Un pueblo que presume de 'pelotas asás'

Uno de los productos más típicos de la gastronomía de la comarca son sin duda las pelotas que acompañan en cualquier mesa el cocido y en cada localidad se le da una particularidad en función de los gustos de cada familia o de los recetarios que han pasado de generación en generación pero en Catral esta masa de carne presenta una originalidad. El municipio es el único de la Vega Baja que tiene a gala una diferenciación culinaria ya que en él se hacen 'asás' y no cocinadas al mismo tiempo que el caldo ya que su elaboración final es a la plancha y no presenta la forma esférica que las caracteriza porque adquiere la circular como si fuera una hamburguesa. Es su particular interpretación de las pelotas lo que los vecinos tienen a gala pero ayer se le dio una vuelta y a iniciativa de un carnicero local se elaboró la más grande vista en el pueblo.

La idea partió de José Manuel López, la cuarta generación de una familia de carniceros de la localidad, quien se puso en contacto con la Sociedad Gastronómica El Rabanico para crear una de dimensiones espectaculares. López, conocido por todos como 'El amiguico' , barruntó la idea y este colectivo local de amigos de la buena mesa no dudó en colaborar con él. El reto caló pronto en la sociedad gastronómica nacida hace dos años y que cuenta con una treintena de socios. Así dos de sus integrantes, Paco Abellán y José Miguel Martínez se pusieron a idear una plancha de 300 kilos que pudiera acoger una 'pelota asá' de proporciones nunca vistas y lo consiguieron con un artilugio de hierro con un mecanismo para poder girarla y darle el punto de cocción adecuado.

En su elaboración para sacar una pieza de doscientos kilos y un diámetro de dos metros no han faltado los ingredientes habituales como la carne, el pan, doscientos huevos, perejil, ajo y piñones. Asimismo el carnicero ha realizado durante el último mes varias pruebas con pelotas de diez kilos para que nada fallase en la jornada de ayer con una Plaza de España abarrotada de vecinos que no quisieron perderse el reto de ver su símbolo culinario pero en proporción gigante. Con la idea en la cabeza quedaba fijar la fecha y nada mejor que hacerlo con motivo de celebrar el Medio Año Festero de Catral que se mantuvo pese a las inclemencias meteorológicas pero que no restó asistencia de público.

El carnicero explicó algunos de los detalles de la logística como que la masa estaba hecha desde dos días antes para aglutinar todos los ingredientes «para los que se han empleado siete máquinas» y la complejidad del transporte desde su obrador en porciones de cuarenta kilos que se montaron a las ocho de la mañana para poder dar forma a la pelota sobre la plancha. López desde ese momento se encargó con los integrantes de la sociedad gastronómica que preside Gustavo Irañeta de supervisar el asado, que se realizó bajo una carpa con brasas de sarmientos, troncos de naranjos y encinas. La tarea fue compleja por la dificultad de mover la plancha y que el punto de calor llegase a toda la pelota por igual para lo que se ayudaron de un termómetro que indicaba el punto exacto de cocción, setenta grados.

Fue en torno a mediodía cuando estaba lista para su consumición y salieron más de 1.200 raciones que se vendieron para costear los gastos a 1,50 euros con bebida incluida. El concejal de Fiestas, Roberto Llopis, también miembro de la sociedad gastronómica, destacó que «se trata de un producto que se suele comer tanto en Nochebuena como el Día de Navidad y que en Catral se elabora de esta forma por lo que es una buena ocasión para difundirlo y promocionarlo». Asimismo añadió que el dinero que sobre de cubrir los costes se destinará al banco de alimentos municipal para que pueda atender las necesidades de familias desfavorecidas. Igual de satisfecho se mostró el presidente de la sociedad gastronómica. Irañeta recordó que ya llevaron la 'pelota asá' a la feria de turismo que se celebró hace semanas en Almoradí y distribuyeron seiscientas raciones «para divulgarla porque es una gran desconocida en el resto de la comarca». El presidente señaló que ese es uno de los objetivos que persigue su colectivo, el de promocionar la gastronomía tradicional y los placeres de la buena mesa, y junto al carnicero no dudó en que más adelante «estamos dispuestos a crear todavía una más grande».