![El ecologismo ataca con más dureza al regadío por la sequía](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/05/15/180341580--1200x840.jpg)
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C. B.
VALENCIA.
Lunes, 15 de mayo 2023, 00:05
El ecologismo radical está aprovechando el agravamiento de la sequía para intensificar sus ataques contra la agricultura de regadío, a la que le achaca todavía que consuma el 80% de toda el agua, cuando en realidad ya está por debajo del 70%, y además se incide con conceptos vagos que demonizan a la «agricultura intensiva e industrializada» en general, sin concretar, lo que contribuye a extender ante la opinión pública poco informada la idea de que regar es malo o negativo, cuando depende de ello la disponibilidad de alimentos suficientes, sanos y a precios soportables.
La estrategia prioritaria hoy es que los ríos fluyan en libertad y que abundan los pozos ilegales. En consecuencia, Greenpeace considera que las medidas para paliar los efectos de la sequía aprobadas por el Consejo de Ministros son «insuficientes y cortoplacistas». Dice que aunque permitirán paliar los impactos de momento, no preparan a España para «los graves problemas de agua que deberá afrontar en el futuro» por el cambio climático.
El responsable de agua de Greenpeace, Julio Barea, ha criticado el plan de choque del Gobierno por dotar de ayudas a la agricultura sin cambiar el modelo agrario a largo plazo. Advierte de que los principales afectados son, precisamente, la agricultura tradicional y familiar, que se volverá «inviable» por la falta de agua y por la «apuesta de las administraciones por las macro-industrias agropecuarias». Respecto a las inversiones en obras hidráulicas, el portavoz de Greenpeace denuncia que «sigue perpetuando un modelo de agricultura industrial» e «insostenible» y considera que modernizar regadíos «no es la solución» porque dan la «falsa percepción de que hay más agua», lo que provoca un aumento de la superficie de riego y de la densidad de plantas, así como un cambio hacia otros cultivos más demandantes de agua, al estimular dobles o triples cosechas y eliminan los retornos naturales al medio ambiente.
A juicio de la organización, todo ello anula las presuntas ventajas de modernizar regadíos para ahorrar agua y, por el contrario, eleva el consumo total. En su lugar, Greenpeace califica de «importante» que el plan invierta en depuración y reutilización de aguas residuales y en restaurar los ecosistemas hídricos (ríos sin diques), muy castigados por la mala gestión.
Propone un plan para reducir la superficie de regadío intensivo e industrial, no permitir proyectos muy demandantes de agua, intensificar el control y cerrar pozos ilegales, detener y reducir la ganadería intensiva, establecer una hoja de ruta para una transición hacia la agroecología y perímetros de protección en las zonas de captación de agua. Además, plantea fomentar las medidas de ahorro y reutilización, aumentar el presupuesto para gestión forestal, priorizar la alimentación vegetal y reducir el consumo de carne.
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