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Los ahorros se resienten ante la subida de precios generalizada. REUTERS
Ahorros, subida de precios | Los ahorros de los valencianos se esfuman

Los ahorros de los valencianos se esfuman

Crisis social. Los precios disparados ya obligan a los ciudadanos a retirar 1.000 millones de euros de sus depósitos bancarios para poder afrontar los gastos

Sábado, 3 de diciembre 2022, 23:37

Ha llegado la hora de romper el cerdito. Los españoles ya tiramos de la hucha para aguantar el temporal económico mientras los precios crecen por encima del aumento de salarios. Lo constataban a principios de esta semana las estadísticas sobre depósitos en los hogares publicadas por el Banco de España. Las arcas colectivas de las familias se situaban en octubre en 987.000 millones de euros, pero han marcado este mes la mayor reducción desde julio de 2019, con una racha de tres meses consecutivos de descensos que no se veía desde 2016. Aparentemente, es el punto de inflexión. El momento en que las rentas o salarios ya no soportan tanto gasto diario y hay que rebuscar en lo ahorrado.

Los últimos datos autonómicos sobre estado de los depósitos de familias y empresas son de junio. Y cifraban en 124.300 millones de euros la hucha total de la región. Realmente, es la cifra más alta desde 2016. Pero la proyección respecto al dato nacional de octubre esboza ya una reducción de al menos 1.000 millones de euros de ahorros en nuestro territorio desde verano.

«Y teniendo en cuenta que la renta per cápita de la Comunitat es un 12% inferior y que la inflación es similar a la de España, es razonable que aquí el recurso al ahorro sea mayor», apunta el catedrático de Análisis Económico Joaquín Maudos.

¿Cómo marchan sus ahorros?

Salimos a la calle con una sencilla pregunta: ¿Cómo marchan sus ahorros? «Hago lo mismo que hacía, sin grandes caprichos, y ya están bajando», cuenta una mujer. «Estaba ahorrando y ahora se han estancado, supongo que lo siguiente será que empiecen a bajar», confiesa una joven. «Llevan ya meses bajando», dice otro consultado en Valencia. Y la respuesta que más preocupa: «¿Ahorros? ¿Qué ahorros? Querrá decir las deudas».

Ese giro en las economías familiares también se aprecia al observar la evolución de las rentas y gastos medios de los hogares valencianos. En el año de la pandemia, y a fuerza de no salir, ahorramos colectivamente. Según datos del INE, la renta media de las familias se situó en casi 28.000 euros, mientras que los gastos se elevaron a 26.000.

Al año siguiente, en 2021, las tornas cambiaron: entraba ya menos dinero en las casas de la región y las familias tuvieron que gastarse 2.000 euros más de media al cabo del año. El precio del combustible ya empezaba a crecer y estaba por llegar el efecto de la guerra de Ucrania y la carestía generalizada de alimentos.

Fernando Móner está al frente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU). «Las huchas de los valencianos se vacían desde hace meses», aprecia. «Con la pandemia y las restricciones se produjo un ahorro considerable. Cuando se abrió la movilidad y cayeron las limitaciones gastamos mucho en ocio y en compras, pero no a los niveles previos, con lo que se continuó generando ahorro».

Factura energética

Obviamente «esta evolución se da sólo en las familias con estabilidad laboral y de ingresos», matiza Móner. Después, con el encarecimiento generalizado, «el ahorro baja por el incremento de la factura energética». Y no sólo eso. «Se ha incrementado el endeudamiento», apunta el experto en consumo.

Para que las huchas no se vacíen o entremos en números rojos, «los valencianos estamos ya cambiando hábitos en la alimentación, pues productos esenciales han crecido por encima del 25%, como el aceite», apunta Móner. Otro ejemplo es el descenso en la compra de vehículo nuevo y el incremento en la compra del usado. Muchos, añade, «se preguntan por qué el ocio no ha caído aún de manera drástica». Una razón es que su IPC no ha ascendido tanto como el de otros productos. Sólo un 4% desde 2019 en la Comunitat. «Y veníamos de estar encerrados en una cueva», por lo que aprecia un efecto válvula de escape «que ha hecho que se gastase incluso lo que no se tenía». Y la Navidad llega con incertidumbre: «Los juguetes se han encarecido un 13%».

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Sueldos estancados

Una encuesta de la empresa Intrum de gestión de créditos y activos toma el pulso a las tendencias en los hogares valencianos: el 86% de los hogares ya sufre el impacto de la inflación, el 31% reconoce no haber abonado a tiempo alguna de sus facturas durante el último año, el 63% ya está reajustando gastos y suprimiendo actividades como comidas o cenas en restaurantes. Otras medidas de contención son gastar menos en regalos, buscar ofertas 'online' o cancelar suscripciones en plataformas digitales de televisión o música.

Precios disparados y salarios que crecen, si es que crecen, a paso de tortuga. Lola Ruiz Ladrón de Guevara, es secretaria de acción sindical de UGT a nivel autonómico. «Las retribuciones en la Comunitat han subido algo más del 6% desde 2019». Sin embargo, los precios se han disparado un 11% desde entonces. Si nos fijamos sólo en este año, el más crítico tras la guerra en Ucrania y la crisis energética, el ascenso salarial es de casi un 4% frente a una inflación del 9%.

