Las lluvias no acaban con la agonía del ganado por la sequía en Les Ports

Este es el caso de Morella, donde la población tiene asegurada el agua potable para el consumo ciudadano, pero el ganado de toda la zona podría acabar muriendo de sed. Los manantiales y barrancos de Els Ports están completamente secos tras el año hidrológico menos lluvioso desde que hay registros, y los ganaderos hacen uso de las dos balsas municipales que posee Morella para dar de beber a sus rebaños. El problema, que estos depósitos tampoco son infinitos, y en dos o tres semanas podrían quedarse sin agua.

La concejal de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Morella, Ana Belén Soro, explica a LAS PROVINCIAS que pese a las lluvias de esta semana, el problema para el ganado es cada vez más preocupante. «Actualmente el Consistorio cuenta con dos balsas para acumular agua. Sin embargo, una de las dos la tenemos ya prácticamente vacía y la otra está en las últimas», explica Soro y añade, «la primera está en una zona donde no cayó mucha agua, por lo que no se ha repuesto prácticamente nada, mientras que la segunda ha podido crecer un poco más, aunque no nos da mucho tiempo».

Desde que la zona quedó completamente desértica a causa de la sequía, el ganado consume el agua a una velocidad a la que estas balsas no son capaces de reponerse. «Calculamos que en tres semanas podríamos a llegar a quedarnos sin agua para el ganado, en dos si no hubiera llovido el lunes», explica la concejal. El delegado de ganadería de Morella de la Asociación Valenciana de Agricultores AVA-ASAJA, Marc Boix, cuenta a este diario que por ejemplo, su rebaño de unas 190 cabezas de ganado, consume a la semana unos 10.000 litros de agua. Y este es solo uno de los muchos que hay en el zona de Els Ports.

Ante esta problemática, Ana Belén Soro explica las posibilidades que el pueblo de Morella tiene como municipio para tratar de buscar soluciones. «Que la Diputación de Castellón traiga agua por medio de sus camiones cisterna no es posible, dado que este recurso es limitado y por ende el servicio se ofrece a municipios donde no hay agua garantizada al consumo humano», explica la concejal, y prosigue, «nuestras posibilidades ahora se centran en la construcción de un pozo después de los estudios en la zona que hemos hecho, pero necesitamos la aprobación de Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ)».

La solicitud ya ha sido emitida a la CHJ y al municipio de Morella sólo le queda esperar. Las lluvias de esta semana han sido un -muy- pequeño balón de oxígeno para afrontar una situación cada vez más desoladora. Si los procesos no se realizan a la velocidad necesaria, Morella podría quedarse completamente seca para hidratar al ganado. Los ganaderos, que llevan tres meses sacrificando a las vacas menos rentables, temen perder el trabajo de toda su vida por culpa de la falta de agua.