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Desayuno de domingo con... Kabir Bedi: «Me he casado cuatro veces porque creo en el amor. Soy monógamo sucesivo...»

Punjab, la India (1946). Estudié Historia y fui reportero de radio en Nueva Delhi. Me llegó la fama en Europa cuando interpreté a Sandokán. Publico mi libro 'Historias que debo contar'.

Viernes, 23 de Junio 2023, 10:30h

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Presenta Historias que debo contar (Amok Ediciones), ¿hay muchas otras que no deben saberse?

Kabir Bedi. Muchísimas más, pero he hecho una condensación para que el libro tuviera 300 páginas y no mil. He escrito la vida emocional de un actor.



XL. ¿Qué lo ayudó a ser Sandokán: su cuerpazo, su voz o su intensa mirada?

K.B. ¡Jajaja! Todo a la vez, pero también el valor del director de la serie (Sergio Sollima) al darle a un actor desconocido en Europa ese papel.

«El divorcio no es fácil y nadie lo quiere, pero estoy orgulloso de ser amigo de todas mis ex. Tengo una foto de Navidad con todas ellas juntas»

XL. Cuenta que no vino a Europa con un pan bajo el brazo, que se tuvo que pagar hasta el billete de avión… pero Sandokán se llevó de vuelta toda la panadería.

K.B. Es verdad que no tenía mucho dinero al venir y que aquí conseguí la fama que me llevó a América, a trabajar en Se ha escrito un crimen, Dinastía, Belleza y poder… Pero también cometí errores estúpidos que me llevaron a la bancarrota por hacer malas inversiones.

XL. Descendiente del fundador del sijismo, hijo de madre británica budista y de padre filósofo comunista… ¿En qué cree?

K.B. En que una conciencia creó el universo y que todos somos parte de esa conciencia, pero soy sij por mi familia.

XL. Usted puede ser lo que quiera: de niño vivió en un monasterio budista y practicó la meditación con un gurú. Fue amigo de los hijos de Indira Gandhi (responsable de la destrucción del gran Templo Dorado sij, con más de 500 muertos). Sus padres lucharon contra los ingleses. Y, luego, usted trabajó con James Bond… ¿Hay que tener amigos hasta en el infierno?

K.B. Mis padres eran unos idealistas. Mi madre era británica, luchó por la independencia y luego abandonó a la familia para hacerse monja budista. Su historia es como la de Mariana y Sandokán. Y ser el primer actor indio que trabajó con James Bond fue apoteósico.

XL. ¿Qué tal resistía las tentaciones?

K.B. Oscar Wilde decía: «Puedo resistir todo menos las tentaciones» [ríe]. Pero yo las resistía mejor que Bond; si no, me habría divorciado muchas veces.

XL. ¡Bueno! Se ha casado cuatro veces, ¿es muy enamoradizo o difícil de aguantar?

K.B. Siempre he creído en el amor, no me interesaba ligar sin más. La intención es que el matrimonio sea de por vida. Si no lo creyera, no seguiría casándome [ríe]. Soy monógamo sucesivo [sonríe]. El divorcio no es fácil y nadie lo quiere, pero estoy orgulloso de ser amigo de todas mis ex. Tengo una foto de Navidad con todas ellas juntas. Mi actual mujer me ha dado, al fin, el amor que estaba buscando.


«Tres huevos fritos con sal y pimienta negra, dos cruasanes con mantequilla y mermelada, una ensalada de lechuga y tomate y, dependiendo del día, café o té».