Alumnos de Secundaria camino del instituto, en una imagen de archivo. Pablo Lorenzana

Los alumnos de la Comunitat, entre los que más suspenden de España

El porcentaje de estudiantes que pasan de curso arrastrando materias sigue marcando máximos con la Ley Celaá

Joaquín Batista

Valencia

Jueves, 9 de enero 2025, 00:02

La Comunitat Valenciana es una de las regiones españolas en la que más se suspende, según la última estadística sobre resultados educativos publicada en diciembre por el Ministerio de Educación. Aunque el dato exacto fluctúa en función del curso, prácticamente lo hacen uno de cada ... cuatro estudiantes en la ESO, porcentaje que se reduce ligeramente en 1º de Bachillerato (algo más de un tercio) y cae de manera significativa en 2º: aproximadamente uno de cada diez.

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La información, más allá de lo que denota -o el sistema valenciano y su alumnado tiene más carencias o presenta mayores exigencias que en otras regiones- también es llamativa por la evolución de la tasa a medida que avanza el estudiante, lo que se puede explicar en que la repetición de curso actúa como un filtro: sólo pasan los que están mejor preparados, que en el siguiente nivel o etapa presentan un mejor desempeño.

La última actualización se refiere al ejercicio 2022-2023. Aunque ya queda lejos, también resulta interesante porque ayuda a medir la influencia de la última reforma educativa que trajo la Lomloe, popularmente conocida como Ley Celaá. Aquel fue el segundo ejercicio de implantación de las nuevas reglas de promoción, más laxas que con la Lomce del PP, la ley orgánica anterior. A grandes rasgos, en la decisión ya no pesaba tanto el número de materias pendientes (con tres se repetía, por regla general), sino la decisión colegiada del equipo docente sobre las posibilidades del estudiante para seguir progresando. En este sentido, los datos acreditan que cada vez hay más alumnos que pasan de curso con asignaturas suspendidas.

El ministerio da cuenta del porcentaje de estudiantes que pasan de curso en los distintos niveles (desde 1º de la ESO hasta 2º de Bachillerato), de aquellos que lo hacen con todas las materias superadas y de los que tienen alguna pendiente, sin precisar cuántas. Por tanto, dándole la vuelta al primer parámetro (el total de los que promocionan) se puede extraer cuántos no lo hacen. Y si a este porcentaje se suman los que progresan con asignaturas pendientes se puede construir el ranking de suspensos a nivel autonómico.

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En el curso 2022-2023, en 1º de la ESO, pasaron de curso el 91,9% de los valencianos matriculados, por lo que no lo hicieron (o repitieron) el 8,1% restante. Y de entre todos los que avanzaron, el 30,8% arrastraba algún suspenso. Por tanto, el 38,9% del total tropezó en al menos una materia. La Comunitat es la tercera región con peores registros, pues sólo mejora los de La Rioja (40%) y los de Castilla-La Mancha (39,3%). Y sin contar a las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta, donde el volumen de alumnos en esta situación se dispara (49,9% y 54,7%, respectivamente). Es la tónica general en todos los cursos y etapas.

En 2º de la ESO, la región valenciana ocupa la primera posición de la clasificación (47,7%), seguida de Castilla-La Mancha (43,8%), mientras que para 3º de la ESO baja al segundo escalón del podio (45,4%, por detrás de Murcia, que llega hasta el 47%). En 4º mejora un poco la posición, aunque sigue en los puestos más altos (el cuarto, con un 39,6%), mientras que en 1º de Bachillerato se vuelve a la segunda plaza (34,6%). En cuanto al curso previo a la selectividad, la estadística es distinta, pues sólo ofrece el porcentaje de los que pasan de curso, sin distinguir si lo hacen con alguna materia pendiente (de manera excepcional, la Lomloe permite hacerlo con una). Dándole la vuelta al parámetro se infiere que el 11,6% de los estudiantes no promociona, situando a la región valenciana a mitad tabla (noveno puesto).

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La información ministerial también permite observar la evolución en diferentes ejercicios, confirmando el efecto que está teniendo la Ley Celaá. Hay más alumnado que avanza, algo lógico teniendo en cuenta que la norma dice que la repetición debe ser extraordinaria, creciendo con especial intensidad el porcentaje de estudiantes que lo hacen, pero con suspensos. Es lo que le sucedió, en 1º de la ESO, al 30,8% del total en el curso 2022-2023, (31,5% en el 2021-2022, primer ejercicio de aplicación de las nuevas reglas de promoción). En 2º la cifra se situó en el 36,7% (35,3% en el previo), en 3º llegó al 33,9% (frente al 32,8% anterior) y en 4º al 25,5% (25,6%). En cuanto a 1º de Bachillerato, las cifras fueron del 20,8% y del 20,6% respectivamente, y en 2º, sin diferenciar entre los que pasan con suspensos y los que no, del 88,4% y del 86,4%.

Es cierto que hay poca variación, pero de cinco niveles en tres se supera ligeramente el porcentaje de alumnos que promocionan con suspensos respecto al curso anterior, que ya fue de máximos. De hecho, a lo largo de la serie estadística sólo se superan estos datos en el 2019-2020, que fue del todo excepcional por la irrupción de la pandemia y la suspensión de las clases presenciales, lo que llevó a que la evaluación consistiera, prácticamente, en un aprobado general. En los anteriores, en los que estuvo vigente la Lomce del PP, las cifras fueron sensiblemente inferiores.

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Con la Lomloe actual se promociona hasta con dos materias pendientes, y para el resto de casos la decisión queda en manos del equipo docente, y tiene que ser colegiada. En la última reunión de evaluación se debe tener en cuenta si ha conseguido los objetivos de la materia, el grado de adquisición de las competencias trabajadas y valorar si puede «seguir con éxito el curso siguiente, estimar que tienen expectativas favorables de recuperación» y que al final la promoción «beneficiará su evolución académica».

Además, se debe «priorizar la progresión y consecución de los aprendizajes mínimos y valorar que las medidas favorezcan» su avance. Y tiene que contar con el visto bueno de la mayoría simple de los profesores de las diferentes materias. En caso de empate, la balanza se decantará con el voto de calidad del tutor.

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Bajo esta premisa, se puede avanzar con tres o cuatro materias, incluso con más, pues la norma no fija ningún límite, aunque la lógica indica que ningún profesional admitiría semejante escenario.

La Ley Celaá también ha modificado los requisitos para conseguir el graduado tras 4º de la ESO. Se aplican las mismas ideas que para el paso de curso: decisión colegiada, mayoría simple y valorando que el alumnado haya adquirido las competencias clave. Pero no se habla de límites de suspensos, al contrario que con la ley anterior, que no lo permitía con más de dos ni si coincidían entre estas Matemáticas, Castellano o Valenciano.

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