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YOLANDA VEIGA
Viernes, 3 de febrero 2023, 07:57
La super organizada Marie Kondo tiene la casa... ¡desordenada! Con el icono japonés del orden 'fuera de juego' (alega que la llegada de su tercer ... hijo le ha hecho reorganizar sus prioridades), nos ponemos a ordenar nuestro piso, ya un poco más relajados, claro. Oihane Cantabrana, organizadora profesional de espacios, nos orienta con trucos y propuestas que no exigen grandes cambios. ¿A que no se le había ocurrido doblar los calcetines en vertical en lugar de hechos una bola para tardar menos en ponérselos?, ¿y sabe lo que elimina de ruido visual guardar los bolsos con las asas para dentro o ponerle una goma a los cables de los cargadores del móvil y otros gadgets?
Cantabrana da un margen amplio: 18 meses. «Si no has usado esa prenda en el último año y medio, que ya han pasado dos temporadas completas, es muy probable que no la uses ya», señala la experta, que acaba de publicar 'Ordénate la vida' (ed. Zenith). «Un truco sencillo para saber si estás usando una prenda o no es colocar toda la ropa del armario con el garfio de la percha hacia afuera. Cuando nos pongamos una prenda y la devolvamos al armario la dejaremos con el garfio hacia dentro, que es como normalmente se deja. Pasados esos dieciocho meses, miraremos cuántas perchas siguen con el garfio hacia afuera». Esas serán las que no hemos usado en todo este tiempo y ya solo queda empezar a retirar ropa para hacer hueco.
¿Se te 'desparraman' los cinturones y ocupan mucho? La especialista nos da un truco: meter la punta del cinturón por la hebilla (en el sentido contrario a como vas a meterla al atarlo) y hacer un rollito con toda la correa hacia la parte interior. «No se desenreda».
Si no suele mezclar juegos de cama diferentes, una manera sencilla de guardarlos es «meter cada sábana bajera y su encimera dentro de la propia funda de almohada».
Es un hueco normalmente infrautilizado y en cada casa alberga objetos dispares. Una idea: «Deben guardarse cosas que se usen con poca frecuencia. Por ejemplo, apuntes y libros de estudio que queremos conservar, sacos de dormir para ir de acampada en verano, cosas de la playa, ropa de esquí y ropa de fiesta...», sugiere Cantabrana.
Las copas son un poco latosas de guardar, además de delicadas. «Para ahorrar espacio, intercala una copa boca arriba y otra boca abajo». Ojo, al cogerlas, claro. Y las tazas de café «una encima de otra, aunque quede menos bonito que cada una con su platito».
Nos lo han contado mil veces, así se ordena una nevera: «En los cajones del piso de abajo, las frutas y las verduras frescas. En el segundo piso, carne y pescado crudos porque es el sitio más frío de la nevera y eso siempre ayuda a evitar el desarrollo de las bacterias. El tercero es el más apropiado para guardar la comida que vas a calentar después y para los táperes con sobras. Y el último es perfecto para la comida que luego no necesita ser cocinada, como las bebidas, los yogures o los gazpachos», recuerda Cantabrana.
Queda raro, sí, y es poco práctico, pero asegura la especialista en orden que este modo de organizar la biblioteca proporciona relax a la vista. «Si en lugar de colocar los libros con el lomo hacia afuera, de manera que se vea el título, lo colocamos al revés, con el lomo hacia la pared, lograremos eliminar el ruido visual al quedar la estantería 'bañada' de los tonos claros, beige y blancos de las hojas. Escribir un índice en una hoja y guardarla dentro de un libro nos ayudará a encontrarlos».
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