Uno de los problemas de la sanidad valenciana es la habitual carestía de profesionales en las bolsas de empleo con los que cubrir bajas y necesidades específicas, algo que el Consell quiere mejorar manteniendo abiertas las bolsas para facilitar las inscripciones en cualquier momento.
El año 2022 debe ser el ejercicio en el que se supere la pandemia y el Covid-19 deje de colapsar los centros sanitarios. Mejorar la gestión de los contagios evitando que el aluvión de PCR atasque Atención Primaria será uno de los pilares fundamentales. La atención a las secuelas y el Covid persistente debe centrar parte de los esfuerzos.
Mantener o incluso incrementar la colaboración del sector privado se ha vuelto imprescindible, especialmente durante la pandemia, por lo que los programas de derivaciones seguirán teniendo protagonismo para tratar de reducir las listas de espera, sobre todo las quirúrgicas.
22.743 derivaciones de pacientes para ser operados en hospitales valencianos formalizó en 2020 la Conselleria de Sanidad, según recoge la memoria de actividad del departamento. Supone un aumento de casi el 52% con respecto a las 14.980 del año anterior. Y en 2021 serán más debido a la incidencia de la pandemia.
Esperar más de un año para poder someterse a una prueba diagnóstica o tener cita con el médico especialista es uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los pacientes valencianos, una situación que se ha visto acrecentada por el avance de la pandemia, con el cierre de las consultas externas y la derivación de profesionales a Medicina Interna y los servicios de Urgencias. Agilizar esas consultas será uno de los principales retos y para eso hay previsto un aumento de las plantillas.
97 días, de media, es la espera que sufren los pacientes que tienen que ser atendidos por un especialista, demoras que se han duplicado en el último año. En total, 194.379 enfermos esperaban atención a finales de 2020.
Tras la reversión a l gestión pública del hospital de Torrevieja y las resonancias magnéticas, es el turno de acometer el proceso para que Sanidad asuma la distribución de fármacos en las residencias de mayores. Tras la presión del sindicato CCOO-PV, con protestas a las puertas de la sede de la conselleria, el departamento autonómico se ha comprometido a que el proceso se inicie por la vía de urgencia y se formalice a lo largo del primer trimestre de 2022. El contrato de licitación venció hace nueve años y este ejercicio debe ser el del cambio de manos.
La Conselleria de Sanidad acumula año tras año un mayor volumen de pagos a través de los expedientes de enriquecimiento injusto (más de 157 millones en 2021), un mecanismo por el que la administración abona un servicio que ya le ha prestado uno de sus suministradores aunque carecía de contrato para ello. No es ilegal, pero desde la Sindicatura de Cuentas hasta la Agencia Antifraude, pasando por la propia Intervención, remarcan que es «nulo de pleno derecho por ser contrario al ordenamiento». Cambiar la actual dinámica será uno de los principales retos en el ámbito económico del departamento.
El virus ha «cambiado el sentido de los hospitales, al transformar quirófanos en UCI y salas de hospitalización de otras patologías en espacios Covid», resume CSIF. El reto de estos centros será recobrar la normalidad.
Los investigadores valencianos tuvieron que poner el grito en el cielo (y hasta acudir a los tribunales) para tratar de estabilizar su trabajo puesto que, en buena parte de los casos, encadenan contratos temporales en fraude de ley. Sanidad se comprometió a tratar de mejorar la situación, aunque es un asunto estatal. La pandemia ha puesto de manifiesto su importancia, por ejemplo, con el desarrollo de un sistema de detección y eliminación del Covid en interiores. Sobre este asunto, la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital destinará casi 10 millones de euros al programa Investigo para la contratación de jóvenes en paro que quieran impulsar iniciativas de investigación e innovación en la Comunitat Valenciana.
Contratos
- Módulo A: con un sueldo de 22.405 euros por persona contratada y año.
- Módulo B: con un salario anual de 33.108 euros por cada joven contratado.
