![La inspiradora historia del hermano de Ashton Kutcher con parálisis cerebral](/xlsemanal/wp-content/uploads/sites/5/2023/02/la-historia-del-hermano-gemelo-ashton-kutcher-cine-actor-hollywood4.jpg)
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Miércoles, 15 de Febrero 2023
Tiempo de lectura: 7 min
Cómo he podido tener tanta suerte?», se preguntaba Ashton Kutcher. Se lo preguntaba hace unos días en un programa de televisión pero lo ha hecho toda su vida. «Mi hermano nació con una lesión cerebral, luego sufrió un trasplante de corazón, después un coágulo en la sangre... Y yo no». Ashton se confesaba en el programa The checkup with Dr. David Agus de Paramount + al hablar de la relación con su hermano gemelo Michael que padece parálisis cerebral. El actor de El efecto mariposa, a sus 45 años, reconocía que esta circunstancia lo persiguió durante años.
Su perspectiva cambió cuando, a los 20, se mudó de su Iowa natal a Nueva York para trabajar como actor y modelo: «Mike vino a visitarme, se quedó mirándome y me dijo: 'Cada vez que sientes lástima por mí, me haces de menos. Esta es la única vida que he conocido, así que deja de sentir pena por lo único que tengo'».
¿Como es, entonces, que no hayamos oído hablar del hermano de Ashton hasta ahora? En realidad, la decisión es del propio Michael y de una discusión de 2003 que los mantuvo unos años distanciados. Pero antes de aquello, los hermanos eran inseparables.
Con tan solo cinco minutos de diferencia, los dos Kutcher nacieron el 7 de febrero de 1978 en Cedar Rapids, Iowa. Misma edad, mismo apellido, pero con una disparidad que cambiaría todo: Michael nació con una leve parálisis cerebral y miocarditis que estuvieron a punto de provocarle la muerte.
El actor de innumerables comedias románticas explicaba en la primera entrevista junto a su hermano hace unas semanas que su madre desconocía por completo que estuviese embarazada de gemelos debido a la falta de precisión de las ecografías de la época. De hecho, los padres de ambos, Diane y Larry, se llevaron una gran sorpresa cuando, de forma inesperada, Michael llegó a sus vidas con tan solo un kilo y 800 gramos, mientras Ashton superaba los cuatro kilos.
En el momento del parto, los médicos no confiaban en la supervivencia del segundo Kutcher, pero finalmente lo logró a pesar de sus problemas de salud. El crecimiento de Michael fue lento al mismo tiempo que la parálisis se hacía más notable. Esta enfermedad, producida por una lesión en el cerebro, afecta, en el caso de Michael, a la movilidad, la audición y el habla, aunque en un grado leve. «A los tres años, mi madre se dio cuenta. Veía a Ashton desarrollarse a un ritmo mucho más rápido que yo», se sinceraba Michael.
A pesar de ello, Diane y Larry intentaron que los dos creciesen en un entorno familiar donde se sintieran iguales. Los padres siempre transmitieron a Michael que debía confiar en si mismo y ponían el foco en ensalzar el resto de aptitudes del niño. Ashton adoptó un papel protector; era su máximo apoyo ante las dificultades a las que se enfrentaba con sus compañeros en el colegio.
Pero sus padres se separaron cuando ellos eran adolescentes y ambos hermanos vivieron una etapa de confusión y conflicto. Ashton tuvo problemas escolares y hasta fue detenido por un intento de robo en la escuela. Se refugió en el deporte y pronto empezó a dar sus primeros pasos en el mundo de la actuación, pero aquella etapa no fue nada fácil.
El momento más dramático se produjo cuando Ashton tenía 13 años e intentó tirarse por el balcón del hospital donde estaba ingresado su hermano. Su padre evitó la tragedia en el último minuto.
Michael había sido diagnosticado de un problema cardíaco derivado de su corazón –de un tamaño demasiado grande– y requería de un trasplante urgente para sobrevivir. Tan solo tendría cuatro semanas de vida si no encontraba un donante. Afectado por esos duros momentos, Ashton se planteó sacrificar su vida por la de su gemelo: «Tomad mi corazón», les dijo Ashton a sus padres. «Y lo dijo con sinceridad –rememoran estos–. Tenía muchas ganas de dárselo a su hermano».
