La venta de Maxi Gómez como prioridad en el Valencia

A mes y medio para que termine el mercado de fichajes, el Valencia de Meriton sigue sin encontrar una oferta importante que le permita hacer caja con las tres perlas que tienen el cartel de transferibles (Guedes, Soler y Gayà) por una situación económica tan extrema que –a falta de conocer el mecanismo que utilizará el club para sortear la situación– le ha vuelto a colocar al borde de la quiebra técnica al terminar el cierre contable de la temporada 21-22 con el récord de pérdidas en sólo curso desde que Peter Lim es el máximo accionista. Layhoon Chan reconoció que será una cifra cercana a los 50 millones, lo que asoma de nuevo al club a la causa objetiva de disolución. Hace un año también se llegó a esa situación, tal y como acreditó la auditoría firmada por Amparo Ruiz Genovés, y ese peligro se solventó en el presente ejercicio con la recapitalización de los créditos que Lim tenía con la entidad vía ampliación de capital.

Aunque no lleguen ofertas de venta por sus estrellas, la obligación del Valencia de reducir la carga salarial de su plantilla se mantiene. Su situación no es sólo alarmante por las pérdidas sino por una agujero cíclico en el que seguirá metida la entidad en la temporada 22-23 puesto que no disputará de nuevo competiciones europeas (supone una media de 50-60 millones de ingresos el participar) y el gasto de su plantilla sigue superando ampliamente su límite de Fair Play, que tras el último mercado de invierno se situó en 57,75 millones. Hay un dato, tremendo, que lo explica todo. El coste, entre salario y amortización, de dos jugadores que ya no tienen el cartel de titulares como son Cillessen y Maxi Gómez supone una cifra cercana al 35% del total del coste de plantilla inscribible para el club. Algo insostenible y que la LFP, tras el plazo de demora que ha dado a todos los clubes por los efectos de la pandemia, va a empezar a vigilar a partir de enero de 2023. Por todo ello, mientras no lleguen ofertas por las estrellas, la prioridad del Valencia, tal y como ha podido confirmar este periódico, es quitarse el lastre de fichas que son inasumibles.

Los agentes de Maxi Gómez y Cillessen son conocedores de la situación y, dado que el mercado ha comenzado a moverse con los delanteros, el objetivo a corto plazo es encontrar una buena venta del uruguayo. En los dos primeros amistosos de pretemporada, Gattuso ha dejado claro que Marcos André va por delante en la rotación, a lo que hay que añadir piezas como las de Castillejo o Hugo Duro. El Valencia hizo por Maxi Gómez el último gran desembolso de Meriton en el mercado, pagando 30 millones al Celta en 2019. Con dos temporadas aún de contrato, al club le quedan por amortizar 12 millones de su fichaje. Esa es la cifra mínima por la que está dispuesto a sentarse la entidad de Mestalla a negociar. Más allá de encontrar una plusvalía que permitiría aumentar el Fair Play, liberarse de la amortización y de una de las fichas más altas de la plantilla (como ocurre con Cillessen que tiene una amortización pendiente de 8,5 millones para el curso 22-23) sería un alivio contable importante.

El único fichaje con coste en lo que va de mercado –que de paso ha consumido el poco caudal que le quedaba al club del remanente de CVC destinado a reforzar la plantilla– es un buen ejemplo de ese cambio de guion. Hugo Duro ha firmado un contrato por cuatro temporadas, con una amortización de 1 millón por cada una de ellas. La sexta parte del coste en ese apartado de Maxi Gómez en cada una de las dos campañas que le restan de vinculación o casi la novena de lo que cuesta la respecto Cillessen.

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