Los alumnos convivirán un año con las obras de reforma del campus de Tarongers

El objetivo es que las zonas comunes que conectan los edificios, donde abundan el adoquín y las superficies duras, se conviertan en espacios más verdes que se puedan utilizar para el esparcimiento, además de acoger eventos y actividades lectivas al aire libre. En resumen, que el campus no sea zona de paso, sino que invite a permanecer.

Según se desprende del pliego del concurso, los trabajos costarán como mucho dos millones de euros -será el precio de licitación incluyendo impuestos-, se realizarán en dos fases y tendrán que compatibilizarse con la rutina diaria de la universidad: las clases en los aularios, la actividad de la biblioteca y la labor docente en los edificios departamentales. En verdad estudiantes, profesores y demás personal están más que acostumbrados a convivir con las obras, pues en los últimos años han tenido que soportar la instalación del vallado perimetral o el refuerzo de las fachadas de los aularios.

Por esta razón, la empresa que gane el concurso -optan tres- deberá presentar «un plan que asegure la prestación de servicios» para que la intervención tenga la menor afección posible, permitiendo «el acceso en condiciones de seguridad a los edificios».

En cuanto a los plazos, se estima que los trabajos se deben realizar en doce meses como máximo y sumando las dos fases diferenciadas, empezando primero por la parte este de la parcela, entre la calle Ernest Lluch y los aularios norte y sur. La zona oeste, que engloba las Facultades de Magisterio y de Ciencias Sociales y el aulario oeste, tardará más en reformarse.

El motivo es que en esta zona están previstas otras actuaciones (un nuevo edificio de aulas y un salón de actos), por lo que la idea es no empezar a intervenir hasta que estén finalizadas «para evitar interferencias» entre ambas obras, facilitando el uso del campus durante ese tiempo.

Dicho de otro modo, el ajardinamiento tardará un año en realizarse en total, pero seguramente habrá un parón entre una fase y otra hasta que no se concreten los nuevos equipamientos.

Las primeras obras podrían iniciarse a lo largo de este curso, pues una vez redactado el proyecto (tres meses de plazo) sólo quedaría licitar los trabajos, además de las tareas administrativas que avanzan de manera paralela, como sucede con las pertinentes licencias.

La propuesta ganadora del concurso de ideas, que se abrió a la participación de toda la comunidad universitaria, fue Trencant en Verd. El proyecto prevé sustituir el parking que linda con los aularios norte y sur por una zona ajardinada que albergará espacios a modo de aulas al aire libre, nuevas zonas verdes salpicando el pavimento del corredor situado entre los aularios, mobiliario urbano como bancos, mesas y luminarias de bajo consumo, la plantación de 76 árboles adicionales para ganar sombra, la instalación de pérgolas y la creación de una plaza principal en la explanada que conecta con la biblioteca Gregorio Mayans. Esta, situada actualmente a una cota más elevada, se unirá al nuevo espacio mediante un graderío, permitiendo albergar eventos.