El Orihuela fía la victoria en Los Arcos a que la llegada de Castelló sirva como revulsivo

Entrenador nuevo, vida nueva. El Orihuela quiere hacer buena esta tarde una de las máximas del fútbol; ganar con un técnico recién llegado. Frank Castelló tiene la difícil misión de recortar siete puntos con el cuarto clasificado. La afición y la directiva no han tirado la toalla y se espera que frente al Muro comience la remontada final después de una temporada muy irregular por parte del cuadro escorpión.

Castelló llega a su primer partido, esta tarde a las 16.30 horas, con muy pocos entrenamientos a sus espaldas, si bien espera que su equipo dé la talla en cada momento. El valenciano recala en un club revuelto con la afición dividida, la plantilla falta de moral y con mucha necesidad de ganar, aunque sea sin jugar bonito. Antonio Felices y compañía ya trataron de contratar al exseleccionador valenciano en dos ocasiones sin conseguirlo. La primera prueba que afronta el preparador es un equipo especializado en empatar y defender su marcador. El Muro solo ha ganado un partido desde el 19 de diciembre. Esta mala racha le ha abocado a la zona baja de la tabla. Estos resultados suponen su tarjeta de visita ante un Orihuela que no ha encontrado el norte en toda la temporada, a pesar de superar su mal inicio. Aún así, Castelló ve en sus jugadores «ilusión» y ha centra su idea de juego en que su plantilla sepa la responsabilidad que tiene cada vez que salta al campo municipal de Los Arcos.

La afición decidirá si el revulsivo es efectivo o no. Desde la derrota en Onteniente el grupo ha ido de mal en peor. En esta jornada Joaquín Pastor y Barranco terminan la sanción de cinco partidos que vieron en el pueblo valenciano. Por contra, Espinosa y Petu tienen la responsabilidad de demostrar que sus respectivas lesiones ya forman parte del pasado. Ambos delanteros deben dar un paso al frente tras las marcha de Ginés.