¿Cómo combatir el síndrome postvacacional?

Volver a la rutina después de un largo periodo vacacional suele ser bastante complicado además de suponer un repentino cambio para el organismo. Al Síndrome Postvacacional cada vez se le está otorgando mayor importancia en la sociedad, aunque aún no está aceptado como enfermedad.

El comienzo del curso escolar o la reincorporación al trabajo pueden producir irritabilidad o alteración, entre otros síntomas. Esto se debe al esfuerzo que conlleva este regreso a las obligaciones acompañado, en algunas ocasiones, de falta de motivación. A continuación, te detallamos cuáles son las señales de este síndrome y algunas recomendaciones:

Para poder hablar de este tema primero es necesario saber qué es este síndrome. Pues bien, es un concepto que se refiere a la ansiedad o a la presión emocional a la que se enfrenta un ser humano al readaptarse a a sus obligaciones tras un período vacacional. Este estado afecta a miles de personas en todo el mundo, pero como hemos dicho antes, a día de hoy no está considerada una enfermedad, y uno de los motivos es por la diversidad de opiniones de los expertos.

A favor están los que creen que una enfermedad es cualquier problema que afecta a la salud de una persona y en consecuencia a su calidad de vida. De lo contrario, hay otros que piensan que este síndrome se trata solo de un estado de ánimo pasajero y breve que aparece durante la adaptación a la vida activa.

El Síndrome Postvacional afecta a una gran cantidad de personas y todas ellas necesitan un tiempo de adaptación de entre 24 horas y un mes. Los síntomas que se pueden sufrir son muy diversos y variados, te dejamos algunos para identificarlos:

- Tristeza.

- Insomnio.

- Ansiedad.

- Apatía.

- Taquicardias.

- Sensación de ahogo.

- Fatiga.

- Palpitaciones.

- Irritabilidad.

No obstante los expertos avisan que no hay que alarmarse ante estos síntomas, ya que sentir algo de lo anteriormente mencionado es normal. En caso que esas sensaciones persistan durante más semanas, es recomendable acudir al médico.

A pesar de que a veces, en muchos casos, sentir esos síntomas es inevitable, desde Las Provincias te dejamos algunas recomendaciones para volver a la rutina de la mejor manera:

- Respetar las horas de sueño: Durante las vacaciones las horas de dormir suelen ser muy diferentes, por ello es recomendable empezar a dormir un par de días antes de comenzar el trabajo 8 horas para ir regularizando el ritmo del sueño.

- Regresar unos días antes de las vacaciones: Esto es recomendable para ir adaptándose progresivamente a los hábitos y comenzar con las rutinas.

- Realizar deporte y actividades de ocio: Otro punto importante para aliviar la ansiedad o la vuelta a la rutina es hacer algo de deporte al día. También dedicar un tiempo a actividades de ocio que te gusten te ayudarán a desconectar del agobio de los primeros días.

- Evitar comidas pesadas: Durante las vacaciones la mayoría de personas suelen alimentarse mal, por eso se recomienda volver a la rutina y evitar alimentos pesados además de beber mucha agua.

- Ser positivo: Este punto es algo más complicado, pero es necesario para evitar la ansiedad y el estrés. Hay que enfocarse en los aspectos positivos de volver al trabajo, como ver a tus compañeros de profesión de nuevo.

Recuerda que las vacaciones sirven como motivación para que los trabajadores y trabajadoras vuelvan a sus puestos de trabajo con ganas y descansados.

El remedio para este tipo de estados, es la prevención. Las vacaciones proporcionan una gran libertad y descontrol al ser humano. Es por eso que mantener cierto horario durante ese tiempo vacacional, nos permitirá seguir con cierto biorritmo. También es recomendable una vuelta progresiva a la rutina para que el regreso a las obligaciones no resulte tan catastrófico ni agobiante.

Los niños también son propensos a padecer este tipo de síndrome. La vuelta al cole, los exámenes y madrugar son factores que afectan a los niños directamente, por eso es recomendable facilitar su adaptación a su nueva etapa estudiantil:

- Animar a los niños y motivarles.

- Trasmitir positividad y tranquilidad.

- Proporcionar seguridad.

- Prevenir el Síndrome Postvacacional.

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