entre el capital y el valor del patrimonio neto y enjuga las pérdidas acumuladas, mientras que con el aumento recaba nuevas aportaciones y reconstruye con ellas su patrimonio".
Una vez explicado el mecanismo de ingeniería financiera que se va a volver a aplicar para que la auditoría de Ernst & Young vuelva a certificar que el Valencia es una "empresa en funcionamiento", es decir que cumple el principio básico por el cual la gestión de la misma continuará a lo largo de un periodo mínimo de doce meses aplicable al nuevo ejercicio contable, el abogado valenciano tiene claro que cuando una empresa (sea deportiva o no) recurre cada ejercicio a este tipo de prácticas está abocada a una solución drástica, la horquilla de o encontrar nuevas vías de financiación para volver a tener números negros y no rojos (desde que Meriton controla las cuentas del Valencia sólo se dio beneficios en un ejercicio) o traspasar la sociedad: "La reducción y ampliación de capital es causa de un desastre de gestión, pérdidas y abandono. Desde la crisis financiera de 2008 lamentablemente hemos actuado sobre muchas empresas que han refinanciado o reestructurado su deuda. En una compañía normal y trasladando una situación idéntica a la que tiene el Valencia, es el modelo donde ya aconsejas al cliente tras este tipo de pérdidas, que cierre, disuelva, liquide... porque cada vez que subes la persiana pierdes dinero". Desde este lunes, los accionistas pueden solicitar la documentación con las cuentas.
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