

Secciones
Servicios
Destacamos
Bernat Sirvent
Miércoles, 20 de julio 2016, 01:12
Los accidentes de trabajo siguen desbocados en la provincia. Es un síntoma de que muchas actividades están recuperándose y que lo peor de la crisis económica ha sido superado. Lo que entraña más componente de novedad es el incremento exponencial que están sufriendo los siniestros en un sector muy concreto: el de la construcción. Nada menos que 661 accidentes con baja en centro de trabajo (sin contar los in itinere, aquellos que se registran en el camino del obrero entre su casa y el centro laboral) se han producido en los cinco primeros meses del año. Supone un repunte del 40%, más del doble que en el resto de las actividades económicas. A la hora de analizar qué está ocurriendo, patronal y sindicatos ven el vaso con un cristal distinto.
EL DATO
5.901
accidentes de trabajo ha registrado la provincia en los cinco primeros meses del año, una cifra que supone un enorme incremento de 786 siniestros, lo que, en términos porcentuales, deriva en un 15,3%. Es un aumento de dos dígitos que supera con mucho el 11% del primer trimestre del año y que evidencia el fenómeno al alza de la siniestralidad laboral. El Instituto de Estudios Alicantinos (Ineca), que preside Perfecto Palacio, se hizo ayer eco de este mal dato económico a través de las redes sociales. Del total de siniestros, seis son mortales, idéntica cifra al pasado año. El índice de incidencia, que se mide por cada mil trabajadores en activo, es del 247,4, algo inferior a las vecinas Valencia y Castellón.
Los 660 siniestros en centro de trabajo que han requerido baja y que incluyen a los de tipo mortal, grave y leve, en muchos de los cuales se ha abierto una investigación por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, suponen un salto cuantitativo sin precedentes durante los últimos años de recesión. Se trata de un repunte de 188 accidentes. Se trata de un repunte muy superior al que registra la industria manufacturera, que en total anota 949 bajas, 71 más que en los cinco primeros meses del año anterior. También rebasa el repunte registrado por el otro gran sector generador de siniestralidad, el del comercio al por mayor y la reparación de vehículos a motor. En este caso, se pasa de 860 a 948.
En suma, la construcción no es que haya regresado a los dramáticos índices de siniestralidad del final de los años 90 y primeros años del siglo, en plena burbuja inmobiliaria, pero sí que ha activado todas las alertas. Incluida en la principal patronal de la construcción residencial, la que ha recobrado el pulso en los últimos meses y que, como ayer avanzó este diario, ha iniciado en el primer semestre de 2016 más casas que en años enteros de la crisis económica. El gerente de Provia, Jesualdo Ros, tiene claro que hay un repunte muy nítido de la siniestralidad en el sector de la obra residencial privada, más allá de a pública que sigue casi en encefalograma plano. Pero Ros lo achaca precisamente al aumento de la actividad y de la población expuesta al riesgo, pero con claras precisiones. Asegura que los promotores inmobiliarios cumplen a rajatabla la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, aunque destaca que se han detectado importantes aumentos de la siniestralidad en el caso de las pequeñas o medianas obras de rehabilitación y, en muchos casos de éstas, en las que existe un evidente arraigo de la economía sumergida. «No podemos hablar de obras de gran envergadura en fachadas o interior de rehabilitación, pero sí está ocurriendo en las menores en interiores de fincas», alerta Ros. Desde la Conselleria de Economía Sostenible, en la que se integra la dirección general de Trabajo, reiteran lo dicho por la autoridad laboral, Cristina Moreno, en los últimos meses. «Nuestro objetivo es la tolerancia cero en materia de siniestralidad laboral». Ya en noviembre Trabajo perfiló un plan de choque para que las empresas sin enfermedades profesionales ni accidentes puedan obtener una certificado que lo acredite. Será un aval para la propia pyme en un momento en el que se valora mucho la RSC. Las más incumplidoras empezarán a recibir ya las visitas de los técnicos del Invassat y, en su caso, de la Inspección de Trabajo.
Preocupación en UGT
El secretario de la federación de construcción MCA en la provincia, Adolfo Durán, no oculta su «gran preocupación». Asegura que, en un gran número de obras tanto residenciales como civiles u obra pública, «se notan pocos trabajadores en el proceso de producción y una dejadez en el cumplimiento de la normativa preventiva, como por ejemplo en instalación de vallas o de cuadros de la luz». Además, añade que la figura legal del «coordinador de riesgos laborales o encargado de obra se ha difuminado hasta tal punto que no existe en muchos casos». Precisa que hay empresas que sí son cumplidoras, «pero, en general, se está relajando mucho la prevención». Cree que debería haber más control por parte de la Inspección de Trabajo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.