Una usuaria de patinete entra a la estación del Norte, este martes. IVÁN ARLANDIS

Adiós a los patinetes en Renfe: «Esto lo ha debido decidir alguien que tiene coche»

Los usuarios lamentan la prohibición de VMP en los trenes y adelantan que tendrán que buscar alternativas, incluido el vehículo privado

Martes, 28 de noviembre 2023, 15:11

Quienes este viernes han cogido el tren y se han subido a él con el patinete eléctrico lo han hecho a sabiendas de que en breve este gesto tan cotidiano para ellos dejará de ser posible. En concreto, dentro de justo dos semanas, porque a ... partir del día 12 Renfe prohibirá a los viajeros subir al tren con patinete eléctrico por «la situación de peligro generada ante incendios de baterías que se han registrado en algunos transportes públicos». Sevilla lo hizo en el metro 2021, en Cataluña se prohibió en todo el transporte público en febrero tras la explosión de un patinete en el servicio de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) en noviembre de 2022 y en Madrid se impidió el acceso a los transportes públicos que gestiona la Comunidad de Madrid el pasado 4 de noviembre.

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Ahora la prohibición llega a Valencia. Afectados quedan, por tanto, cientos de pasajeros, sobre todo a hora punta, que no entienden por qué se prohíbe el uso de un medio de transporte sostenible. La decisión de Renfe, dicen los usuarios encuestados, les obligará, incluso, a coger el coche. LAS PROVINCIAS ha acudido a la estación del Norte para preguntar a los viajeros que entraban o salían con patinetes. Y la sensación general es que la decisión les afecta mucho en su día a día.

Porque si llegas en tren a Valencia es porque vives lejos. Mucho. Como en Riola, un pueblo al lado de Sueca, donde vive Matthew, un profesor de inglés de Manchester que da clase en Benimaclet. Riola está a casi 40 kilómetros del centro de Valencia, un recorrido que él hace en Cercanías. Gasta más de una hora en ello. Luego, sale del tren, se sube al patinete eléctrico y va hacia el norte de la ciudad. Un viaje largo que se ve acortado gracias al uso del vehículo de movilidad personal (VMP). «Lo necesito para ir a la estación y luego hasta Benimaclet. Si no puedo usarlo, tendré que dejarlo en casa e ir en metro o coger el coche», explica Matthew, que no entiende qué pasa con los patinetes en los trenes. «Si los llevas plegados no ocupan nada», comenta.

Algo parecido tendrá que hacer Esther, que aunque este martes se había traído el patinete a Valencia, no suele coger el cercanías en la capital porque vive en Castellón y trabaja en Almenara, en un almacén de naranjas. «Buscaré alternativas al tren porque vivo lejos tanto de la estación en Castellón como del trabajo en Almenara», lamenta. Esas alternativas pasarán por caminar, el bus o, claro, el coche.

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Porque el vehículo privado es la opción que más repiten los pasajeros que ahora emplean el patinete. La decisión de Renfe, a la que pronto podrían seguir otros operadores de transporte, trae aparejado lo que parece, al menos a tenor de la encuesta de este martes, un aumento del uso del coche privado. «A mí me afecta muchísimo porque tendré que caminar porque no tengo coche», explica Pedro, de Burjassot. «No sé quién se inventó esta medida. Seguro que alguien que tiene coche», desliza con sorna. Él trabaja en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. La mejor alternativa desde la estación del Norte es coger el metro y la línea 10.

Los más afectados son, en este sentido, los más jóvenes, dado que, por norma general, no disponen de vehículo propio. Es el caso de Mohamed, de 20 años, que estudia Ingeniería Topográfica . Vive en Silla, por lo que necesita sí o sí el tren para venir a Valencia. Y luego, desde la estación del Norte, tiene que ir al campus de Vera. «Me afecta mucho, no sé qué voy a hacer. Tendré que ir en bus», lamenta. Lo mismo ocurre con María del Carmen, que estudia en el campus de Burjassot y que sale a toda velocidad con el patinete. «Si me lo quitan, me joden la vida», dice antes de perderse anillo ciclista arriba. No es una situación tan dramática, por supuesto, pero la decisión, que sólo busca mejorar la seguridad en los medios de transporte, sí puede afectar gravemente al día a día de cientos de usuarios, que se han acostumbrado a los patinetes eléctricos como una forma de transporte sostenible que, ahora, tienen que replantearse.

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