José Vicente Pérez Pardo
Domingo, 20 de julio 2014, 00:35
Quien tiene un amigo, tiene un tesoro, dice el refrán. Y si ese amigo tuyo es el nuevo secretario general del Partido Socialista Obrero Español, pues ya se convierte en una fortuna. Algo así le ha pasado al líder de los socialistas alicantino, Gabriel Echávarri, con su compañero del Congreso de los Diputados Pedro Sánchez.
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Hasta hace nada, ambos eran eso que lo que los analistas llamaban 'diputados anónimos'. Sin embargo, la irrupción del madrileño tendrá repercusiones en la distribución del poder autonómico a todas las escalas, incluida la autonómica.
La buena amistad entre ambos supondrá, con casi toda seguridad, que Echávarri entre a formar parte de la nueva ejecutiva del PSOE que se conocerá la próxima semana y se votará en el Congreso Extraordinario del próximo fin de semana. El puesto deberá decidirlo Sánchez, pero ya se ha pronunciado que será una dirección corta, que forme un «gobierno en la sombra» hasta que las urnas dicten sentencia en el 2015, lo que da más valor a la inclusión del alicantino.
Parece que la portavocía y la secretaria general del grupo socialista en el Congreso correspondrán a andaluces, tal es la fuerza de la federación presidida por Susana Díaz, pero el alicantino parece que seguirá contando dentro del equipo.
Echávarri es, en la actualidad, vocal en la comisión de Justicia y la de Igualdad en el Congreso de los Diputados, entre otros cargos, donde ha mantenido una firme posición contra el aumento de las tasas judiciales del ministro Gallardón, sobre todo en los casos de violencia de género. Es la especialidad de este abogado, que ha visto como en poco tiempo ha pasado a ser secretario general de Alicante, precandidato a la Alcaldía (ya ha anunciado que se presentará a las primarias, que se celebrarán en septiembre) y, ahora, uno de los hombres fuertes del nuevo líder socialista en la Comunitat junto al valenciano José Luis Ábalos.
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No parece que vaya a abandonar ahora esta carrera por la Alcaldía de Alicante, que creen los socialistas más que posible ante el creciente desgaste de la popular Sonia Castedo. Pero Sánchez necesita hombres de su confianza para fortalecerse en toda España y Echávarri ha sido uno de sus más fieles aliados desde el principio de las primarias.
No le ha importado enfrentarse a la dirección provincial, que apostaba por Eduardo Madina, y posicionarse claramente al aldo de su amigo. Con él ha llevado a la agrupación alicantina y la ha dejado en buena posición frente a los coqueteos de Ximo Puig con Carme Chacón, aunque el PSPV también apostó por Sánchez en estas últimas primarias socialistas.
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Varios detalles revelan el grado de sintonía entre el alicantino y el madrileño, puesto que fue Echávarri personalmente quien entregó los avales de la agrupación alicantina en Ferraz en favor de Pedro Sánchez, a quien llevó en la noche electoral a la sede del PSOE en su coche. Son solo pinceladas de la relación que han forjado durante estos dos años en los pasillos del Congreso de los Diputados, en el que debutó Echávarri esta legislatura, y que ahora debe de cristalizar en ese cargo en la nueva dirección ejecutiva federal socialista.
Y en el futuro, ¿quién sabe? Igual dentro de poco hay otro ministro alicantino que dé el relevo a Pedro Solbes, Leire Pajín o Bernat Soria. Y ese podría ser Gabriel Echávarri.
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