Zorío: «Todos hemos cometido errores en el pasado pero es hora de estar unidos»

–¿Por qué no dice ni la constructora ni el banco que trae?

–Porque no le voy a enseñar el camino a nadie y porque si Lim quiere conocer la oferta, tiene que firmarme la LOI y darme esos cinco meses de exclusividad. No voy a decirle es 'si tú necesitas pasta, hay determinada gente que estaría dispuesta a ponerla'.

–¿No es empezar ya el camino de forma enrevesada?

–Esto es muy largo, empezó hace seis años. El primero que planteó cuando llegó que esto no iba a funcionar fui yo. Y cuando salí a advertirlo me pegaron leches por todos lados.

–Lim ya le rechazó una primera intentona tiempo atrás.

–Lo hice cuando él era dios en esta ciudad y me dijo: 'oiga está muy bien pero para comprarme la empresa con mi dinero, no me hace falta usted'. Llegó luego un fondo árabe… por este despacho han pasado de todos los estilos y de todas las nacionalidades pero los árabes sí que pusieron el dinero en un banco. Le presentamos una oferta y nos pidió 450 millones, esto es público. Del resto que han pasado: rusos, chinos, americanos... nadie ha sido capaz de garantizar el dinero. Hace año y medio vi ya que nadie va a venir a comprar y es cuando busco una solución al nuevo y al viejo estadio. Me he reunido con todo el mundo.

–¿Con quién?

–No puedo decirlo. Si me reúno con una entidad financiera, a ésta no le gusta que lo digas porque el Valencia es cliente suyo. Hay que llevar muchísimo cuidado. Todo el mundo que tiene que conocer esta operación, le aseguro que la conoce.

–Me está incluyendo a Bankia.

–Están incluidas las entidades financieras, ellas conocen los actores que hay detrás: banco y constructora. Con todo el trabajo hecho, le dije que le ofrecía 248 millones a pagarle en cinco o seis años, el mismo periodo que pagó a Bancaja en su momento. Y me dice que no, que no va a financiarme la compra. Que cuando el dinero esté en el banco y lo vea, es posible que diga que sí.

–¿Cree que es el momento?

–Cuando firme para ver la oferta tendré un mes para enseñarle el dinero. Luego haremos la Due Diligence. Tengo interés en ver lo que dice el auditor y miedo por si descubre más deuda de la que parece, y si me encuentro lo que me ha dicho en la junta vale, pero si pasa lo de Laporta en el Barcelona, que es un desastre, tendremos que ajustar la oferta. No voy a ser el enterrador del Valencia ni tampoco el salvador de Peter Lim. Esto no se hace para sacar a Lim y hacerme con el control. Si el proyecto no lo podemos llevar a cabo porque el club está muerto, saldremos a decirlo. Habrá que empezar de cero.

–Ya han dicho que no vende.

–No pasa nada. El Valencia está en una situación tan delicada que el club tiene por primera vez el reconocimiento de que debe hacer la ampliación porque está en causa de disolución. No sabemos aún el presupuesto de esta temporada pero ya adelanto que las decenas de millones de pérdidas serán superiores a las del año pasado. Y eso se va a tener que compensar con otra ampliación. Lim tendrá que decidir en diciembre si quiere meter dinero o vender.

–¿No le ha hecho variar esa negativa de venta su hoja de ruta?

–Voy a seguir. El siguiente paso es citarme con el alcalde y con el presidente de la Generalitat si me reciben. Lo haré con absoluta transparencia y me acompañarán tanto Pablo Delgado como Vicente Roig, el empresario valenciano que me está ayudando. Le diremos al alcalde que no hay ningún constructor detrás, que no queremos ninguna recalificación, sólo un proyecto que permita poner en marcha el nuevo estadio en tres años y que el Valencia recupere las acciones.

–¿Qué pretende en lo personal?

–Tengo una espinita clavada desde que estuve dentro porque ni soy mejor ni peor ni más listo que nadie, pero aprendí el Valencia en lo económico como si fuera mi casa. El Valencia tiene unas posibilidades tremendas como empresa y se han desaprovechado. Gracias al Atlético y a Miguel Ángel Gil me ha ayudado a modificar muchas cosas en las que yo estaba equivocado.

–¿En qué cosas?

–Con el nuevo estadio. Estuve tres veces con la empresa que él contrata como gestor del Wanda. Se puede conseguir financiación entre veinte y treinta años y con un tipo de interés entre el 2,5 y 3,5%'. El Atlético ha solucionado un problema que tenía aún más grave que el del Valencia ahora. Lo único que quiero es darle esa solución, devolver el club a los valencianistas, terminar el dichoso estadio y que, después, los propios socios elijan a su presidente.

–Ya dejo claro que quería serlo.

–Claro, porque el proyecto lo presento yo y en quien confía el banco y la constructora es en mí. Cuando esté inaugurado ese estadio, en la siguiente junta donde ya estén repartidas las acciones, ellos decidirán quién es.

