![Los agricultores valencianos defienden su gestión del agua frente a las acusaciones de Greenpeace](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/06/26/regadio-RHH5SGqLUYXik6wQPvCoAZJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Los agricultores valencianos defienden su gestión del agua frente a las acusaciones de Greenpeace](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/06/26/regadio-RHH5SGqLUYXik6wQPvCoAZJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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La organización ecologista Greenpeace denunció hace unas semanas en su informe 'La burbuja del regadío en España' la situación en la Comunitat Valenciana mientras urgía a tomar medidas que para la entidad pasan por la reducción de este tipo de cultivos ante ... la enorme cantidad de agua que gastan.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha querido salir al paso de estas afirmaciones y ha rechazado de plano la posición de la organización ecologista.
La entidad agrícola pone las cifras encima de la mesa. Por un lado, la superficie de las tierras en regadío ha descendido un 12% en la Comunitat, pasando de 369.465 hectáreas en 1989 a 324.000 en 2022, según datos del Informe del Sector Agrario de la Generalitat Valenciana. Además, los agricultores han realizado una gran inversión para ir sustituyendo el riego por gravedad (de 128.325 hectáreas en 2006 a 74.812 en 2022, un 40% menos) por el riego localizado (de 162.781 hectáreas en 2006 a 204.245 en 2022, un 25% más).
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La consecuencia de estas inversiones es que el volumen de agua utilizado por los agricultores valencianos ha descendido un 32% desde el año 2000 hasta 2018, último ejercicio con datos oficiales. Así, ha pasado de 1.985 hectómetros cúbicos a 1.227. Además, el consumo de agua por superficie regada también ha descendido un 11% desde 5.201 metros cúbicos por hectárea en 2006 a 4.583 en 2018. En este sentido, acusan a Greenpeace de faltar a la verdad cuando afirma que «el ahorro en consumo se centra en el uso urbano e industrial y no en la agricultura».
Para los agricultores, la organización ecologista señala el problema pero «prohíbe la solución». Las dos entidades coinciden en señalar que en España el agua es escasa (fundamentalmente donde llueve poco), está contaminada (sobre todo en los entornos de las grandes ciudades y en las áreas con déficit hídrico porque se concentra más la contaminación) y mal gestionada (por los gestores políticos, pero bien por las entidades de riego).
Pero para AVA-Asaja la solución pasa, siempre dentro de lo posible y avalada por la ciencia, por almacenar más agua, reutilizarla y distribuirla de donde sobra a donde falta. Si no se aplican estas medidas -considera- se condena a la agricultura y, con ello a la producción de alimentos y al cuidado del territorio.
La organización agrícola señala que para ser España el segundo país con más estrés hídrico de Europa, «tener el 16% de los regadíos en áreas tensionadas no está bien, pero tampoco es el fin del mundo». En este sentido, AVA se pregunta «¿por qué Greenpeace, que opera en todo el mundo, no nos dice el porcentaje que hay en países terceros como Marruecos, Turquía o Egipto, cuyos productos agrarios nos sustituirían en el mercado europeo?».
AVA es muy clara. «Lo que sí está verdaderamente tensionada es la producción de alimentos», afirma. Y resalta que en el caso de que se quitaran regadíos en España, se condenaría a todos los modelos de agricultura incluyendo al tradicional.
En este sentido, añaden que si la agricultura tradicional lo está pasando mal, «sobre todo es por los abusos comerciales que permite la Administración –que se traducen en crisis de rentabilidad, falta de relevo generacional y abandono de campos– y por el discurso del ecologismo pseudocientífico que tiene medio engañada a la sociedad y que los políticos asumen mediante restricciones y prohibiciones al campo».
La organización agraria acude también a argumentos científicos. En este sentido, cita al doctor Millán Millán que defiende que el regadío en la Comunitat es imprescindible porque el que está cerca de la costa aporta la humedad relativa que le falta al aire procedente del mar para que se puedan producir lluvias en el interior valenciano.
Para los agricultores el dilema que plantean los ecologistas entre vida natural y cultivos no tiene por qué existir. AVA acusa a los ecologistas de que «sus planteamientos ideológicos únicamente buscan recortar los regadíos, aunque ello supusiera menos soberanía alimentaria, más despoblamiento rural, más incendios y más desierto».
AVA coincide con Greenpeace en que el agua en España es escasa y señala que hay una zona lluviosa donde sobra y otras secas, donde escasea. Pero «esto no quiere decir que no haya agua suficiente en el conjunto del país para los usos permitidos y asignados por la administración».
Aunque el agua está contaminada en determinados puntos, la mayor parte se encuentra en perfectas condiciones. La principal causa de esta situación, señalan los agricultores, son los vertidos urbanos e industriales que llegan a las masas de agua. Consideran que los productos fitosanitarios que se utilizan para las plagas y enfermedades «pueden generar una parte minoritaria», pero destacan que la mayor parte de las materias activas ya han sido prohibidas y el resto, muy pocas ya, tal y como destacan, «presentan un impacto prácticamente inocuo».
Por otra parte, consideran que el agua está mal gestionada por los políticos. En este sentido, critican la demolición de presas, la falta de trasvases. «Al seguir los planteamientos erróneos de los ecologistas radicales, las administraciones no han ejecutado las obras necesarias para distribuir el agua que tenemos y cubrir todas las necesidades. En nuestro caso para producir alimentos saludables, abundantes y de calidad», han expresado.
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