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Vecinos protestan a las puertas del ayuntamiento de Canet. LP

«Este semáforo es un peaje a los ciudadanos de Sagunto que quieren acceder a Canet»

Vecinos protestan en el pleno, aseguran que la medida tiene «un afán recaudatorio al no ser una calle transitada» y se reunirán con el Ayuntamiento

M. García

Canet d'en Berenguer

Viernes, 4 de abril 2025, 10:14

El semáforo instalado en una calle de Canet d'en Berenguer volvió a erigirse en protagonista, en este caso en el pleno de esta localidad.

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Vecinos unidos en una plataforma acudieron a la sesión, mostraron diversas pancartas, y se vivió un enfrentamiento dialéctico entre los asistentes y algunos de los concejales. Los ciudadanos que intervinieron insistieron en que no entienden la justificación de este semáforo y atribuyeron su instalación a un «afán recaudatorio» por parte del Ayuntamiento de Canet d'en Berenguer.

Una de las portavoces de «167 personas», realizó varias preguntas al pleno. Además de plantear la puesta en marcha de medidas alternativas, pidió que se analice el motivo de que haya habido tantas sanciones. «Hay algo que no funciona», expresó. También pidió conocer si se han realizado mediciones acústicas en la zona que justifiquen la ubicación del semáforo y cuántas quejas vecinales se han recibido por ruidos o peligro. Asimismo, quiere saber si está cuantificado el número de accidentes en esta calle.

Finalmente, esta ciudadana lamentó la desproporción de una medida que está provocando «que por pasarse 10 kilómetros por hora del máximo tengas la multa y la pérdida de cuatro puntos del carné de conducir cuando en otras vías, si te pasas por 20 kilómetros, no te quitan nigún punto».

«Sí estamos a favor de la seguridad y de que se regule la velocidad, pero no así, porque se trata de una zona que no está apenas transitada. Es la única entrada para los ciudadanos que venimos de Sagunto, por lo que creemos que se trata de un peaje encubierto», manifestaron miembros de la plataforma a LAS PROVINCIAS.

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Otra de las vecinas que intervino en la sesión, además de lamentar que había perdido cuatro puntos del carné de conducir «y es la primera vez desde que lo tengo hace 50 años», se preguntó, aunque no es una cuestión responsabilidad del Ayuntamiento, sino de la empresa, «por qué en mi multa, y creo que en casi todas, pone camión cuando yo no tengo uno, es un coche».

Además, y por cuestión de seguridad, pidieron que se instale semáforos en otros puntos donde sí ha habido accidentes, en algún caso incluso mortal.

El alcalde del municipio, Pere Antoni Chordà, quien ha justificado la colocación de este semáforo, ha mostrado su intención de reunirse con los vecinos que han denunciado esta situación. Desde el equipo de gobierno municipal se explicó esta medida que ha causado polémica entre un grupo de vecinos que se sienten afectados al haber sido sancionados.

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Motivos esgrimidos por el alcalde

Como hizo al término del pleno del ayuntamiento celebrado el jueves, el alcalde de la localidad, Pere Antoni, desgranó los motivos que llevaron al Ayuntamiento a instalar, a petición de los vecinos de la zona, el semáforo de la calle Joanot Martorell. El primer edil recordó que las sanciones «son siempre responsabilidad de quien conduce el vehículo en ese momento» y que «la velocidad excesiva influye en gran medida en la mortalidad de peatones y ciclistas. A partir de 50 kilómetros por hora, es más probable que un peatón muera a que sobreviva; a 30 por hora, el riesgo de un accidente mortal es de solo el 5%».

«A la calle Joanot Martorell, cuando los conductores acceden desde Almardá, se accede por la calle Arroz y Tartana, donde varias señales (en el lateral y en el suelo) indican que el límite de velocidad también está limitada a 30 kilómetros por hora, al tratarse de una ciclocalle, y la posibilidad de que exista un radar. Luego, en la Joanot Martorell, de apenas 200 metros, hay dos señales que recuerdan que el máximo de velocidad permitida y la existencia del semáforo. Estos datos desmontan el argumento de algunos de los multados, que dicen que no había sido advertidos», ha explicado el primer edil.