«Hay una perdida de poder adquisitivo por encima de los cinco puntos. No crecen los salarios al ritmo del incremento de precios y tenemos que tirar de ahorro. Salarios realistas ante al ascenso de precios «sólo los logran empresas muy grandes del sector industrial, pero no en servicios». Es ahí, señala, «donde más sufre el trabajador de sectores como el ocio, hostelería, transportes, oficinas y despachos por cuenta ajena», apunta. «Y el aumento del salario mínimo tampoco ha compensado el gran ascenso del IPC». Según Jaume Mayor, secretario de Acción Sindical de Comisiones Obreras, «hay una mayor conflictividad laboral en la negociación de salarios, con acuerdos muy dispares y bloqueos en las negociaciones».

¿Qué sucede con los autónomos? En la Comunitat hay 361.000, un millar más que cuando empezó el año. Según la Asociación de Trabajadores Autónomos, «no hemos incrementado precios o, en todo caso, lo indispensable para sobrevivir». Es decir, «tenemos los mismos ingresos que hace dos años, pero afrontamos muchos más costes». Esto, «redunda en menos ganancias personales, menos ahorro y menos inversión para el propio negocio», con el colchón financiero «muy al límite».

Y cuantos más en casa, menos ahorro. Clara Fornés es la presidenta de Familias Numerosas Más de Dos. Y este es su análisis: «La energía y la alimentación nos está ahogando. Hay que incrementar las ayudas públicas a los servicios y productos básicos de alimentación». Y cuando los ahorros ya se han esfumado, sólo queda el banco de alimentos. «En el nuestro vemos cómo el número de familias que solicitan el acceso a la comida está aumentando con el paso de los meses».

Marián Cabeza | Propietaria de peluquerías

«O subo los precios o la peluquería se convierte ya en una oenegé»

Mientras que los ingresos se mantienen estables de 2019 a 2022, los costes fijos se disparan en los centros de belleza

Por B. Hernández

Los autónomos sobreviven como pueden en un contexto de inflación. Marián es la copropietaria de cuatro centros de peluquería llamados: «Marián Cabeza Hair Academy». Incluso así, es prácticamente mileurista. Sus gastos se han disparado este último año mientras que sus ingresos permanecen estables desde 2019. «La factura de la luz se ha incrementado en un 40%», lamenta la empresaria. Lo mismo ha ocurrido con los productos de peluquería y estética. «Nos mantenemos fieles a las distribuidoras de siempre pero el coste de los tintes o de la cosmética se han incrementado de un 15 a un 25%», comenta Marián.

Las distribuidoras también se han visto afectadas y no reponen muchos de los productos de los que solían disponer o han encarecido demasiado el coste de venta al público.

Empresaria. MariánCabeza,copropietaria de 'Marián Cabeza Hair Academy'. Iván Arlandis

Ante esta perspectiva, se han visto obligados a incrementar el precio de los servicios que ofrecen. Pero esta subida de los costes no es equivalente a los gastos que tienen que afrontar. «Tenemos que subir los precios o el negocio se convierte ya en una oenegé», confiesa la copropietaria de las peluquerías.

La tendencia en los clientes ha cambiado. «Antes se gastaban más dinero en el salón pero ahora han reducido los tratamientos que se realizan», confiesa Marián Cabeza. Por ello, necesitan captar más clientela para mantener sus ingresos aunque implique pagar publicidad de su bolsillo.

«Con tan poco aumento de pensión hay que tirar del dinero del banco»

El hombre de 74 años asegura que dos de sus cinco hijos se han independizado juntos «para poder hacer frente a tanto gasto»

Por J. A. M.

Tiene 74 años. Informático jubilado, pensionista y voluntario de Más de Dos Familias Numerosas. Padre de cinco hijos y abuelo de ocho nietos nietos. En noviembre de 2019 su pensión era de 1.274 euros. La última de este año, de 1.337. Sube muy poco mientras la inflación ha crecido un 11%.

Y, claro, su hucha mengua. «Con tan poco aumento de pensión y tal y como están los precios hay que tirar del dinero del banco. Los ahorros nos habrán bajado un 10%», reconoce. «Y gracias a que nuestros hijos se han independizado podemos subsistir, sino sería imposible».

Ya han llegado las escaseces y límites su hogar. «Uno de nuestros coches tiene 25 años. Y no podemos comprarnos otro. Las comidas o celebraciones ya no son fuera, sino en casa», ejemplifica.

Pensionista. Ximo Cañada muestra el escaso aumento de su pensión, menor que el incremento de precios. Txema Rodríguez

Ante el torbellino de la carestía, tres de sus cinco hijos, mantienen una situación «más o menos estable, pero otros dos no, hasta el punto de tener que vivir juntos para costear el alquiler y el gasto eléctrico» con sueldos mileristas. Uno de ellos trabaja en la hostelería y no puede ahorrar. El otro vive del sector inmobiliario y tres cuartos de lo mismo. «Mientras esté la cosa así no podemos vivir en solitario, menos mal que nos llevamos bien», le cuentan a su padre.

Según relata, «viven sin pareja y no tienen prácticamente nada ahorrado. Van al día. Ponen muy poco la calefacción, comen más barato que antes, usan mucho transporte público y gastan lo justo en ocio. Sus sueldos apenas han crecido y al menos su casero no les ha subido el alquiler».

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