El Orihuela respira desde los once metros

El Orihuela recuperó la suerte fuera de Los Arcos, donde más convence. Los amarillos suman dos partidos seguidos con victorias, a pesar de jugar en un terreno desconocido. El triunfo se consiguió al final del lance y de penalti. El cuadro escorpión no termina de carburar de cara a puerta contraria, aunque lo que antes no entraba ahora sí. Un penalti lanzado por Coco en los últimos minutos recuperó la confianza de sus compañeros, que ya se hacían a la idea de puntuar otro empate en casa tras haber dominado la mayor parte del encuentro. El municipal de Bigastro se vistió de gala para presenciar la jornada de Tercera División. La parroquia amarilla siguió a los suyos y pudo cantar un gol in extremis.

El Orihuela se posiciona en la mitad de la clasificación y se despoja de la mala racha. Por segunda vez consecutiva logra sobreponerse a un marcador contrario en los minutos finales. Los de Correa no entraron en juego hasta avanzada la primera parte. El césped artificial y la buena colocación del rival impidieron el juego combinativo. No hubo demasiadas ocasiones en la primera parte donde los amarillos solo llegaron a rematar en dos. El cuadro valenciano se cuidó de no ceder metros en defensa para echar el resto en la segunda parte.

Correa alineó un once ofensivo con Chema, Mikey y Raúl, piezas muy activas, pero sin crear pases de profundidad. El peligro 'local' vino en un córner, donde el balón salió por encima de la portería. La ausencia del ariete de la pasada temporada, Antonio, se recordó de manera incesante en cada jugada a balón parado.

La contienda acabó en la última fase del primer tiempo en un control del equipo escorpión y una mejor llegada de los visitantes al área. Con menos pases los valencianos se plantaban frente a Emilio. Aún así, los remates no generaban peligro. El cuarto clasificado esperaba su ocasión pero no sucedió así porque la defensa amarilla se mostró segura con un Joaquín Pastor imperial, un Fleki que sacó oficio cerca de su pueblo natal y con los laterales que no dieron metros a sus espaldas. Al contrario que en anteriores citas, no dejaron el carril vacío por lo que obligaron a los visitantes a buscar el centro.

Los amarillos ya habían visto la misma película durante muchas semanas seguidas y prefirieron hacer un partido más tosco antes que dar metros para que el rival buscase la contra. La lección estaba aprendida y aunque la grada viera poco espectáculo se puso tierra por medio para dejar el desenlace en el segundo asalto.

Así fue como empezó la contienda en la reanudación. Un Orihuela volcado en el área del Torre Levante y su rival que seguía en tercera marcha. Por primera vez en muchos minutos los escorpiones daban tres pases seguidos en campo rival pero les faltaba mordiente.

Los cambios no mejoraron al equipo, sobre todo, la marcha de Chema. Esta ausencia se notó en la delantera que ya no volvió a brillar hasta el final del partido. La afición veía que su equipo se desfondaba y solo destellos de Coco y Fabián creaban peligro. La fortuna estuvo de lado de la afición. Samu sacó de banda con virulencia, Coco peinó hacia atrás pero un defensor rival tocó con su mano. El colegiado la vio y pitó penalti. El partido agonizaba y los seguidores locales se levantaron para ver el todo o nada del Orihuela. Con mucha tranquilidad el enjuto volante oriolano lanzó a la izquierda de la portería. El murciano engañó a Coronado y el gol in extremis llegó en el 90. No hizo falta el marcador para saber que la contienda llegaba a su fín. La afición siguió de pie para ver cómo el oficio de la defensa se mantuvo firme hasta el final. Seis puntos en siete días y la ilusión renovada.