![La Comunitat Valenciana registra 6.500 hectáreas de suelo agrícola abandonadas en 2022](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/28/bomberos1-RSNb219ZBwLkXArcDDyAjdP-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![La Comunitat Valenciana registra 6.500 hectáreas de suelo agrícola abandonadas en 2022](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/28/bomberos1-RSNb219ZBwLkXArcDDyAjdP-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Es una posición común a todos los expertos. El abandono del mundo rural favorece la propagación de los incendios forestales. Es un factor más que como otros (el aumento de la carga de combustible, el fuerte viento, las altas temperaturas...) contribuyen a la ... difusión de las llamas.
Y en este balance la Comunitat sale perdiendo. Una de cada tres hectáreas de cultivos abandonados en 2022 correspondió a las provincias valencianas, que lideran el ránking a nivel nacional. De hecho, el año pasado se abandonaron cerca de 6.500 hectáreas en la autonomía.
De esta forma, la superficie abandonada en la Comunitat en los últimos años supera las 170.000 hectáreas. En España, el número de suelo que se dejó de cultivar el año pasado se incrementó un 2% respecto a 2021 frente al 3,9% en tierras valencianas. Es decir, 20.240 hectáreas más en el conjunto del Estado que elevan el cómputo general a 1.043.239 hectáreas. Son datos de la encuesta Esyrce del Ministerio de Agricultura.
Noticia Relacionada
Los datos en la Comunitat hablan por sí solos. En el año 2000 había 826.428 hectáreas de cultivo en tierras valencianas. Veintiún años después son 651.474. Más de de 170.000 perdidas desde que comenzó el siglo.
El despoblamiento y el abandono de cultivos en el Alto Mijares, comarca donde está centrado el incendio de Villanueva de Viver, en poco más de dos décadas se han perdido 1.935 hectáreas de cultivo, el 40%, por lo que se duplica el decrecimiento de la Comunitat Valenciana como consecuencia del despoblamiento y de un mayor abandono en estas zonas de interior desfavorecidas.
Así, en 2000 había 4.931 hectáreas de cultivo en el Alto Mijares, según datos facilitados por La Unió. En 2015 esta cantidad bajó a 3.204, a 3.017 en 2020 y a 2.996 en 2021. Todo un indicador que permite medir el abandono rural que está cebándose con el interior de la Comunitat Valenciana y que supone toda una lacra.
Ahora Les Corts van a tramitan la ley de despoblamiento valenciana que fue aprobada el pasado mes de enero por el pleno del Consell y a la que Les Corts dará previsiblemente el visto bueno definitivo este jueves. Este texto legal pretende implementar medidas para frenar el abandono del interior de la Comunitat. Pero que desde el PP es duramente criticada porque señalan que no ayudará a resolver la situación.
En este este sentido la portavoz popular de Medio Ambiente en Les Corts, Elisa Díaz, ha señalado que se trata de «una declaración de buenas intenciones sin medidas concretas, y verbos en futuro, a pesar del trámite de urgencia». En la misma línea, ha señalado «que se que ha aprobado una enmienda para incluir una disposición transitoria dándose tres años para adoptar esas medidas».
Noticia Relacionada
Belén Hernández
Díaz ha precisado que abundan en el texto verbos como «se deberá procurar», «se deberá garantizar», «se deberá fomentar», «se deberá establecer»... Por otro lado, la parlamentaria popular señala que se no se menciona a la caza y a la ganadería sólo se le dedica un artículo.
Por otro lado, los expertos han establecido una relación directa entre el abandono del campo por parte de la población y el incremento del riesgo de que se expanda un incendio forestal. En este sentido, Diana Colomina, coordinadora de Bosques de la entidad conservacionista WWF, ha señalado que la despoblación es un elemento más del cóctel que permite explicar la virulencia de los incendios de los últimos años.
En este sentido, Colomina detalla que al abandono de los terrenos agrícolas conlleva la desaparición del aprovechamiento forestal. Todo ello hace que haya más combustible para alimentar los incendios. Más o menos la secuencia es la siguiente. En primer lugar, la gente abandona los municipios de interior.
El paso siguiente es que el agricultor deja los campos que cultivaba que de esta forma se llenan de maleza y forman un continuo forestal. Ya no hay nada que contenga al bosque y este avanza con árboles y sotobosque. Además, también se dejan de hacer las tareas de aprovechamiento forestal que ayudaban a contener la expansión de la vegetación.
Por otro lado, este abandono de las tareas agrícolas y silvícolas evitan dibujar el paisaje mosaico que tradicionalmente ha servido para controlar la vegetación. Este se caracteriza por ser un paraje diverso en el que conviven campos cultivados, huertas, sembrados, pastos y diferentes tipos de bosques. Cada una de estas piezas pone obstáculos al fuego, que se propaga más lento y es más sencillo hacerle frente.
De hecho, la entidad conservacionista WWF España está realizando un proyecto piloto en Yátova y Dos Aguas para la prevención de este tipo de siniestros a través de la construcción de un paisaje mosaico. Ahora mismo acaba de finalizar la restauración de 50 hectáreas. Esta actuación, con la que se pretende prevenir la aparición de incendios, minimiza los riesgos de propagación y severidad del fuego e incrementa su resiliencia frente a nuevos incendios.
Por su lado, Rafael Delgado, presidente de la Plataforma Forestal Valenciana, se ha pronunciado en el mismo sentido y ha advertido que, «mientras no se revitalicen las actividades agrarias y se apueste por políticas de vertebración y gestión del territorio», la situación de los incendios forestales «irá a peor».
Delgado ha señalado que la causa profunda de estos incendios reside en «la falta de vertebración del territorio, el éxodo rural y la despoblación». Para Delgado se realizan «políticas equivocadas» que no gestionan el territorio, sino que continúan fomentando «modelos de producción lineal en lugar de una economía circular y la desigualdad entre las oportunidades entre la población urbana y la rural».
También ha recalcado que «en la última década la única política que ha habido en la Comuntiat es la protección». Aquí ha alertado del riesgo de tener únicamente la «ambición de proteger» sin poner el acento en la gestión y la planificación: «El fuego no distingue parque naturales», ha apostillado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.