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Eneas G. Ferri
Miércoles, 30 de septiembre 2015, 01:12
La voz de Manolo Tena suena como uno de los clásicos de la escena española desde hace varias décadas. Desde los años setenta en distintas formaciones y, posteriormente, en carrera en solitario, su particular tono, su sonido desgarrado y su melódica afonía es identificada por generaciones de la mano de temas como 'Sangre española', 'Preparado para el rock and roll' o 'Loco por verte'. Tras siete años de parón, el cantante y compositor regresa a la escena con el disco 'Casualidades', un álbum con su sello rock pero por el que asoman otras influencias.
- Ha pasado siete años alejado de estudios y escenarios. ¿Por qué este regreso, qué le ha empujado a ello?
- Depende de cómo se mire. Si estás alegre el tiempo pasa rápido y si estás triste despacio. En estos siete años no tenía nada que decir y, cuando esto sucede, lo mejor es callarse. Leí un libro, de esos de un euro que son los que más me gustan porque no tienen éxito, que se llama 'La voz del silencio'. Si vas a hacer música, que sea mejor que estar callado. No tenía fuerzas para hacer un sinsentido, porque quería hacer canciones sentidas. Cuando escucho música espero eso, que me consuele y que me ayude, y no iba a hacer canciones que cumpliera esto. Tenía que esperar a que llegaran porque cuando no quieren, no quieren.
- Y vuelve con 'Casualidades'. ¿Cuánto de ellas hay en el disco?
- Hay casualidades y hay causalidades. Como el yin y el yang, hay cosas que buscas y cosas que pasan. En este caso, hasta que no llegaron las canciones no se grabaron. Como dice el refrán: 'Dios dispone y el hombre propone'.
- ¿Cómo explicaría su disco?
- Es como un boomerang, como un barullo que está ahí y vuelve. No se trata de acertar siempre, porque en este caso han sido más canciones que tenía y que corrigiendo errores han salido. Es música que no esperaba hacer cuando estaba en la cresta de la ola. En 'El gran miércoles' están esperando a que llegue la ola perfecta para hacer surf. A mí me ha pasado lo mismo, he aprendido a practicar paciencia, a hacer las cosas bien y saber que no todo depende de ti, esperar con humildad hasta que dependa de nosotros.
- ¿Y a nivel musical?
- Con los años he aprendido a tener humildad y saber que AC/DC son grandes, como Aerosmith o los Beatles, pero también lo eran Beethoven, Camarón, cantantes de boleros o de música cubana. Me gusta visitar músicas para hacer mi propia mezcla étnica. Incorporarlo dentro de mí, como decía mi amigo Antonio Flores, el blues y el flamenco es lo mismo. Creo que el mundo está hecho para no tener fronteras, como la música y, espero, que en mi disco se refleje como pasa ahora con la arroba, que es masculino y femenino, como el ser humano.
- ¿Qué acogida tiene el trabajo tras estos primeros días en el mercado?
- Para mi sorpresa, está teniendo muy buena acogida, sobre todo, entre la gente joven. Yo me creía mayor, que los jóvenes me verían de los años ochenta, pero está siendo una sorpresa enorme el respeto que me están ofreciendo los jóvenes. Creía que mi carrera estaba terminada, que mi generación había pasado, pero parece que intentar ser un buen poeta no cae en el vacío. Ahora me siento responsable para responder a estos jóvenes.
- ¿Quizás esta respuesta se deba a letras que dicen más cosas de lo que están acostumbrados los jóvenes?
- Habitualmente la música trata un amor egoísta. Si me dejas te mato suelen decir. Yo trato de preguntarme qué puedo hacer por el otro. Mi disco habla de eso, de caricias que consuelan porque las falsas acaban por doler. Y son cosas que se pueden aplicar a cualquier situación de la vida, incluso a la política. Escribo canciones para gente como yo, que soy triste. Igual eso consuela y por eso gustan.
- ¿Canciones como 'Princesa azul', primer single, o 'Opiniones de un payaso', son ejemplos de letras con mensaje?
- 'Opiniones de un payaso' es casi una biografía mía. De joven creía que la vida sería más bella y ahora tenemos una realidad que nos ocupa que no es así. Estoy desencantado con lo que veo. Un hombre feliz es el que no tiene compromisos, no el que debe un cochazo y un chalé. Igual esta rara manera de pensar es compartida por mucha gente a la que le importa una manera de pensar más que los billetes y las monedas. Aunque respeto lo que piense cada uno, mis canciones expresan lo que yo pienso, como éstas.
- También presenta un documental con la participación de ilustres como Rosendo, Luz Casal, Miguel Ríos o Rosario, entre otros. ¿Qué destaca de esta producción?
- Participan mis amigos de profesión. A todos ellos les he hecho alguna canción, aunque no se sepa. Creo en la amistad y me meto en cada persona para buscar la canción con la que se sientan cómodos y no la que me llene el bolsillo a mí. He recibido en este documental la gratitud de todos ellos y como no soy de los que tiene la autoestima muy alta, me siento muy agradecido.
- ¿Cómo es Manolo Tena en el día a día para componer las canciones que crea?
- Suelo decir que soy «despistudo» o «confunsado». Vivo despistado, en mi desorden y mi caos. Hoy mismo he perdido los billetes de tren para mañana. No entro en algunas normas sociales porque no soporto cosas de la sociedad que me rodea. Aunque esto me aporta algo de magia, supongo, como tenemos todos. Sé dónde están mis cosas en mi desorden y cuando me ordenan la habitación no encuentro nada. De todo esto sale el Manolo Tena del día a día.
- ¿Cree que la música actual necesita más mensajes en las canciones?
- El deber de los jóvenes es ser rebeldes y el de los mayores contarles cómo era el pasado. No creo que haya cambiado la música, sino que el medio. Parece que acabaremos por no hacer giras porque grabaremos un concierto y se retransmitirá por Internet. El mensaje sigue siendo el mismo. Quizás hay estilos que están cayendo en la reiteración, como el 'indie', con conciertos y festivales repetitivos. Pero cuando se abusa de un esquema se da el tortazo, eso no es nada nuevo. Como pasó en los ochenta, quedarán los que logren sobrevivir, los que cuando se agite el esquema sepan hacer música.
- ¿Qué ha cambiado del mercado musical en estos 7 años de retiro?
- El gran error de la música es saber que es un arte y no ver que también es un negocio. Qué hubiera sido de Mozart o Miguel Ángel sin aquellos mecenas que les daban el apoyo necesario para crear. En este caso, sin el apoyo que he tenido no podría haber sacado el disco en soporte físico. Hay que cambiar como cambia el negocio y no tratar de negarlo.
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