Wilmar Cabrera, el uruguayo que ahora torea en plazas más pequeñas

Wilmar Cabrera siempre será recordado en el Valencia por su increíble debut en el Mestalla. El montevideano aterrizó en la capital del Turia, trayendo consigo la esperanza que la afición y el conjunto necesitaba, debido a que el club estaba atravesando una crisis importante. Venía del Club Nacional de Montevideo donde le vieron crecer como deportista en su cantera y se educó como futbolista antes de cruzar el charco. Asimismo, con este club, conquistó la Copa Intercontinental en 1980 donde coincidió en la plantilla con Victor Esparrago. El conjunto del Turia pagó más de 60 millones de pesetas por tenerlo entre sus filas. En ese momento sonaba disparatado pagar esa cantidad por un jugador en los tiempos tan hostiles que corrían, pero era necesario reforzar las líneas de ataque y Cabrera era la única excepción a los fichajes realizados ese año para hacerlo.

Su debut en el Valencia fue mejor que bueno. Cabrera era consciente de la falta de goles que había y que su papel era meterlos para poder sacar al Valencia adelante. Se le llamaba el 'toro' por su corpulencia y al ser un delantero, tumbaba a los defensas como bolos cuando hacía sus jugadas para llegar a la portería contraria. En su primer partido, logró hacer un hat-trick contra el Hamburgo, el que era actual campeón de Europa. Todo parecía mejorar y empezar a ir sobre ruedas, sin embargo, llegó la vuelta de Navidad y la selección uruguaya reclamó su asistencia y estuvo ausente del Valencia durante dos meses en los que su presencia era más que necesaria para ayudar a mantener al equipo. La segunda temporada que hizo con el club valenciano, fue incluso peor que la primera. La crisis empeoró y los impagos eran cada vez más frecuentes y para más inri, Cabrera volvió a ser convocado por la Federación Uruguaya y al volver el conjunto del Turia ya había bajado a segunda división. No obstante, el montevideano tuvo suerte y no tuvo que jugar en segunda ya que fichó por el Niza.

Cuando terminó su trayectoria futbolística en Europa, fichó por el Club Deportivo Mandiyú de Argentina donde jugó al lado de muchos compatriotas uruguayos. Al año siguiente fichó por un equipo de México, el Club Necaxa, antes de volver a su país al club que lo vio crecer, el Club Nacional de Montevideo. Allí consiguió ganar la Liga del año 92. A continuación, fichó por otros equipos de Uruguay y finalmente en el año 96 colgó las botas en el Juventud de Las Piedras.

Tras su trayectoria como jugador, Wilmar Cabrera se puso al mando del River Plate de Montevideo como entrenador en categorías inferiores. A partir de entonces, comenzó a dirigir equipos de Uruguay en Primera División hasta que decidió retirarse de los terrenos de juego para siempre. Actualmente trabaja para la Secretaría Nacional del Deporte donde da cursos en la ONFI (Organización Nacional del Fútbol Infantil).