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J. Segura
Alcoy
Jueves, 24 de junio 2021
Los vecinos de la urbanización Finca Terol de Tibi esperan impacientes la regularización de una parte del millar de casas construidas que aún no ... están en el catastro, así como el resto de elementos que permitan urbanizar sus calles. El Ayuntamiento de la localidad aseguró este mes que seguirá adelante para conseguir la aprobación de los planes de Urbanización y Reparcelación, ya redactados tras salir a concurso hace más de una década, además del Plan Parcial, aprobado por la Generalitat Valenciana en 2020.
Para ello, el consistorio deberá contratar a un equipo técnico la aplicación de las modificaciones de acuerdo con los informes sectoriales del Plan Parcial. Este proceso debió haberse ejecutado con la primera contratación, no obstante, la demora en los plazos ha arrastrado a la urbanización hasta la situación en la que se encuentra ahora.
Estos proyectos supusieron un desembolso de 3.000 euros por vivienda para juntar un total de tres millones de euros, un importe superior al de los aproximadamente 2,6 millones de la licitación que implicaba también la ejecución de las obras. Sin embargo, la asociación de vecinos Finca Terol se muestra escéptica y pide la fijación de plazos y una mayor transparencia, tanto por parte de la institución municipal, como de la comunidad de propietarios, pues denuncian un «ocultismo« que impide conocer los datos de cuánto falta por pagar, dado que no todos los vecinos han aportado su parte correspondiente.
Desde el Ayuntamiento responsabilizan tanto a gobiernos anteriores, no interesados en la continuidad del planeamiento, como a la propia administración autonómica, por exigir continuas modificaciones que provocaron que la aprobación del Plan Parcial tardara cinco años, desde que en diciembre de 2015 el gobierno municipal lo aprobara provisionalmente, junto al resto de proyectos.
Tibi cuenta en su término municipal con diversas urbanizaciones, entre ellas la Finca Terol, un emplazamiento con vistas a la sierra del Maigmó donde las casitas que empezaron a construirse hace cuatro décadas han visto que con el paso de los años ya superan el millar, aunque algunas todavía se encuentran en situación irregular o con licencias de obra paralizadas, asegura la secretaria de la asociación, Encarni Pérez, quien también califica de «dejadez» que sigan sin alumbrado público y las calles de tierra acumulen grandes charcos cuando llueve debido a unos surcos por los que las ambulancias ya han avisado que no pueden acceder en caso de emergencia.
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