Fernando Amat
Martes, 23 de diciembre 2014, 00:04
La suerte caprichosa ha dejado casi huérfana de premios, un año más, a la Vega Baja. La comarca volvió a ver pasar de largo la lluvia de millones que lleva consigo el sorteo de la Lotería de Navidad y solo unos pocos pueden desde ayer hacer gala de haber sido agraciados en esta edición. Un décimo de un quinto, el 60090, en el despacho del centro comercial que hay justo enfrente del Ayuntamiento en Orihuela Costa, otro del cuarto premio, 7617, en La Murada, un quiosco que se estrena en estas lides y que repitió con otro décimo del segundo mientras que otros tres de este último, el 92845, se vendieron en Callosa de Segura. Este fue el escueto balance del sorteo en lo que a premios importantes se refiere, todos ellos vendidos por máquina en establecimientos receptores de loterías, es decir, que ninguno de ellos son administración ni controlan a quién han podido vender los números al sacarlos de forma aleatoria el dispositivo.
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La primera en celebrar la suerte que dio a alguno de sus vecinos muradeños fue Encarna Martínez desde el quiosco de la calle Juan XXIII número 7. Nada más salir el primer cuarto, uno de los más tempraneros de un sorteo en el que los premios se hicieron esperar, recibió la llamada de su hermano para comunicarle que habían vendido uno. La terminación 617 es muy conocida en la pedanía oriolana, dado que es la que juega la peña madridista desde hace años. Tal y como explicó la vendedora, su padre era el encargado de llevar el número a los peñistas hasta el Bar Justino que regentaba y que sus hijos decidieron alquilar a su muerte para abrir el quiosco que ahora regentan. No obstante la responsable señaló que probablemente se pidió por la máquina un número acabado en 617 con la suerte que por delante iban el cero y el siete que completaron el número cantado por los niños de San Ildefonso.
Poco después otro de los quintos fue a parar a otro despacho mixto, el de Playa Flamenca que hace dos años ya vendió ese mismo premio, en esta ocasión con el número 60090. Jesús Pastor, empleado de esta oficina cuya responsable es Inmaculada Teruel indicó que no podría imaginar quién compraría en su momento el número al tratarse de un lugar muy frecuentado tanto por vecinos como por los miles de visitantes, nacionales y extranjeros que pasan sus vacaciones en el litoral oriolano.
Muy contenta, Encarna Martínez recibió ya pasado el mediodía la noticia de que había vendido otro décimo, en esta ocasión del segundo premio, y satisfecha se quedó a la espera de otro número agraciado porque como ella misma aseguraba a aquellas horas y con El Gordo todavía por salir, «no hay dos sin tres», aunque al final su tercer premio tendrá que esperar a otro sorteo. Tres fueron por su parte los décimos del segundo premio que vendió otro de estos despachos receptores, en esta ocasión ubicado en la calle Gloria Flores de Callosa de Segura, premiado cada uno de ellos con 125.000 euros en el Sorteo de Navidad. La propietaria del negocio hacía uso de la máquina expendedora por segundo año consecutivo desde que instaló este sistema, con el que logró vender parte del segundo premio de la Lotería Nacional. La sorpresa llegó a este negocio nada más salir el 92845.
La regente, María José Pérez, desconocía la identidad del premiado o premiados, si bien supo al instante que había repartido tres números idénticos que tienen un premio en total de 375.000 euros. Desde que saltó el nombre del establecimiento callosino que había vendido un gran premio no pararon de sucederse llamadas telefónicas para interesarse y conocer más datos sobre los posibles premiados.
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Pérez reconoce que este suponía el primer premio que repartía de la Lotería de Navidad, aunque ya ha entregado otras cantidades importantes en otros sorteos como la Bonoloto. La vendedora dijo que «al principio no me lo creía, pero me han llamado desde la delegación de Elche para confirmarlo». A mediodía todavía no había podido colgar el cartel del premio 'Vendido aquí' puesto que el segundo premio se retrasó hasta pasadas las 12.30 horas. Muchos vecinos y curiosos pasaron por la puerta del local para conocer cómo se había conseguido el reparto de dinero, si bien «es muy difícil reconocer a los premiados».
La dueña del despacho mixto espera que «le haya tocado a un cliente habitual y sobre todo que le haga falta el dinero», matizó. No es la primera vez que en la localidad cae un premio en el Sorteo de Navidad a través de máquinas expendedoras puesto que en el 2012 un vecino de Redován consiguió un boleto del primer premio a través de este sistema con el que se puede elegir cualquier décimo cuyas series no se hayan agotado.
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El resto de loteros y vendedores de la comarca tuvieron que conformarse con esperar a que durante la tarde se confirmara el dinero repartido a través de las pedreas para poder comenzar a pagar a los primeros en querer cobrar sus premios ayer mismo.
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