Imagen de un ave rapaz muerta en una torre del tendido eléctrico LP

Los ecologistas alertan del daño medioambiental que causará la central fotovoltaica de Benifallim y Penáguila

En sus alegaciones denuncian del impacto que el proyecto tendrá sobre el territorio y el paisaje así como sobre la fauna aviar de la zona

Nicolás Van Looy

Alcoi

Miércoles, 13 de julio 2022, 15:37

El uso de energías renovables no sólo se ha convertido en una de las principales armas con las que cuenta la sociedad para hacer frente a los efectos de la emergencia climática, sino que también se antoja como uno de los pilares fundamentales para minorar el impacto de la actual crisis energética derivada, entre otras cosas, de la invasión rusa de Ucrania.

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En la Comunitat Valenciana la energía solar se ha convertido en una alternativa muy realista a las fuentes de energía tradicionales, pero la creación de grandes plantas generadoras en distintos puntos del territorio no está exenta de controversias, tal y como demuestran las alegaciones presentadas por la Colla Ecologista La Carrasca, y apoyadas por Ecologistas en Acción, a la creación de las centrales fotovoltaicas Benifallim I y Benifallim II y que, según los denunciantes, ocuparán una extensión de 18 hectáreas entre los términos de Benifallim y Penáguila.

El colectivo La Carrasca, que ha presentado un escrito ante el Servicio Territorial de Industria, Energía y Minas de Alicante, subraya los efectos positivos que se derivan del uso de las energías renovables y, en concreto, de la solar, especialmente en lo que se refiere a “la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la descarbonización de nuestra sociedad”, pero también advierten los ecologistas de que estos “no pueden ser excusa para cerrar los ojos frente a los impactos medioambientales negativos que también tiene”.

En ese sentido, apuntan a los “residuos generados al terminar su vida útil, la fragmentación del territorio, la ocupación de terrenos agrícolas, la afección a la avifauna o los impactos paisajísticos” y por ello alertan de la urgente necesidad de abordar “una ordenación racional que evite una nueva burbuja especulativa y proteja dos bienes básicos que están amenazados” por este tipo de iniciativas y que los ecologistas centran tanto “en el suelo como en el paisaje”.

Una afectación que, aseguran, podría ser comparable “en cierto modo a la que ha sufrido el litoral mediterráneo con su casi total urbanización”.

En el caso del proyecto de las plantas de Benifallim I y Benifallim II, los ecologistas afirman que el mayor impacto del mismo será el derivado de la construcción de una línea eléctrica de ocho kilómetros que permitirá llevar la energía generada por las placas solares hasta la subestación del polígono industrial Santiago Payà de Alcoi y que atravesará “toda la partida del Regadio, el pinar de Assensi y el Conjunto Histórico del Molinar”.

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Lejos de oponerse al fomento del uso de energías renovables en general y de la fotovoltaica en particular, los ecologistas reclaman que se priorice “una opción que social y ecológicamente es más sostenible como es el autoconsumo fotovoltaico, la generación distribuida, los proyectos municipales de comunidades energéticas locales y de cooperativas de producción eléctrica” frente a centrales como las proyectadas en Benifallim.

Además, las alegaciones presentadas al Servicio Territorial de Industria, Energía y Minas de Alicante, denuncian, tal y como explican los responsables de La Carrasca, “la falta de un auténtico estudio de alternativas de ubicación”, llegando a asegurar que “lo presentado sólo incluye la alternativa elegida y, para cubrir el expediente, una alternativa de ubicación absurda y directamente inadmisible, que básicamente se situaría sobre el mismo espacio físico pero que además ocuparía una vía pecuaria y destruiría dos importantes yacimientos arqueológicos del neolítico, declarados Bienes de Relevancia Local”.

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Según su versión, el proyecto de la central que se ubicará en Benifallim y Penáguila tampoco cuenta con “un auténtico estudio de alternativas para la línea eléctrica y en ningún momento se justifica por qué razón debe llevarse la electricidad producida hasta el polígono Santiago Payà de Alcoy, situado a ocho kilómetros de la planta fotovoltaica, mientras que se descarta la conexión a las líneas eléctricas que están mucho más cerca”.

Para La Carrasca y Ecologistas en Acción, esa falta de justificación es “inaceptable”, sobre todo si se tiene en cuenta que “el principal impacto ambiental del proyecto es justamente la línea de evacuación aérea de la energía, que afecta muy negativamente al paisaje y, sobre todo, la avifauna protegida”.

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En ese sentido, alertan de que buena parte del espacio que atravesaría la nueva línea eléctrica corresponde a áreas defendidas y utilizadas para los procesos vitales de especies de aves rapaces altamente protegidas que nidifican en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Serra de Mariola y de la Font Roja.

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