La plantilla de médicos de la Comunitat cada vez está más envejecida, por lo que las jubilaciones de facultativos cada ver superan más ampliamente a las nuevas incorporaciones. Desde el Colegio de Médicos calculan que serán necesarios unos 250 facultativos adicionales cada ejercicio para mantener los índices actuales. Sin embargo, es posible que este año se articule un procedimiento que permita a los médicos computar sus horas de guardia trabajadas para poder solicitar una jubilación anticipada voluntaria sin merma económica, según CESM.
La demora quirúrgica pone de manifiesto que la asistencia sanitaria no es igual de ágil en unas zonas que en otras. Los pacientes del hospital de Alcoy, por ejemplo, cerraron el año con una espera media de 168 días para someterse a una operación, frente a los enfermos del departamento de salud de Elx-Crevillent, con apenas 45 días. Reducir las esperas y evitar esta descompensación entre los territorios será otro de los grandes retos de Sanidad en 2022.
60.674 pacientes están a la espera de una operación en los hospitales de la Comunitat.
La falta de equipos de protección individual (EPI) y de otros elementos para protegerse del Covid-19, como mascarillas, guantes o batas, fue una constante en los primeros días de la pandemia. La situación fue tan grave, que el Sindicato Médico CESM-CV ha iniciado una batalla judicial para depurar responsabilidades en la cúpula directiva de la Conselleria de Sanidad, que se enfrenta, además, a la posibilidad de tener que hacer frente a miles de indemnizaciones. El fallo judicial marcará el devenir de parte de los cargos políticos del departamento, donde siempre se han escudado en que la carestía de estos dispositivos fue generalizada y que, en cuanto fue posible, se fletaron aviones para traer a la Comunitat todo el material necesario.
Otro importante reto al que tiene que hacer frente este año la Conselleria de Sanidad es el de incrementar las negociaciones, tanto con las fuerzas sindicales como con las sociedades científicas, profesionales, y hasta con el sector privado para la toma de decisiones que, por un lado, afecten a la situación laboral de los trabajadores y, por otro, mejoren la asistencia sanitaria a los pacientes. Evitar que buena parte de las mesas sectoriales sean sólo informativas e incrementar los acuerdos con los sindicatos debe ser otro de los objetivos a conseguir a lo largo de 2022.
Cumplir con el Plan de Infraestructuras Sanitarias 2021-2023, proyecto que contempla una inversión de 658,3 millones de euros repartidos en cerca de un centenar de actuaciones, será otra de las promesas a las que Gobierno autonómico tendrá que hacer frente. La iniciativa prevé la reforma y/o la ampliación de 22 hospitales valencianos, obras que, en teoría, se traducirán en un incremento de 1.206 camas para ingresos y 48 nuevos quirófanos; así como la construcción o mejora de 50 centros de salud y seis de especialidades, y la creación de un nuevo complejo para acoger el Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (Isabial). El reto será arrancar con la decena de obras que siguen pendientes.
658,3 millones de euros tiene previsto gastar el Consell entre 2021 y 2023 en actuaciones de mejora en las infraestructuras sanitarias.
En total son 73.729 los profesionales que trabajan en la red sanitaria pública valenciana, según el último dato aportado por la Conselleria de Sanidad. Médicos, enfermeros, celadores, administrativos, técnicos y demás trabajadores que hacen posible el funcionamiento diario de hospitales y centros de salud. Pero no son suficientes y la pandemia lo ha puesto de manifiesto con creces. Ni siquiera la contratación de unos 9.000 sanitarios más han conseguido evitar el colapso que han sufrido, por momentos, las instalaciones. El reto de incrementar las plantillas, especialmente en departamentos y especialidades con más carestía, como anestesiólogos o pediatras, es uno de los más difíciles a los que se enfrenta la Conselleria de Sanidad durante este año que ahora comienza. El departamento tendrá que hacer frente a su compromiso de crear a lo largo del ejercicio unas 6.000 plazas estructurales con las que, de forma estable, incrementar la cifra de profesionales que prestan servicio en la Comunitat. Sin embargo, sindicatos como CSIF calculan que sería necesario llegar, al menos, hasta las 11.000. De ellas, 4.500 deberían ir destinadas a Atencion Primaria y, el resto, para los hospitales y centros de especialidades de la Comunitat.
