Una mujer camina por una calle de la localidad de Zarra. Manuel García

El alcalde más joven para el pueblo más envejecido

Raúl Martínez tiene 26 años y también es el peluquero de Zarra, donde casi la mitad de sus convecinos superan los 64: «Aquí hay calidad de vida y por 20.000 euros puedes comprarte una casa»

Manuel García

Zarra

Martes, 1 de octubre 2024, 01:11

Extremos. El último pueblo de la provincia de Valencia, alfabéticamente hablando, vive en una paradoja. Un 44,2% de la población de Zarra, municipio de la comarca del Vall de Ayora-Cofrentes tiene más de 64 años. Es el municipio más envejecido.

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Al escuchar este ... dato, mucha gente pensará en un primer edil que ya peine canas o incluso jubilado.

Pero Raúl Martínez es insultantemente joven. El próximo 23 de octubre cumplirá 27 años. Para poner esta cifra en contexto, el primer edil de Zarra no supo de la existencia de Diana de Gales (murió unos meses antes de su nacimiento) ni del shock que supuso para toda España el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. En el año en que el alcalde de Zarra nació, Alejandro Sanz sacaba su cuarto disco de estudio y la infanta Cristina se casó con Iñaki Urdangarín 19 días antes de la llegada al mundo del hoy alcalde.

Precisamente para luchar contra este envejecimiento de la población, el propio alcalde da ejemplo. Nacido en la localidad, de la familia de los Raspas, y tras estudiar Primaria y Secundaria en la zona, se fue a estudiar peluquería a Valencia. Allí comenzó a trabajar pero la pandemia marcó un punto de inflexión. «Me cansé», explica.

Al volver al pueblo, comenzó a pasar por las casas para cortarle y arreglarle el pelo a la gente. Ahí se dio cuenta de que había bastante volumen de trabajo y decidió abrir su propia peluquería, negocio que cumplirá dos años en diciembre. Ahí está los lunes y los martes por la mañana. A partir del martes por la tarde ya se centra más en las labores de primer edil, aunque eso no quiere decir que descuide su labor como peluquero si alguien lo requiere.

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Por eso, cuando alguien quiere hablar con el alcalde, según explica el mismo, lo tiene fácil: pide cita para cortarse el pelo y, por el mismo precio, puede contarle al primer edil sus cuitas: «Es atención personalizada», comenta Martínez.

Con una trayectoria fugaz, con 21 años fue concejal y con 25 alcalde, por lo que cree que es el primer edil más joven de la provincia, Martínez está tranquilo con la situación del municipio, que tiene 364 habitantes según los últimos datos oficiales, y no se muestra muy preocupado por ser el pueblo más envejecido de la provincia.

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Aunque no reciben nuevas altas, cree que quienes puedan teletrabajar deberían contemplar la opción de ir a vivir a Zarra, ya que ofrece tranquilidad y calidad de vida y vivienda a un precio casi ridículo para otros municipios: «Por 20.000 euros perfectamente puedes comprarte una casa para vivir».

Cuando su profesión y la alcaldía se lo permiten, a Raúl le gusta juntarse con sus amigos, que en realidad es todo el municipio, y tomarse algo, o recorrer las tranquilas sendas y caminos con que cuenta la localidad.

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Pero hay más voces que opinan sobre la situación de Zarra. Amparo es la secretaria de la asociación de jubilados y pensionistas de la localidad. Y no está preocupada por la situación del municipio: «Aquí siempre ha sido así. No veo que se vaya a quedar vacío. Envejece porque la gente que viene es la que se ha jubilado y viene de países como Holanda o Inglaterra», pero defiende que hay vida en el pueblo.

Uno de estos extranjeros que ya se siente un zarrino más procede de la ciudad escocesa de Dumferline. De conductor de autobús en Londres a trabajar una papelería y como enfermero de mayores, Keith Buchanan también está más que contento por vivir en un pueblo tan tranquilo.

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El 25 de marzo de este año se sometió a un doble trasplante de pulmón y su estado de salud, desde aquel día, sigue mejorando. Defiende que aunque son una población 'veterana', eso no quiere decir que caigan en la apatía. Al contrario, hay entusiasmo en todo lo que hacen: «Me sentí uno más desde el tercer o cuarto día que llegué aquí». Hace ya más de dos décadas de ello. En 2003. Hoy, a sus 62 años, defiende la calidad de vida que existe en el municipio. Y no lo cambiaría por nada.

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