Presos que dan vida a un balneario valenciano

El trabajo con personas que han tenido caminos tortuosos en sus vidas es la primera pata de una mesa de lo más reluciente. Altin es un ciudadano albanés condenado a cinco años de prisión por tráfico de drogas. Ahora, sólo la pulsera telemática le recuerda una etapa de su vida que desea dejar atrás gracias al apoyo de la Fundación: «Nos han dado la oportunidad de trabajar y les agradecemos su apoyo».

Vitor también es un ciudadano albanés que cuenta con su pericia con los idiomas como carta de presentación para haberse enlazado con una 'familia', como le gusta referirse a su presidenta: «Llevo dos meses en España y estoy contento de vivir aquí», añade Vitor, en medio del silencio de un paraje espectacular y donde trabajar pesa bastante menos. En ello juega un papel fundamental Art Solutions & Services, la empresa de inserción laboral de la Fundación.

A todos los trabajadores, cada uno con su historia a las espaldas, se les nota tanto un brillo especial en los ojos como un convencimiento en sus palabras de lo que están haciendo y del camino que han comenzado y que no desean abandonar.

Este concepto familiar y de equipo viene representado por José Antonio, marido de Diana Gutiérrez, una ciudadana peruana quien también trabaja en la restauración del paraje y que, al igual que sus compañeros, confía en poder seguir haciéndolo cuando el proyecto se abra al público. José Antonio no ha dudado en ayudar de manera altruista para que el espacio siga saliendo de la UCI en la que estuvo tras años de abandono, cierre y vandalismo extremo.

A cambio, todos ellos reciben, además de un trabajo, todo tipo de apoyo para trámites como la consecución de documentación y cursos formativos. «No hay reinserción sin tener un trabajo estable», apunta Castillo.

«Si esto estuviese abierto estaría a tope de gente. Hay mucho interés y mucha demanda», comenta Juanjo, un pintor de Catarroja que también fue condenado por tráfico de estupefacientes. Mientras pinta con mimo en el exterior del edificio agrega que raro es el día en que no haya familias que quieran acceder a las instalaciones o pregunten por los plazos de apertura de este espacio privilegiado en la Serranía.

Y eso es algo que motiva a la Fundación, que cuenta con la concesión del espacio para los próximos 30 años, y a todos sus trabajadores. La primera fase de esta gran iniciativa será la piscina y una cafetería, para comenzar a generar ingresos que ayuden a la sostenibilidad del proyecto. No fue posible cumplir el objetivo de apertura en la campaña estival de este año por motivos ajenos a la Fundación, pero con previsión de que sea el próximo verano.

Las instalaciones necesitan una adecuación y mejora, por lo que en la actualidad se está procediendo a la firma de un nuevo contrato de licitación de dichas instalaciones por parte de la EPSAR, entidad encargada del saneamiento de las aguas.

El siguiente paso, dentro de una obra que cuesta dos millones de euros, es un centro de día para personas mayores con capacidad de hasta 50 plazas.

Todo un reto para una comarca como la de los Serranos, muy envejecida y que necesita opciones para cuidar mejor a sus mayores: «Queremos evitar que envejezcan solos», detalla la presidenta, quien no ve cercano el día, en unos dos años, en que puedan recibir a los primeros mayores. Confían en que en poco tiempo llegue el visado previo y la imprescindible financiación por parte de todas las administraciones. A su favor juega, según explica Castillo, el cambio en la Generalitat: «El anterior gobierno era más inestable y menos serio. Ahora se ha notado un gran cambio de voluntad», comenta Castillo, quien destaca la labor de la diputada popular Elena Bastidas, «quien nos ha facilitado mucho las cosas».

Posteriormente llegará el momento de contar con un restaurante y de poder ofrecer alojamiento para quienes deseen disfrutar de unas aguas de altísima calidad y con múltiples beneficios. Como detalle, Castillo explica que, aunque les suponga más trabajo, su intención es que el usuario se encuentre con un agua lo más pura posible. En la memoria de todos está la 'época dorada' del balneario, epicentro del termalismo en la provincia y que, aunque ahora adaptado al siglo XXI, desean revivir.

En su lista de tareas completadas ya figura tanto la apertura de un centro de interpretación como la restauración de la ermita de la Virgen de la Estrella, del siglo XVIII.

Pero, pese a las cámaras de vigilancia instaladas, aún tienen que seguir luchando contra el problema del vandalismo, que en los últimos años arrasó con todo, lo aprovechable y lo que no lo era, dejando tras de sí un paisaje tras la batalla: «Aún siguen haciendo grafitis. Si agarro a uno de ellos…», se contiene uno de los trabajadores, más que comprometido con la labor de un equipo que rema en la misma dirección.

La frase de la madre Teresa de Calcuta que figura en la web de la Fundación Asunción Robles Torrecilla podría ser un buen resumen de la filosofía de esta familia: «Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tú puedes hacer cosas que yo no puedo; juntos podemos hacer grandes cosas».