Los agricultores del Comtat denuncia robos en sus huertas

Los agricultores del Comtat están hartos de los robos que se producen en sus huertas y campos, principalmente durante los fines de semana. El auge de las rutas por la montaña y el senderismo propician que los bancales queden más expuestos a toda la gente que transita, lo que acaba con destrozos y hurtos en la producción, según denuncian.

En Benimassot, Abel Giner ya denunció esta situación meses atrás, aunque no es el único. Este productor es uno de los pocos agricultores jóvenes que quedan en la comarca del Comtat y que vive de ello. Entre las parcelas de Giner, los almendros son la parte esencial, y pese a que los pequeños daños en el campo son perceptibles, es una mal menor comparado con la Xylella, una enfermedad que lleva arrastrando desde hace varios meses y que las políticas de erradicación le han condenado a ver cómo arrancan cientos de sus almendros.

A pocos kilómetros, en la capital del Comtat, Emilio Fernández, es otro agricultor que ve en su huerto una afición que le ha llevado toda su vida a alimentarse de todo aquello que ha cultivado, sin embargo, los hurtos son “algo más común de lo que parece” y añade que no es ninguna novedad, pues “siempre ha habido”. Fernández asevera que el hurto se produce en cualquier temporada del año y “siempre” es gente que aprovecha su paseo por el campo para acercarse a “coger” algunas hortalizas.

En su caso, Fernández ha acabado cambiándose de huerta por varios motivos, aunque la nueva parcela, confiesa, “está cercada”. El coste para instalar un vallado u otros sistemas que impidan el paso directo es uno de los principales motivos para que la mayoría de terrenos no cuenten con ningún tipo de protección al respecto, pues, al fin y al cabo, no hay un beneficio económico detrás de esa pequeña producción que pueda brotar. No obstante, esto también permite frenar a los jabalíes, un animal muy abundante en la zona y que deja un rastro a su paso con destrozos en la cosecha.

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