No hizo falta, contra todo pronóstico, apareció un donante y Michael se recuperó. Aunque, dos años más tarde, un coágulo lo hizo pasar de nuevo por el quirófano en otra cirugía a corazón abierto.
En la etapa universitaria, Ashton comenzó a estudiar Ingeniería Bioquímica, quería curar la enfermedad de su gemelo. Terminó la carrera pero nunca llegó a ejercer; enseguida su trabajo como modelo resultó sobradamente rentable.
Y fue ahí cuando los hermanos se distanciaron. Michael se sintió celoso de él y su reconocimiento público y les pasó factura en su relación. «Hubo un momento en el que vi que él recibía más atención que yo y eso me llevó a sentirme celoso», reconoce.
Pero el verdadero distanciamiento se produjo en 2003 cuando Ashton, que ya era un actor famoso, habló por primera vez frente a las cámaras de la enfermedad de su hermano. Aquello provocó que ambos se separasen durante dos años. Michael ha explicado ahora lo que sucedió: «Estaba muy enfadado. Yo nunca había hablado sobre la enfermedad». Según él, le había dejado claro antes a su hermano que no quería que su situación fuese pública y Ashton no respetó ese deseo. Con el tiempo, ha cambiado de opinión.
«Me hizo el favor más grande que podía haber hecho por mí. Estaba listo para contar mi historia y sabía que, gracias a mi gemelo, tendría un gran alcance», afirma Michael, que ahora reside en Colorado y trabaja en Cerebral Palsy Foundation como portavoz de esta organización de parálisis cerebral, además de ser asesor de otra organización centrada en las personas afectadas por discapacidades físicas e intelectuales.
Ashton también ha tenido sus propios problemas de salud: hace tres años sufrió un episodio de vasculitis, una enfermedad autoinmune. «Tuve deficiencias auditivas, visuales y problemas de equilibrio. Me recuperé por completo, pero tengo suerte de estar vivo».
Casado con la actriz Mila Kunis (con quien tiene dos hijos) el actor asegura que, a pesar de la experiencia, de la que tardó un año en recuperarse, no va a permitir que lo tumben los desafíos de la vida. Según contó él mismo, ver los obstáculos como retos superables puede ser hasta divertido. «Cuando lo asumes, empiezas a navegar por encima de tus problemas en lugar de vivir debajo de ellos».
Ashton Kutcher no ha sido el único famoso en presentar a un hermano con parálisis cerebral. Nicolas Hamilton, el hermano del piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton, nació con el mismo daño cerebral y pasó toda su niñez y adolescencia en silla de ruedas. Después de años con intensas sesiones de fisioterapia y esfuerzo personal, comenzó a andar con 17 años. Desde entonces ha logrado hacer realidad su sueño: dedicarse al mundo automovilístico. Empezó conduciendo con un simulador y en 2011 debutó en la Supercopa Seat Leon. En algunas carreras, ha sido el primer participante con discapacidad. Además, ha creado la primera academia de carreras del Reino Unido para conductores con discapacidad. Es consciente de sus limitaciones, pero no se detiene: «Cuando sea demasiado peligroso correr, me detendré. Pero ahora es mi vida. Quiero asumir más desafíos y seguir contando mi historia».
Una de las figuras públicas que más hizo por situar bajo los focos la parálisis cerebral fue el ex primer ministro británico David Cameron. Su hijo mayor, Iván, padecía parálisis cerebral severa y un extraño tipo de esquizofrenia. El pequeño, que requería de cuidados constantes y especiales por la gravedad de su estado de salud, falleció a los seis años a causa de su enfermedad, pero el niño formó parte de la vida pública de Cameron con igual presencia que el resto de sus hijos. Cuando murió en 2019, el político conservador compartió esta emotiva foto en redes.
Telmo Irureta se ha convertido en un referente de la batalla para 'normalizar' la parálisis cerebral. El actor de 34 años, galardonado con el Goya a Actor Revelación por su papel en La consagración de la primavera, lleva en silla de ruedas desde los dos años. Irureta fue diagnosticado de parálisis cerebral tras sufrir una encefalitis. A pesar de ello, estudia Magisterio y Pedagogía y ha desarrollado su sueño de ser actor. Todavía resuena su discurso al recoger el Goya: «Nosotros también existimos, nosotros también follamos».