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Agentes de la Policía en un hospital. Alfredo Aguilar

Las agresiones a los médicos registran la cifra más alta de la década en Valencia

En 2023 se produjeron 39 ataques a facultativos y en la Comunitat se han incrementado un 30% respecto al año anterior

José Molins

Valencia

Martes, 12 de marzo 2024, 00:40

Insultos, amenazas, empujones e incluso acciones más violentas como puñetazos son cada vez más habituales en los centros sanitarios valencianos. Las agresiones a los médicos ... no paran de crecer y en este 2023 registraron las cifras más altas en una década en la provincia de Valencia y un incremento del 29% respecto al año anterior en toda la Comunitat. Se trata de los números oficiales de denuncias ante la policía, que ha hecho públicos este lunes el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), pero que no representan la totalidad de las agresiones que se producen a los facultativos, ya que muchas no se denuncian.

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Estos golpes y demás actos reprobables, tanto físicos como verbales, se han cebado especialmente con la provincia de Valencia, la más castigada de la región. El Colegio de Médicos de Valencia (ICOMV) registró durante el año 2023 en sus servicios jurídicos denuncias por 39 agresiones a médicos de la provincia, una cantidad que supone un incremento del 56% respecto a 2022. Es el número más alto recogido en diez años, superando las 29 del año 2021 y las 25 que se contabilizaron en 2017 y 2019. Y se sitúa claramente por encima de la media de estos diez últimos años, situada en 23 casos.

Este estudio expone solamente las agresiones realizadas a médicos, pero el total de la violencia en los centros sanitarios es mayor, ya que también sufren violencia enfermeros, celadores, auxiliares y administrativos. Para el sindicato UGT estas cifras son «sólo la punta del iceberg porque hay muchas más que no se llegan a denunciar ante la policía», indican, y en un informe que han realizado critican que la Conselleria de Sanidad no haya puesto personal de seguridad en los centros más problemáticos, cuando se comprometió a ello hace más de un año tras su análisis del Mapa de Riesgos. En este documento se ponía de manifiesto que en dos de cada cinco centros de Atención Primaria de la Comunitat se han producido ataques a sanitarios.

Sobre estas 39 agresiones en Valencia, la mayoría las sufrieron mujeres, según detalla el ICOMV. Las médicas fueron objeto de ataques en 27 ocasiones (el 69%), mientras que los otros 12 los recibieron facultativos varones. En la gran mayoría de los casos registrados se produjeron insultos y vejaciones. En 13, se profirieron, además, amenazas y coacciones. Se recibieron 3 denuncias por acoso. Y en 6 casos hubo lesiones físicas.

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Discrepancias con la atención

Aunque nunca hay motivos que expliquen una agresión, y menos a un médico, lo cierto es que la saturación en los centros sanitarios y las largas esperas suelen crear un ambiente de crispación entre los pacientes y sus familiares. El informe del Colegio de Médicos indica que el principal motivo por el que se produjeron las agresiones fueron las discrepancias con la atención médica, seguido de discrepancias personales, el tiempo en ser atendido, el mal funcionamiento del centro, e informes no acordes a las pretensiones de los pacientes.

En el total de la Comunitat, los colegios de las tres provincias registraron 72 agresiones durante 2023, superando las 56 del año anterior. En el conjunto de España, el CGCOM ha explicado que fueron 777 los ataques a facultativos, con una media de más de dos diarios, en un acto celebrado para conmemorar el Día europeo contra las agresiones a profesionales sanitarios, que se celebra el 12 de marzo. En la provincia de Castellón fueron 14 agresiones, y también supone un aumento en un año (16%) y confirma el repunte de casos de los últimos años.

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El Colegio de Médicos de Castellón apunta que 8 de ellas ocurrieron en los centros hospitalarios y 6 en Atención Primaria, y que la discrepancia con la atención médica también fue la causa fundamental, ya que motivó 13 de esas agresiones. La mayoría de los casos (10) fueron amenazas o coacciones, 4 fueron insultos y 2 lesiones físicas. Los agresores tenían en 12 de los 14 casos menos de 45 años. En el Colegio de Alicante se contabilizaron 19 casos, el único donde no han aumentado, ya que se igualaron las agresiones de 2022.

Por su parte, el sindicato CCOO ha propuesto a Sanidad, en el Comité de Seguridad y Salud, que los profesionales de la salud puedan denunciar las agresiones sufridas en su propio lugar de trabajo. «Esta herramienta puede resultar muy efectiva y favorecer que toda agresión se denuncie, pues acerca a la policía hasta los centros sanitarios», señalan en un comunicado. «Un escenario de desconfianza, exigencia desmedida y agresividad sólo tiene consecuencias perjudiciales para todos, profesionales y ciudadanía. Es necesario concienciar a la sociedad de que el personal no tiene culpa de las listas de espera, del colapso de su centro de salud o de las demoras para una prueba diagnóstica», establece el sindicato.

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Y en su informe, UGT destaca la «necesidad de acelerar la implementación de medidas para conseguir que los centros sanitarios sean lugares seguros». Y por ello lamenta que un año después de la celebración de una Mesa Sectorial en la que propusieron a Sanidad que mejorase la seguridad en los centros y que pusiera en marcha medidas para frenar este problema, no se ha iniciado ninguna y las cifras de violencia no dejan de aumentar. Así, en los centros con más agresiones, como son los de Torrent, Burjassot, Campanar, Benicarló, Elche o Peñíscola, Sanidad se comprometió a reforzar la seguridad, pero un año más tarde no se ha contratado a ningún vigilante más. También critica que la conselleria «ni siquiera ha constituido el Observatorio de agresiones» que acordó crear para analizar estos casos y evaluar los riesgos de violencia hacia los sanitarios.

El secretario general del Colegio de Médicos de Alicante, José Manuel Peris, lanza un mensaje de sensibilización a la sociedad para erradicar este grave problema. "No se denuncian todas las agresiones por miedo a posibles represalias, por vergüenza de lo sucedido, o por cansancio ante la cantidad de trámites que conllevan, la lentitud de la Justicia y también, las condenas irrisorias en las que la mayoría de los casos terminan las denuncias. Necesitamos penas más contundentes, que sean ejemplarizantes y disuasorias y que animen a los profesionales médicos a denunciar más estos episodios violentos, una ley específica que los recoja", manifiesta.

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