Ordenan repetir un juicio por asesinato al ser confuso el objeto del veredicto

El Tribunal Supremo (TS) ha anulado una sentencia que condenó a 23 años de cárcel a un hombre por asesinato y ha ordenado repetir el juicio, al considerar que varias preguntas formuladas al jurado para su contestación -el llamado objeto del veredicto- incluían contradicciones o eran "enrevesadas y confusas".

En una sentencia, facilitada hoy por el Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJCV), el Supremo estima parcialmente el recurso de casación interpuesto por la representación legal de uno de los dos procesados por esta causa (el otro fue absuelto).

El TS declara la nulidad de la sentencia condenatoria de la Audiencia de Alicante, que la dictó de conformidad con el veredicto emitido por el jurado popular.

El Supremo fundamenta esa consideración en "la infracción" del derecho a la tutela judicial efectiva del acusado derivada de las ilegalidades observadas en la confección del objeto del veredicto.

También aprecia "error" en la motivación del veredicto al exponer el jurado su convicción sobre la credibilidad y fiabilidad de la relevante declaración de uno de los acusados.

El Supremo entiende que la motivación del veredicto fue "irrazonable y errónea" en un aspecto clave del caso y, además, que varias preguntas formuladas al jurado para su contestación (el llamado objeto del veredicto) incluían contradicciones o eran "enrevesadas y confusas".

El Supremo ordena repetir el juicio, que tuvo lugar en la sede de Elche de la Audiencia Provincial de Alicante, contra el acusado, por parte de un tribunal del jurado distinto al que dictó la sentencia ahora anulada.

El acusado fue puesto en libertad por la Audiencia de Alicante a primeros de mes tras comunicarle el Supremo el fallo estimatorio de la sentencia, según han indicado fuentes del TSJCV

El caso sucedió en una urbanización de Torrevieja (Alicante) en la madrugada del 9 de abril de 2007.

En la sentencia revocada se condenó al procesado, albañil de profesión, por el asesinato a golpes (con una especie de maza o pata de cabra) de una ciudadana belga a la que había hecho obras de reforma en su vivienda y con la que había tenido diferencias económicas.

En la causa fue absuelto un hijo del procesado, absolución que el Supremo señala que ha devenido firme porque no fue recurrida ni en apelación ni en casación.