Urgente La Primitiva de este lunes deja tres premios de 35.758,38 euros
Planta de tratamiento de residuos ubicada en Caudete de las Fuentes. JESÚS SIGNES

La planta de tratamiento de residuos que todos deberían visitar

Caudete de las Fuentes alberga una instalación que desnuda la falta de concienciación ciudadana a la hora de reciclar

MANUEL GARCÍA

CAUDETE DE LAS FUENTES

Jueves, 16 de junio 2022, 16:31

Quien piense que ya está todo hecho en materia de reciclaje y que los valencianos debemos estar orgullosos de nuestro respeto al medio ambiente se dará un auténtico baño de realidad si visita la planta de tratamiento de residuos ubicada en Caudete de las Fuentes.

Publicidad

Sólo dos datos que aportan sus responsables sirven para llevarse esa bofetada virtual: cuatro de cada cinco envases ligeros (el 80%) van al contenedor gris y sólo uno, apenas el 20%, va donde debe: al contenedor amarillo.

Además, el 40% del vidrio llega a esta planta de manera incorrectamente separada, puesto que lo hace en las bolsas de la basura del contenedor gris.

A instalaciones como la ubicada en Caudete de las Fuentes llega todo aquello que se deposita en el mencionado contenedor gris. Aproximadamente, el 30% de lo que se recoge son restos de comida, pero el hecho de que no se produzca una separación correcta en origen provoca que, junto con ellos, lleguen envases de plástico y cartón, metales, vidrio, ropa y calzado, entre otros.

Por eso, los esfuerzos del Consorcio Valencia Interior están puestos en perfeccionar el procedimiento de cribado y separación, fundamental en el tratamiento de los residuos, ya que permite recuperar los materiales reutilizables y evitar su depósito en vertedero.

Con respecto a ello, entre las últimas novedades que ha incorporado la planta se encuentra la adquisición de un segundo separador óptico de vidrio, que permite recuperar, por un lado, fragmentos de este material (aptos para hacer nuevos envases) y, por otro, fragmentos de loza, grava e inertes.

Publicidad

Asimismo, la planta es una de las pocas de la Comunitat Valenciana que cuenta con una depuradora de lixiviados, es decir, de las aguas contaminadas que resultan de la gestión de la instalación de eliminación de los materiales que no se han sabido recuperar. La descomposición de la materia orgánica que acompaña al rechazo y el percolado de agua de lluvia a través de la masa de residuo genera estos fluidos, que, mal gestionados, pueden tener un impacto medioambiental muy grave. Sin embargo, mediante la aplicación de un tratamiento de ultrafiltración y ósmosis inversa, la planta de Caudete logra reconvertir estos tóxicos en agua totalmente limpia para su autoabastecimiento.

A lo largo de un periodo de 45 días (14 en una fermentación bien llamada 'explosiva', en un túnel cerrado donde un ser humano se asfixiaría en tres minutos, y un mes de maduración) se consigue que el residuo pueda tener una segunda oportunidad y ser útil.

Publicidad

La cara amable de la planta se ve, por lo tanto, en el compost que, no sin esfuerzo humano y tecnológico se logra, y que abastece a los viñedos de la zona.

El presidente de la entidad y alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, sabe bien de lo que habla en este sentido, pues en su término municipal permanece sin sellar alrededor de 30 años un gran vertedero de 50 metros de altura y 110.000 metros cuadrados de superficie: “Tenemos el compromiso de la Generalitat de que se invertirán nueve millones” en la protección de la zona en una actuación que comenzará en breve.

Recuperar el mayor volumen posible de materiales aprovechables y, al mismo tiempo, contribuir al desarrollo socioeconómico de la zona y fomentar la preservación del entorno natural son los objetivos del trabajo desarrollado en la planta. La instalación, gestionada por el Consorcio Valencia Interior (CVI), ha logrado en sus nueve años de vida convertirse en referente por sus buenos resultados en cuanto al reciclaje de los residuos urbanos que se encarga de tratar.

Publicidad

“El residuo es un problema pero puede ser una oportunidad”, ha apuntado Raga, mientras que el gerente, Ángel Rodríguez, ha pedido a la ciudadanía que se conciencie “porque la gente va al contenedor, ve que los residuos desaparecen y no sabe dónde van”. La nueva ley, que entrará en vigor en una década y que obligará a recuperar el 90% de los residuos, debe ser un aliciente para este cambio radical de chip que debe producirse en todos: “Del 30% de materiales que actualmente no sabemos qué hacer con ellos hemos de bajar hasta el 10%”, ha subrayado el gerente de la entidad, quien ha calificado como “fracaso de la sociedad” la actual coyuntura. Ha abogado por un “cambio de mentalidad”.

La advertencia económica también debería ayudar a conseguir una mayor concienciación. Así, se prevé que cada municipio pague, a partir del próximo 1 de enero de 2023, 30 euros por cada tonelada de material que no debería llegar hasta la planta de Caudete de las Fuentes.

Publicidad

Aunque en la instalación ubicada en la comarca de Requena-Utiel no ha pasado, como ejemplo extremo de que la gente arroja cualquier cosa a los contenedores, la planta de Llíria tuvo que detener su actividad en dos ocasiones al encontrar sendos obuses de la guerra.

En este sentido, buena parte del éxito con respecto a la gestión de estos residuos tiene que ver con una apuesta permanente por la innovación y un trabajo continuo de modernización de procesos y maquinaria. De hecho, a finales del año pasado, el CVI invirtió una cifra superior a los 400.000 euros para introducir mejoras en el proceso de afino, que permitan un cribado más exhaustivo de los residuos orgánicos.

Noticia Patrocinada

Para asegurar la continuidad de la entidad y su labor en la próxima década, actualmente se trabaja en la finalización de una tercera celda para almacenar residuos con una capacidad de 2,5 millones de metros cúbicos.

Los responsable de la planta anticipan un futuro, que hoy puede parecer de ciencia ficción pero que ellos ven más cercano, donde cada hogar arroje la basura al contenedor correspondiente con un código de barras identificativo, algo que puede servir para imponer sanciones.

Publicidad

El Consorcio Valencia Interior está constituido por 61 municipios de la comarcas del interior de Valencia: Camp de Túria, la Hoya de Buñol- Chiva, la Plana Utiel Requena, el Rincón de Ademuz y la Serranía, más los municipios de Millares y Cortes de Pallás, la Diputación de Valencia y la Generalitat Valenciana. Su propósito es la gestión común de los residuos municipales y, actualmente, da servicio a más de 250.000 habitantes, que generan alrededor de 140.000 toneladas de residuos urbanos cada año. Esto implica que la entidad –a través de la planta de Caudete de las Fuentes y, también, la planta de tratamiento de residuos de Llíria– debe hacer frente a los residuos que se generan en más del 50% del territorio de la provincia de Valencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad