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El gol de Waldo que pobló Mestalla de pañuelos

El túnel del tiempo ·

El primer tanto del brasileño ante el Granada, de una absoluta genialidad, fue recordado durante años. Luego anotó dos más para el equipo que dirigía Mundo

paco lloret

Sábado, 5 de marzo 2022, 01:16

Quienes estuvieron en Mestalla aquella tarde hablaron de ese gol durante años. En aquella época, el testimonio oral glosaba los acontecimientos extraordinarios, un relato que atrapaba a quienes lo escuchaban ensimismados. El maestro Jaime Hernández Perpiñá incluyó en su libro de la historia del club ... valencianista honores al lance e incluyó la imagen del momento: Waldo batió la puerta del Granada tras una astuta genialidad. Aquel recordado tanto abrió el marcador, después vinieron dos más, ambos con la firma del delantero brasileño, el héroe de aquel partido, el gran protagonista de la tarde en un Mestalla que se pobló de pañuelos. Sucedió en la novena jornada de la temporada 66-67. En los banquillos de ambos equipos se sentaban dos entrenadores vascos, amigos y compañeros del legendario Valencia de los años cuarenta; Mundo en el local y Eizaguirre en el visitante. El exdelantero y el exguardameta de aquel equipo 'bronco y copero' fueron testigos del triplete de Waldo Machado da Silva.

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El encuentro se enfilaba hacia el descanso sin novedades en el marcador. A pesar del claro dominio local, los andaluces se defendían con orden. De la nada surgió la jugada que cambió el partido, una acción en apariencia inofensiva, que acabó en el primer gol. El balón se hallaba en poder de Manolín, portero del Granada, que se disponía a sacar. El cancerbero no se apercibió de la presencia de Waldo que permanecía al acecho. Confiado, Manolín se recrea en el bote de la pelota antes de ejecutar un saque largo. De repente, Waldo aparece como un felino, se la arrebata limpiamente y maniobra sin oposición hacia la portería desguarnecida. El gol es celebrado a lo grande; la astucia del ariete y la ingenuidad del portero escenifican un contraste de imágenes entre el alborozo de la grada que, según las crónicas, estaba atestada de aficionados. Los pañuelos aparecieron como muestra de admiración.

Waldo inauguró el marcador y dejó tocado al rival. En la segunda mitad llegaron dos goles más, ambos llevaban su firma, el primero de falta directa, un obús que superó la barrera por un lado y que entró como una exhalación. Manolín ni se movió. Cuando se dio cuenta, el balón ya estaba dentro de su portería. Aún no se había cumplido el cuarto de hora de la reanudación. Ovación de gala por la espectacularidad del lanzamiento del golpe franco en la portería del 'Gol Xicotet', el fondo norte de Mestalla. Esa suerte era una de las especialidades de Waldo, un maestro consumado por la potencia y colocación que imprimía. Después, a ocho minutos para la conclusión, se completó el triplete realizador con un gol de cabeza. Hubo oportunidades para alguno más que se materializó. El Valencia se impuso por 3-0 al Granada la tarde del domingo 13 de noviembre de 1966. Una jornada completa porque, gracias a ese resultado y al empate del Real Madrid en San Mamés, el Valencia alcanzó el liderato, compartido con los del Bernabéu, pero con mejor diferencia de goles.

Aquella fue la mejor temporada de Waldo. El carioca logró el trofeo Pichichi al firmar 24 goles en 30 jornadas ligueras, a los que se sumaron 8 tantos en la Copa y otros 4 en competiciones europeas entre los que destacan los dos que marcó en el 'Pequeño Maracaná' de Belgrado ante el Estrella Roja y que valieron el triunfo por 1-2 y la clasificación para la siguiente ronda de la Copa de Ferias. Esa campaña se cerró de la mejor manera posible, con la brillante conquista de la Copa. Waldo llegó al cénit de su rendimiento, tenía 32 años y venía de superar una grave lesión el ejercicio anterior después de una entrada alevosa del defensa barcelonista Torres. A partir de la campaña 67-68, su rendimiento descendió.

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El triplete goleador ante el Granada fue el último de su carrera. Unas semanas antes, en el partido ante el Sabadell que concluyó el aplastante resultado de 6-1, ya había conseguido otro. La portería del conjunto arlequinado estaba defendida por el valenciano Pepe Martínez, compañero suyo unos años antes. Waldo sólo logró un triplete en desplazamiento, en el Carlos Tartiere de Oviedo, cuando el conjunto de Mestalla se impuso por 1-4 con Pasieguito de entrenador y Martínez de portero. Su mayor gesta goleadora fue la consecución de cuatro goles en un par de ocasiones, la primera tuvo lugar en el choque liguero ante el Barça de la campaña 61-62, la de su incorporación a la entidad. Esa tarde el Valencia se impuso por 6-2, con Pesudo de portero del equipo blaugrana. La segunda fue ante el Real Oviedo en un duelo saldado con un marcador espectacular: 8-1, Guillot logró otros tres y Navarro completó la cuenta.

Aquel gol logrado por Waldo se ha visto en muy pocas ocasiones, probablemente, el más recordado fue el logrado por Tamudo en la final de la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid celebrada en Mestalla en el año 2000 para desesperación de Toni, portero rojiblanco. Casualidades de la vida, la acción tuvo lugar en la misma portería donde lo consiguió Waldo 34 años antes.

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