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Por la calle circulan, un día normal fuera de la temporada estival, entre 1.800 y 2.220, y que se recorre en 24 segundos a la velocidad indicada, y solo 12 si se circula a 60 kilómetros. «Desde 2019, nos hemos reunido con los vecinos y vecinas varias veces, y hemos puesto espejos a las salidas de los parkings, se han hecho controles policiales, se han instalado 'lomos de asno' que hubo que retirar por la contaminación acústica que generaba, un radar pedagógico, incluso un radar camuflado para ver cuánta gente incumplía la norma… y eran prácticamente todos, a velocidades, incluso de 70 kilómetros por hora», aseguró. Al final se optó por el sistema de 'foto rojo', que «hace que el semáforo se ponga en rojo cuando se supera la velocidad. Esto va acompañando por dos señales que indican las existencia del semáforo», añadió.

El radar, explicó, «tiene un umbral de tolerancia del 20%, cuando lo normal es el 10%, por lo que si no se superan los 36 kilómetros el semáforo no se pone en rojo, sino en ámbar. En función de la velocidad, el tiempo que permanece en rojo es de dos a diez segundos, y luego te deja continuar», explicó Antoni.

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El alcalde, además, insistió en que «el objetivo no es recaudar, sino que la gente aprenda que no puede ir tan rápido, y la gente se ha mentalizado: este miércoles, de los 2.200 vehículos que circularon por esta calle, solo hubo 20 incumplimientos, que no necesariamente se traducirán en multas».

La puesta en marcha de este sistema se anunció a finales de octubre y la primera sanción que se tramitó tiene fecha de 30 de noviembre, y durante ese tiempo se llevó a cabo una campaña de concienciación ciudadana en las redes sociales del ayuntamiento y en el pleno. Por otra parte, subrayó, «no se sanciona el exceso de velocidad (que implica sanciones más elevadas y mayor perdida de puntos del carnet, sino saltarse el semáforo. Y todo por ganar 12 segundos». Además, alertó del peligro de hacer pedagogía inversa si se retira el semáforo: «como la gente incumple la norma, retiremos la norma. Ese no es el mensaje que queremos mandar». También recordó que hay más peticiones para instalar este sistema en otros puntos de la localidad.

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Sobre el presunto afán recaudador, volvió a insistir en que no se sanciona el exceso de velocidad, que las multas no las pone el Ayuntamiento sino la empresa gestora, y que los infractores reincidentes solo son sancionados a partir de que les comunica la primera sanción. «Es decir, si una persona se lo salta todos los días del mes, y la primera multa llega el día uno del mes siguientes, todas las anteriores se anulan», apunta.

Finalmente, Antoni recordó que en el pleno del jueves se acordó mantener una reunión entre miembros de la Plataforma y el Ayuntamiento para analizar el tema. Esta tendrá lugar, seguramente, antes de Semana Santa.

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Críticas desde Vox Sagunto

Esta controversia también llegó a la política de la vecina ciudad de Sagunto, ya que desde el grupo municipal de Vox de la capital del Camp de Morvedre, a través de su concejal José Tomás Serrano, han expresado su «total solidaridad» con los vecinos afectados de Canet d'en Berenguer y Sagunto por la instalación del semáforo «Foto – Rojo». Si bien Vox Sagunto reitera la importancia del cumplimiento de las normas de tráfico para garantizar la seguridad vial, considera que la ciudadanía «podría estar siendo víctima de un experimento cuya legalidad se pone seriamente en duda».

Tras haber realizado las primeras indagaciones y a la espera de recabar más información, el concejal Serrano señala que podría existir «un grave caso de prevaricación por parte del alcalde de Canet d'en Berenguer, del responsable de tráfico y de cualquier otro funcionario o representante que haya participado en este proyecto. Una de las presuntas irregularidades más destacadas radicaría en la falta de registros públicos sobre la licitación para la adquisición de dicho semáforo y equipo, así como en la supuesta ausencia de un proceso público de contratación de la externalización del servicio de radar».

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