La conselleria asumió a finales de año la gestión del servicio des resonancias magnéticas en los hospitales después de 13 años sin contrato. Para evitar que crezcan las esperas y se disparen las pruebas pendientes, el departamento activará un contrato de refuerzo para que se puedan derivar pacientes a empresa privadas si es necesario.
115 técnicos especialistas ha asumido Sanidad con la reversión de las resonancias.
La pandemia ha tenido un impacto todavía difícil de cuantificar en la salud mental de los valencianos. Los ingresos en las unidades específicas para este tipo de dolencias se han incrementado un 10% a lo largo del ejercicio y las consultas de pacientes con los especialistas han experimentado un aumento exponencial, tanto en el ámbito público como en el privado. De hecho, la Comunitat es ya la segunda autonomía española que presenta mayores prevalencias de diagnósticos de depresión entre los mayores de 15 años. La ansiedad y el estrés son los trastornos más detectados, con uno de cada cinco casos, seguidos por los problemas relacionados con cuestiones afectivas y con el estado del ánimo. Además, los profesionales llegan a atender al año unas 10.000 consultas por ideas o intentos de suicidio. La Conselleria de Sanidad es consciente de la grave situación y, para ello, ha previsto invertir este año 115 millones de euros para reforzar el ámbito de la atención a la salud mental, lo que debe permitir la incorporación de nuevos profesionales. El reto del departamento será lograr que el sistema público sea capaz de detectar de forma precoz estos problemas y atenderlos con celeridad, puesto que los retrasos en la asistencia a estas dolencias pueden tener consecuencias muy graves.
250 profesionales se incorporarán a lo largo del año a los servicios de Salud Mental valencianos. Además, la Conselleria de Sanidad va a destinar diez millones de euros a la adquisición de parcelas, reforma y construcción de nuevas infraestructuras para atender estas dolencias. En concreto, el presupuesto en Salud Mental y Atención a media y larga estancia asciende a 115,9 millones de euros, que supone un 19,33% más que el destinado a este ámbito específico en 2021.
Dotarse de los últimos avances tecnológicos también va a resultar clave tanto este año como los próximos ejercicios. En la Comunitat, la red pública renovará y ampliará 78 equipamientos tecnológicos de vanguardia empleados en el diagnóstico y tratamiento de patologías de alto impacto social, como TAC o resonancias magnéticas, con más de 81 millones de euros. En el ámbito privado, hospitales como IMED Valencia disponen ya de sistemas como el robot da Vinci, que ofrece resultados «iguales y mejores que la cirugía convencional, con los beneficios de la cirugía mínimamente invasiva», según explican.
Ante el avance de la pandemia, las vacunas contra el Covid-19 son la principal arma para reducir la mortalidad, los ingresos hospitalarios y tratar de contener la explosión de contagios. Por tanto, acelerar la administración de dosis de refuerzo -ámbito en el que la Comunitat va algo rezagada- entre los mayores de 40 años y profesionales esenciales, y terminar de inmunizar a los niños de entre 5 y 11 años de edad es el objetivo a cumplir en el menor plazo posible, así como tratar de captar a los miles de valencianos que todavía hoy son reacios a la vacuna. A medio plazo, posiblemente a mediados de año, podría ser ya una realidad palpable la nueva vacuna que está desarrollando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a través de un equipo liderado por el virólogo Luis Enjuanes. Esta vacuna es autoamplificable, lo que significa que la dosis de ARN que se inyecta puede multiplicarse por 5.000 veces dentro del organismo; además, genera una inmunidad esterilizante, es decir, las personas vacunadas no solo no enferman, sino que tampoco se infectan ni transmiten el virus.