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Gabriel Echávarri.
Los candidatos socialistas se esfuerzan por desvincularse del lastre del 'caso Rabasa'

Los candidatos socialistas se esfuerzan por desvincularse del lastre del 'caso Rabasa'

Echávarri y Fernández presentan sus propuestas en plena crisis por las revelaciones que ligan a excompañeros con los amaños, un «pecado original» que les persigue

Eva María Lahoz

Martes, 23 de septiembre 2014, 02:34

Las aguas están muy revueltas en el socialismo alicantino a raíz de las últimas revelaciones acerca de la implicación de cargos históricos del partido en las negociaciones con el empresario Enrique Ortiz para sacar adelante el plan Rabasa. Revelaciones incluidas en el informe policial sobre el caso judicial del mismo nombre y que ya han provocado la salida de Ángel Franco y el expediente de expulsión de la concejal Ana paula Cid.

De hecho, sorprendentemente casi parece haber más preocupación entre las filas socialistas por la factura que puede pasarles este caso que entre las populares, pese a que en el PSOE no hay ningún imputado.

En este contexto comenzaba ayer el plazo de recogida de avales por parte de los precandidatos a las primarias para liderar la propuesta socialista en las próximas elecciones municipales. Era inevitable, por tanto, que el 'caso Rabasa' se colase en las primeras declaraciones de los candidatos, que por el momento son Gabriel Echávarri y Fernando Fernández.

Ambos se esforzaron por desvincularse del PSOE que, apuntó Echávarri, «cometió el pecado original que todavía nos persigue», esto es, aprobar inicialmente, junto con el PP, el plan Rabasa. Los dos recalcaron que en el PSOE no hay imputados por este caso y que los posibles implicados han dimitido o se han ido, en contraposición con el PP, donde «sí hay imputados y no dimite nadie».

El secretario general de los socialistas alicantinos, Gabriel Echávarri, reconoció que el escándalo Rabasa «afecta a todo el partido» y «nos pasa factura a todos» el hecho de que el PSOE «cometió un error» al aprobar el plan en 2005. Aún así, dijo, «lo corregimos inmediatamente». No se votó ya a favor en la aprobación definitiva, se recurrió y se ha llevado a los tribunales.

Echávarri recordó que las relaciones con Enrique Ortiz se ha cobrado ya varias víctimas en las filas socialistas, empezando por el secretario local en 2005, Juan Antonio Román, que dimitió por estar en contra de la decisión del grupo municipal, liderado entonces por Blas Bernal, de apoyarlo. En 2010, Roque Moreno dejaba su acta de edil en el Ayuntamiento tras aparecer en las conversaciones del 'caso Brugal' pidiendo a Ortiz trabajo para amigos. La semana pasada, Ángel Franco pedía la suspensión temporal de militancia tras revelarse su implicación en el 'caso Rabasa' y a la edil Ana Paula Cid le abrían expediente de expulsión por criticar duramente al partido en las redes sociales.

Tras las declaraciones de otros 'díscolos, como Gabriel Moreno, que sitúan a Echávarri como 'delfín' de Franco, ayer el secretario general se desvinculaba y aseguraba que «ninguno en la nueva generación del partido tenemos nada que ver» con este caso, que tildó como el «pecado original» del partido con el que tienen que cargar, pese a todo.

Por su parte, Fernando Fernández, que parte con la ventaja de ser casi un desconocido al que no se le conoce relación con los implicados en la trama, destacó que él no tiene «ninguna responsabilidad orgánica en el partido» por lo que no quiere entrar a valorar cómo se ha reaccionado. Eso sí, deja claro que en el PSOE «no hay imputados» y que Franco «se ha dado de baja». Además, avanzó que, si dependiese de él, ningún implicado en este tipo de negociaciones «duraría ni cinco minutos» en su puesto.

Ya en términos generales, la firmeza en la persecución de casos de corrupción es una de las líneas que ambos candidatos destacaron ayer de sus programas. «Se acabaron los privilegios», dijo Echávarri, que apuntó que si es alcalde se asegurará de que «cualquier empresario pueda presentarse libremente a los contratos sin miedo a que estén adjudicados de antemano».

Fernández recalcó que ni él ni ninguno de sus concejales se reunirán jamás «con un empresario contratista sin luz y taquígrafos» y que expulsará a todo el que lo haga. «Firmaremos un código de ejemplaridad», aseguró.

«El PSOE no tiene imputados por sus relaciones con Enrique Ortiz, pero hay que desterrar las malas prácticas», añadió el precandidato.

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