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Más de cinco años han transcurrido desde que el Ministerio de Transportes (entonces llamado de Fomento y con el popular Íñigo de la Serna al ... frente) presentara el Plan de Cercanías de la Comunitat que, con una inversión de 1.436,55 millones (a repartir entre Adif, con 1.081 millones, y Renfe, con otros 354), se marcaba como objetivo modernizar este servicio ferroviario y, además, servía para reemplazar al plan presentado en 2010, que apenas había llegado al 1% de ejecución.
Así, con el horizonte de 2025, el documento -del que la presidenta de Adif dijo en verano de 2021 que era un borrador que se estaba revisando- contempla actuaciones en la infraestructura, como la duplicación y renovación de vía o la supresión de pasos a nivel; mejora de estaciones y de servicios; y compra de material rodante para la renovación del parque móvil de Renfe.
A la baja ejecución del Plan de Cercanías en su globalidad que ha denunciado en varias ocasiones la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana (y que en diciembre del año pasado rondaba el 23%), se suma el caso concreto de la supresión de los pasos a nivel, donde lo más llamativo es la situación de la línea C-1 de Cercanías, que discurre entre Valencia y Gandia, y de plena actualidad por el accidente ocurrido este miércoles en Alfafar, donde una joven fallecía arrollada por un tren de la C-1 al cruzar un punto negro que acumula más de cien víctimas en cuatro décadas.
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Así, no se ha suprimido ningún paso a nivel en esta línea -una de las dos que pasa por Alfafar (la otra es la C-2, Valencia-Moixent)- de los 12 anunciados en el Plan de Cercanías, una actuación que llevaba asociada una inversión de 21,78 millones de euros. Hasta el momento, sólo se han licitado dos obras para eliminar dos puntos negros en el municipio de Cullera, de los que únicamente hay trabajos en uno de ellos. Además, las dos licitaciones todavía se adjudicaron el año pasado, según la información facilitada por la Cámara de Contratistas y que figura en la Plataforma de Contratación del Estado.
Hay una tercera, también en Cullera (en concreto en la Partideta), que quedó desierta porque ninguna empresa acudió a la licitación al coincidir con la escalada de precios de las materias primas, por lo que está pendiente de que la empresa pública vuelva a sacar el concurso.
Las supresiones de la C-1 activadas, que se ubican aproximadamente a unos cinco y siete kilómetros de la estación de Cullera, suman una inversión conjunta de 10,1 millones de euros y Adif marcó un plazo de ejecución de 12 meses cuando realizó el anuncio a mediados de 2021.
Esas obras consisten en la construcción de una estructura de un paso superior para vehículos y peatones con un gálibo de siete metros y otro paso superior con una calzada de seis metros. También se han de ejecutar cuatro caminos de enlace para reponer la accesibilidad a las fincas colindantes en el proyecto de Borrons, mientras que son tres los caminos afectados por el otro proyecto.
Es el paso a nivel del Camí dels Borrons es el que está actualmente en marcha. Fue adjudicado a Torrescamara hace ahora un año por importe de 4,6 millones y debería estar próxima su finalización, según la planificación inicial de Adif. Licitado, adjudicado y sin movimiento está el otro paso a nivel, situado en el punto kilométrico 30/493, y cuyas obras corresponden a Puentes y Calzadas Infraestructuras S.A., que logró la adjudicación en agosto de 2022 por 3,4 millones.
Al margen de estas obras, y por tanto del Plan de Cercanías de 2017 -de cuya reelaboración no ha vuelto a saberse nada-, Adif eliminó otros dos pasos a nivel en Xeresa y l'Alcúdia de Crespins. En este último caso, la intervención estaba asociada a las obras en el tramo Moixent-Alcúdia de Crespins y el convenio entre Adif y el Ayuntamiento de esta última localidad se firmaba en agosto de 2017, cinco meses antes de la presentación del plan ministerial.
El de Xeresa es más reciente, pues las obras se dieron por finalizadas en diciembre de 2020 tras un parón motivado por la quiebra de la empresa concesionaria. Como en el caso anterior la confirmación de la supresión es anterior, pues ya en marzo de 2017 la Dirección General de Carreteras tumbaba el proyecto por unas deficiencias en el mismo.
En el lado opuesto, el paso a nivel de Benifaió (corresponde a la línea C-2 y es el último que queda en el municipio) cuyo proyecto está pendiente de movimiento.
En paralelo, Adif tiene en marcha un Plan nacional de supresión de pasos a nivel, que debía desarrollarse entre 2016 y 2024, y que preveía la supresión de 74 pasos a nivel en España en un primer lote, de los que seis correspondían a la Comunitat. De ellos, tres en una primera fase, situados en Tavernes de la Valldigna, Cullera y Novelda. La inversión ascendía a 348.000 euros en un lote compartido con actuaciones en Murcia y Cataluña.
La reclamación de Alfafar y Sedaví para eliminar el paso a nivel que separa los dos municipios, y en el que incluyen el soterramiento de las vías como solución definitiva, es similar a la realizada por el municipio catalán de Montcada i Reixac, donde más de 170 personas han perdido la vida en las últimas cuatro décadas, según las cifras publicadas en medios catalanes. Una localidad, además, con una población (36.000 habitantes) similar a la conjunta de las dos valencianas. Sin embargo, su reivindicación –y clamor ciudadano e institucional– sí que ha encontrado eco en el Ministerio de Transportes, que el año pasado licitaba el proyecto para soterrar las vías. Hasta en dos ocasiones, pues la primera fue tumbada por la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) al solicitar la revisión de los precios, lo que obligó al ministerio a revisarlos. El Consejo de Ministros autorizaba la nueva licitación a finales de 2022 por importe de 621 millones, que actualmente está en fase de evaluación por parte de Adif, según recoge el expediente en la Plataforma de Contratación del Estado. En este caso, la propuesta pasa por la ejecución de un túnel de una longitud de unos 4 kilómetros, que alojará tres vías, y también se construirá una estación soterrada. Una actuación justificada, según señaló el ministerio en un comunicado, por «una elevada densidad de tráfico de vehículos y peatones y en una línea con gran número de circulaciones de las líneas R2 y R11 de Rodalies», algo que también sucede en el ejemplo valenciano.
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