Así ha quedado el bingo de Valencia arrasado por el incendio
Peter Lim saludando en una de sus primeras visitas a Mestalla como máximo accionista del club JESÚS SIGNES

Lim vuelve a empezar de cero cinco años después

Meriton, obligado a remodelar el proyecto tras despedir a Marcelino | El empresario, que cumple su quinto aniversario al frente del club, tendrá que reconstruir tanto la parcela deportiva como la social como ya ocurriera con las salidas de Salvo y Rufete

Toni Calero

Valencia

Lunes, 21 de octubre 2019, 23:03

El 24 de octubre de 2014, un imponente mosaico teñido de naranja y azul daba la bienvenida en Mestalla a Peter Lim. El gigantesco 'benvingut' que vestía al campo, los cánticos en la Avenida de Suecia y el arrollador paseo del empresario, el hombre que llegaba a sanar al Valencia, formaron parte de la liturgia bautismal de Lim como nuevo jefe del club blanquinegro. Esa noche, el claro triunfo ante el Elche fue lo de menos: tan sólo el colofón a una jornada histórica para la entidad. Layhoon Chan se sentaba en la sala de prensa de Mestalla para garantizar que el proyecto de Meriton iba en serio, muy en serio. Y para largo. Desde aquellos momentos de pura expectación e incertidumbre han pasado cinco años en los que el Valencia ha avanzado más bien poco respecto a las contingencias que metieron al club en un callejón y en lo deportivo se han alternado temporadas notables (tres clasificaciones para Champions), campañas impropias de la historia del club blanquinegro y un logro importante como la Copa del Rey.

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El título, la Copa, e incluso la clasificación para la Champions estaban muy recientes cuando este proyecto marcado por el binomio Marcelino García Toral-Mateo Alemany saltó por los aires. Y así camina Meriton y como obvia consecuencia el Valencia, en un volver a empezar tras el despido del entrenador asturiano y la decisión de rescindir al director general. Los detalles no guardan mucha relación con lo sucedido en el verano de 2015, pero sí la obligación de Lim y compañía de reconducir el proyecto. Entonces cayó el ejecutivo que había contribuido decisivamente a la llegada de Meriton –Amadeo Salvo– y también los hombres fuertes de la parcela deportiva: Rufete, Ayala y Salvans. Los cambios abrieron una larga etapa de decisiones (empezando por la apuesta en Gary Neville) que sumieron al equipo en una crisis casi imposible de atajar. Después de dos temporadas a años luz del compromiso de Meriton (ser de Champions todos los años), la llegada de Alemany y la posterior apuesta por Marcelino ayudaron a normalizar lo puramente deportivo para que el Valencia encadenara dos buenos cursos, éste último brillante.

El despido de ambos, junto al del director del Área Deportiva, Pablo Longoria, ha descabezado la parte más relevante de un club de fútbol. Para el banquillo se confió en Albert Celades y el resto está por ver. "Vamos a gestionar primero la salida de Mateo y luego haremos cosas con tranquilidad", explicó el presidente, Anil Murthy, quien recordó haber estado "siete veces" este año en Singapur, donde se reúne periódicamente con Lim para pasar revista a la entidad. En ese discurso no quiso concretar Murthy los fichajes que se van a realizar para volver a ocupar los despachos de la sede del club y la ciudad deportiva de Paterna. Es decir, si se apuesta por un director general que asuma los temas de calado social más el entramado deportivo o bien se suple la figura de Mateo Alemany y además llega alguien para cubrir la baja de Pablo Longoria. Luis Fernández, Carlos Suárez y Robert Fernández son tres de los nombres que han sonado para integrar el proyecto.

A Murthy, por cierto, le está tocando lidiar con su primera gran crisis institucional. Sin la posibilidad de personalizar en Lim puesto que el dueño lleva tiempo sin aparecer por Valencia, el enfado y la incomprensión de la grada de Mestalla se centró en la figura del presidente, cuyos flagrantes errores han ido empujando aún más del atolladero. Después de asegurar que no realizará más gestos al respetable, a Murthy sólo le quedan unas cuantas semanas para ponerse cara a cara con los accionistas del Valencia en la junta anual. El encuentro, pese a la considerable salud del primer equipo, se prevé difícil.

En esta segunda reconstrucción que afronta Meriton desde su aterrizaje, se antoja imprescindible que Lim acierte con la figura del director general. Esencialmente porque aún son los muchos frentes abiertos –más allá del fútbol– que Alemany había asumido. Empezando por el proyecto de Mestalla, en el que el balear formaba parte del grupo de trabajo que se reunía con ADU Mediterraneo, la cooperativa que asumió el plan para urbanizar las parcelas del actual campo. De la consecución del proyecto y la venta de las pastillas pasa el traslado al estadio de Cortes Valencianas, el principal problema de la administración Meriton. Lim firmó el compromiso pero no la obligación de finalizar las obras del campo e incluso Layhoon llegó a admitir que el asunto había entrado en una fase de 'standby' ante la imposibilidad de dar con una solución y el inmovilismo de Lim en cuanto a la compra de las parcelas del campo de la Avenida de Suecia. La inauguración del nuevo Mestalla, apuntada por Meriton, Salvo y Aurelio Martínez para la temporada del centenario de la entidad, sigue sin producirse.

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En principio, cuando se concrete el despido de Alemany se acelerarán los fichajes en la estructura. Y los nuevos responsables deberán aplicarse para subirse rápido al proyecto –en plena competición– y en buscar nuevas vías de ingresos para ir reduciendo en la medida de lo posible la deuda (unos 500 millones de euros) que las cuentas del club arrojaron en la junta de accionistas del año pasado.

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