–¿Cree que su imagen de cara a la sociedad valencianista es de verdad creíble?

–Eso ha cambiado muchísimo. El fútbol mueve muchos intereses de comunicación. De la dichosa carta... en el año que estuve metí 300 millones en contratos de televisión y esponsorización al Valencia. Si no se terminó el estadio entonces es porque a los dirigentes de Bancaja y de la Generalitat de aquel momento no les interesó. Querían que otra gente dirigiera el club. La gestión durante ese año fue modélica.

–¿A pesar de no vender las famosas parcelas?

–No se vendieron porque ya le he dicho que había gente que no le interesaba y lo que querían es que se fuera gente como Miguel Zorío. Tampoco voy a estar defendiéndome de lo que ocurrió ni atacando a los que vinieron después. Todos hemos cometido errores en el Valencia pero ahora es el momento en el que debemos estar todos unidos.

–Pues hay otros colectivos que no comparten su estrategia.

–Cada uno lleva su estrategia. La Curva, por ejemplo, ha anunciado su desaparición pero hicieron una manifestación que fue muy importante; los de Libertad quieren su 5%, apoyo total; los de Torino quieren ir por la vía judicial, apoyo total también; pero todos debemos convencer a este hombre de que se tiene que ir. La gran diferencia de otros y yo es que este hombre si no cobra por lo menos lo mismo que ha puesto no se va a ir.

–Quizás el aficionado piensa que con usted es volver a un pasado con grises y claros.

–Si vamos a pedir un cartel de no haber cometido ningún error en toda la vida, es difícil que algún valenciano solucione esto. Además, los valencianos tenemos la costumbre de dispararnos a nosotros mismos. No he visto mucho interés por ahí en averiguar cómo se le vende a Meriton el Valencia cuando tenía un capital inferior a 100.000 euros y con esa empresa son capaces de pagar 194 millones por el club. Lim hace muy bien el milagro de los panes y los peces. Los valencianos, y yo soy de pura cepa, somos de crear y quemar... vamos a unirnos todos por una vez.

–Su imagen pesa...

–Yo cuando salí del club parecía el Palleter, que queda muy bien pero palmó. Antes iba a las juntas y la gente abucheaba, hasta que en una le dije a Layhoon que no había defendido al Valencia tras un partido contra el Barçacuando los gestos de Luis Suáres y Messi. Ahí me aplaudieron y me di cuenta de que esto estaba cambiando. Yo puedo caer bien, mal o regular, pero me he buscado la vida para solucionar los problemas y encima a democratizarlo.

–¿Estuvo en la recepción a Lim el día de la alfombra roja?

–Sentí vergüenza ajena porque nos habían vendido casi al estilo de lo del Newcastle ahora. Se mintió más que se habló. El enemigo del valencianismo es aquellos que les han mentido con el gran proyecto. Espero que todos apoyen al único proyecto que por ahora hay y que pone dinero.

–Murthy puso en boca de un político la siguiente frase: 'Necesitábamos que vinierais vosotros –Meriton– para dar al club una identidad valenciana'.

–El relato de Lim ha calado. Nos ha venido a decir que los valencianos somos culpables de lo que ha ocurrido y 'he venido yo y os he salvado'. Recuerdo haber trabajado con Juan Lladró, que hace ya años quería hacer una inversión en Valencia de 10.000 millones de pesetas. Se fue a ver al presiente de la Generalitat y le dijo: 'Si quieres me rasgo los ojos y me hago japonés, así me haréis un poco de caso'.

–¿Cuántas llamadas de apoyo o de crítica ha recibido?

–Todas de apoyo. En la rueda de prensa me emocionó la presencia del presidente de las peñas, del presidente de la Asociación de Futbolistas, de los vecinos, el presidente de Les Corts, diputados de Ciudadanos, Manolo Mata y Sandra Gómez que no pudieron estar, María José Catalá que tenía pleno, el presidente de la Cámara de Comercio... esto nace, sin voluntad de ir a la guerra, es de toda la sociedad.

–Morera ahora es su amigo pero hace años, por cuestiones con Urdangarín, se convirtió en uno de los grandes azotes de Zorío.

–Independientemente de la ideología de cada uno, todos se dan cuenta que el Valencia es la segunda institución.

–¿Ha hablado con Anil?

–Con todo el respeto hacia el cargo, Anil no tiene ningún poder de decisión en este tema. Si hay alguien en Valencia que no le interesa que se venda el club a los valencianistas es a Anil, que perdería su puesto de trabajo.

–¿Es el peor presidente de la historia?

–Los tres que ha tenido Meriton. No hace falta ir a datos económicos ni sociales. De los últimos 24 años, sólo siete el Valencia no está en Europa, y cinco corresponde, al periodo de Salvo, Layhoon y Murthy.

–¿Con Salvo tiene contacto?

–Apenas, sentí vergüenza el día de la manifestación cuando Salvo se quiso quitar de en medio, cuando él fue uno de los dos responsables de traer a Lim.