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Los campos de arroz de la Albufera aparecen ahora cubiertos de agua. Es la 'perellonà', la inundación invernal, que aunque no tan abundante como otros años por la sequía (lleva tres meses sin llover en Valencia), continúa en los terrenos del parque natural. Ahora ... las labores agrícolas prácticamente son inexistentes, pero los arroceros ya miran a la próxima campaña y muestran su preocupación por la presencia de miles de flamencos en este espacio natural.
Los agricultores ya han mostrado su preocupación por la masiva presencia de estos flamencos en vistas a lo ocurrido esta pasada campaña. Con sus patas estas aves pueden destrozar los campos de arroz, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Ante ello, los arroceros temen que vuelva a ocurrir algo semejante que haga peligrar la cosecha.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) advirtió este pasado martes de los riesgos. «Estamos asustados, si no se toman medidas antes de la próxima campaña del arroz, los flamencos nos van a hacer un daño terrible». Son palabras de José Pascual Fortea, responsable de la sectorial del arroz de AVA, que añade que «la cría y multiplicación de ejemplares en el paraje amenaza con incrementar las pérdidas en el sector». Fuentes de la entidad explican que estas aves pisotean los campos recién sembrados con tal virulencia que los agricultores no sólo pierden esas plantas sino que, en muchos casos, no resiembran porque no vale la pena, ya que la producción recolectada en la siega resulta tan exigua que no compensa los costes de producción.
Este miércoles la presencia de los flamencos era menos abundante que la de hace unos días cuando se superaron los 28.000 ejemplares en la Albufera. Según fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente este miércoles habrá unos tres mil dispersados por todo el parque natural.
La dirección general del Medio Natural y Animal de la Conselleria de Medio Ambiente realiza controles diarios tanto del estado del agua de la laguna como de la fauna que se registra en el parque natural. Según estas fuentes, la llegada de flamencos se produce por dos motivos: por la temperatura y porque la Albufera es un humedal que goza de buena salud.
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Juan Sanchis
Desde la conselleria sostienen que se trata de bandadas de flamencos que entran de forma normalizada. «El número es adecuado y acorde a otros años», apuntan y recuerdan que lo que perjudica a los arroceros es que estas aves nidifiquen y críen. Pero parece que no va a ser así, según sostienen desde Medio Ambiente.
Apuntan que este año se han detectado 600 estructuras de nidos que han sido abandonadas y no han acabado de realizarse. Además, únicamente se han localizado 60 huevos puestos, que también han sido abandonados, es decir, que no han nidificado.
El año pasado para evitar la nidificación (por los daños que se producen en la agricultura y porque muchas crías mueren) se jugó con los niveles de agua pero este año no ha sido necesario. Toda esta información se ha trasladado a los arroceros que después de los controles realizados esta especie no ha nidificado y, por tanto, con los registros actuales, no se prevén daños sobre los cultivos.
En este sentido, Fortea también ha señalado que la presencia de los flamencos no sólo perjudican a los agricultores sino que desplazan a otras aves como son los patos, la focha común o el pollo de agua.
La presencia de los flamencos no es de las únicas preocupaciones de los arroceros ante la próxima campaña. En este sentido, señalan que, aunque todavía quedan cuatro o cinco meses para la siembra, hay otros factores que les mantienen en alerta.
Uno de estos son las precipitaciones. En este sentido, Fortea ha indicado que «como se ponga a llover durante la siembra (en la primera quincena de mayo) vamos a tener problemas».
Por otro lado, el delegado de AVA ha indicado que otro de los problemas para el arroz es el excesivo calor. «Tanto calor no es bueno», resalta y añade que es conveniente que haga algo de frío para el campo durante el invierno que es cuando los campos están sumergidos por la 'perellonà' hasta fines de marzo.
Este año la inundación invernal no ha sido tan buena como la del año pasado cuando había más agua. Las escasas lluvias han hecho que las reservas hayan caído y que la 'perellonà' no haya alcanzado los niveles habituales. Ante ello, se ha tenido que recurrir al envío de agua de otras fuentes, como los 6,5 hectómetros cúbicos aportados por la Acequia Real del Júcar. También se ha tenido que enviar agua procedente de la depuradora de Pinedo. En concreto, 248.400 metros cúbicos por tanda de riego durante los próximos 45 días.
De hecho, la laguna ha empezado a reaccionar ante estas remesas de agua y esta ha empezado a cambiar de color y ya no es tan marrón como ha llegado a estar durante las últimas semanas.
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