BURGUERA
Martes, 4 de octubre 2016, 01:44
La defenestración inmediata de Carmen Montón debilitaría el relato que el PSPV construye alrededor de Ximo Puig señalándolo como, «ante todo, una buena persona», dialogante y conciliador. La consellera de Sanidad apareció el sábado sentada a la derecha de Pedro Sánchez en el Comité Federal donde el PSOE se prendió fuego a lo bonzo hasta abrasar al secretario general, hoguera azuzada, entre otros, por el presidente de la Generalitat. Fuentes del Consell, tanto del PSPV como de Compromís, indicaron ayer que la presencia de Montón en el Ejecutivo está garantizada «a corto plazo». Por ahora. Sin embargo, altos cargos socialistas vaticinan que la consellera «caerá, pero no ahora». El discurso de los ganadores del pulso en el PSOE abandera la necesidad de «coser» el partido. El mejor ejemplo que Puig tiene a mano para demostrar su deseo de suturar heridas es mantener a Montón en el puesto. Sin embargo, el presidente desveló hace días el «trencament emocional» entre los dos, una ruptura que fuentes del Ejecutivo señalan que proviene de tiempo atrás. Montón evitó ayer pronunciarse sobre su situación en el Consell. La consellera acudió a Les Corts, sin que su presencia fuese necesaria (no vota, no es diputada, y el pleno duró 15 minutos, pues se dedicó simplemente a elegir a los ponentes en el Congreso para defender el Estatuto), se dejó ver, vinculó su defensa de Sánchez a su oposición a facilitar que Rajoy gobierne, pero rechazó explicar si el trato personal con Puig se restablecerá.
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