B. GONZÁLEZ
Jueves, 21 de octubre 2021, 00:04
castellón. Vecinos de Vinaròs, principalmente, pero también de otras localidades vecinas en un radio de 40 kilómetros como Amposta o Sant Carles de la Ràpita, declararon como testigos en la tercera de las sesiones del proceso penal que se sigue contra Escal S.L. y dos de sus entonces directivos, Recaredo del Potro y José Luis Martínez Dalmau por el caso Castor, que se celebra en la Audiencia Provincial de Castellón.
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Todos ellos se vieron afectados por los seísmos que se produjeron durante la tercera fase de inyección del gas en la plataforma y la mayoría (dos de ellos residen en otros municipios) también sintieron los temblores.
El relato fue reiterativo por parte de todos tras las preguntas de la Fiscal. Notaron como el suelo se movió levemente en un primer momento y otro posterior, ya de madrugada, que llegó a despertarles por el movimiento de la cama. «Me acuerdo perfectamente. Estaba viendo la televisión y noté que el sofá se movía. Enseguida me metí en las redes sociales para ver si más gente lo había notado y así fue. Pero a los 20 minutos hubo un segundo terremoto, más fuerte, y el suelo tembló durante cinco segundos y fue cuando nos asustamos», relató uno de los vecinos de Vinaròs.
Varios días después, según explicó este vecino, al igual que el resto, detectaron la aparición de grietas en la pared, en el techo y suelo, fachada de la casa e incluso caída de azulejos. Alguna de las testigos indicó que la grieta llegó a ser de más de un dedo de grosor y que temió que el suelo se hundiera.
Siguieron el mismo procedimiento de acudir a su aseguradora. Todas se negaron a cubrir los daños argumentando que no había sido un terremoto natural. La opción que les dieron fue recurrir al Consorcio de Compensación de Seguros quien también rechazó hacerse cargo «porque había sido actuación de la mano del hombre».
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En la carta de respuesta del Consorcio también se indicaba a los afectados que los seísmos que se registraron no eran de la intensidad suficiente para generar daños, según la información del Instituto Geográfico Nacional (IGN). En la sala se manifestó que el mayor fue de 4,2 de magnitud.
A pregunta de uno de los abogados defensores sobre este dato del IGN, uno de los afectados contestó que «eso lo considera el Instituto Geográfico, pero a mí me salió una grieta».
En esta tercera sesión también testificó una trabajadora de Castor, quien aseguró que en la plataforma no llegó a notar ningún temblor pero sí en tierra, coincidiendo con los testimonios del resto de testigos.
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A preguntas de la acusación particular, sobre si los trabajadores relacionaban los seísmos con la inyección de gas, manifestó que «se comentaba, pero nadie a ciencia cierta podía asegurar que hubiera tal relación».
El juicio se reanuda el próximo lunes con la declaración de 13 testigos.
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