El Rincón de Ademuz exige más agentes de la Guardia Civil para luchar contra la oleada de robos del último año

La última de ellas se refiere a la cuestión de la seguridad. Aunque no están sufriendo una cifra de robos que se pueda considerar alarmantes, los padecidos a lo largo del último año, tanto en bares como en casas particulares, ha levantado una cierta preocupación entre los alcaldes, quienes consideran que se hace necesaria una mayor presencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad. «Últimamente ha habido bastantes robos», ha reconocido José Antonio Monterde, alcalde de Torrebaja.

Con sólo un cuartel de la Guardia Civil abierto (el de Ademuz, ya que el de Torrebaja pasó a la historia), la presencia de agentes no es la que a los vecinos y alcaldes les gustaría. De hecho, el cuartel de Ademuz cuenta actualmente con seis agentes, pero el deseo de sus responsables es que pudiera contar con dos o tres más para poder ofrecer un mejor servicio en la zona.

El propio Monterde ha detallado que su intención es reunirse, junto al resto de primeros ediles, con la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, para transmitirle esta necesidad en forma de más personal para el único cuartel con que la Benemérita cuenta actualmente en el Rincón de Ademuz.

De este modo, a lo largo de los últimos meses, los ladrones se han llevado dinero o joyas de algunas casas y en ningún caso han podido ser sorprendidos porque aprovechan la ausencia de sus propietarios para cometer los robos. Así, en el caso de no tratarse de asuntos urgentes, como así se consideran los robos o intentos, los efectivos de la Guardia Civil han de desplazarse desde localidades como Chelva o Gestalgar, a algo más de una hora de distancia.

Con sus siete municipios (Ademuz, Torrebaja, Castielfabib, Casas Bajas, Casas Altas, Vallanca y la Puebla de San Miguel) y sus diez pedanías, la Policía Local es un organismo inexistente en la zona. La opción de que los municipios se pudieran unir para crear un ente de Policía Local que pudiera dar servicio a la comarca resulta bastante complicado debido a las escasas posibilidades presupuestarias de unos municipios pequeños. En próximas fechas está previsto que se celebre una reunión de primeros ediles para analizar, entre otras, esta problemática. Sin embargo, la opción que a día de hoy parece más factible es la de instalar cámaras de vigilancia en puntos concretos para disuadir a los ladrones.

Desde la Guardia Civil también han informado a los municipios que los robos que se produjeron en un bar en la zona fueron realizados por una banda que actuaba por la provincia de Teruel y que ya ha sido desarticulada.

Con una densidad muy baja, apenas 6 habitantes por kilómetro cuadrado, los vecinos están alerta y la instalación de alarmas tanto en domicilios particulares como en negocios ha aumentado en los últimos meses debido a una situación que les preocupa y que no quieren que se deje de lado. Además, algunos propietarios también han tomado la decisión de instalar cámaras que también puedan resultar disuasorias para los ladrones.

En este sentido, en algunas ocasiones también se ha logrado ahuyentar a los ladrones al escuchar los vecinos ruidos sospechosos principalmente por las noches.

Tanto los vecinos como las autoridades consideran también que la mayor presencia de agentes en el cuartel de la Guardia Civil tendría un beneficio añadido: serviría para fijar población, un aspecto que también quita el sueño en la zona, muy necesitada de nuevos vecinos.