El Ayuntamiento declara la guerra a las cacas de perro con una ordenanza

El Ayuntamiento de Torrevieja intentará hacer desaparecer de las calles, aceras y lugares públicos las deposiciones de los animales, especialmente de los perros, ante las muchas quejas vecinales que existen y después de que el alcalde, José Manuel Dolón, haya tenido una conversación con personal sanitario que según el regidor le informaron que «Torrevieja deja mucho que desear en este aspecto». Por este motivo el alcalde ha publicado un bando para recordar a la ciudadanía la necesidad de cumplir el artículo 22 de la Ordenanza de Fomento de la Calidad de Medio Urbano que hace referencia a las deyecciones de los perros y otros animales en la vía pública. De forma paralela el primer edil ha solicitado a la Policía Local que vele por el estricto cumplimiento de esta norma.

Dolón indicó que lo que se va a hacer es poner en práctica la ordenanza en vigor, pero señaló que «durante 30 años ha habido una gran permisividad con este tema, un incumplimiento permanente de la normativa, y no podemos seguir en esta situación». A partir de la publicación del bando de ayer, el regidor ordenó a la Policía Local para que aplique las infracciones y sanciones establecidas. Las leves se sancionan con hasta 750 euros, las graves con hasta 1.500 euros y las graves con hasta 3.000 euros de multa. «A partir de ahora está todo el mundo avisado, de manera que nadie venga luego diciendo que no lo sabía», dijo Dolón.

El bando refuerza la campaña de concienciación que ha puesto en marcha la empresa concesionaria del servicio de limpieza, Acciona. Una campaña en la que ha invertido unos 28.000 euros en publicidad, cartelería y difusión a través de los medios de comunicación, en la que incluso está entregado un porta bolsitas para los usuarios, los cuales pueden recogerlos en la oficina de la concesionaria de limpieza en la calle Patricio Pérez, 17 .

El alcalde reiteró que la falta de civismo de unos pocos «es lo que nos ha llevado a tomar cartas en el asunto, nos hubiera gustado que con esta campaña se hubiera convencido a aquellos que no colaboran, pero como no ha sido así hemos llegado a esta decisión». También señaló que «a falta de civismo de los que incumplen con la norma provoca mucho malestar entre los vecinos, no solo por las molestias que son más que evidentes, sino porque además cuando un ciudadano señala al infractor y le dice que debe de recoger los excrementos el aludido aún esgrime que tiene derecho, que paga sus impuestos y suele adoptar una actitud que, a veces, es incluso agresiva con el que le interpela».