Una avioneta sobrevuela el incendio forestal de Barxeta. Jesús Signes

Cada año se queman en España 100.000 hectáreas de bosque

Los grandes incendios forestales continúan en aumento y se han incrementado un 25% respecto a la década anterior

Juan Sanchis

Valencia

Miércoles, 10 de julio 2024, 10:31

El número de incendios forestales ha disminuido en los últimos veinte años en España debido a la mayor concienciación ciudadana y a una ... mayor persecución del delito. Aún así la cifra es estremecedora. Cada año se queman en nuestro país unas 100.000 hectáreas de media. Son datos del informe 'Prevención de incendios: la restauración como herramienta' de WWF.

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Se da la circunstancia de que entre 2014 y 2023 la media de incendios se redujo un 37% respecto a la década anterior. Sin embargo, de media, al año se producen más de 9.700 siniestros de los que el 95% se deben a causas humanas. Un 55% de ellos son provocados y un 23% se debe a negligencias y accidentes. Otro 12% se origina por causas desconocidas.

Entre 2014 y 2023 la media de superficie forestal quemada se redujo un 13% respecto a la década anterior. En cambio, la cantidad de grandes incendios forestales -aquellos en las que arden 500 hectáreas o más- no ha parado de crecer con un incremento del 25% respecto a la década anterior. De esta forma, en los últimos diez años en España se han contabilizado 23 grandes incendios, apenas un 0,2% del total de siniestros, pero en los que ardió el 50% de la superficie afectada.

El informe resalta que el número de incendios se ha reducido y afectan a un menor número de hectáreas pero la siniestralidad sigue siendo muy alta. Al mismo tiempo se producen siniestros «más grandes virulentos y difíciles de apagar que agravan las consecuencias ambientales y sociales».

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Tal y como explica el documento, las cifras demuestran que los incendios son cada vez más extremos y difíciles de apagar, aunque se sumen más operativos por los que WWF insiste «en la necesidad de trabajar en una estrategia estatal de prevención integral de incendios forestales».

Por otro lado, las zonas de contacto entre el espacio urbano y forestal han aumentando lo que supone un peligro creciente. Y es que las viviendas que se ubican en zonas boscosas suponen un riesgo aún mayor. Aunque tienen la obligatoriedad de aplicar planes de autoprotección, menos del 80% de los municipios, casas y urbanizaciones en estas zonas cuenta con planes de autoprotección.

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El informe de WWF subraya que 2022 y 2023 «dejaron una dramática huella en los bosques españoles». El primero contabilizó 300.000 hectáreas arrasadas y fue uno de los más devastadores de la historia forestal española. El segundo, con más de 89.000 hectáreas arrasadas, es el cuarto peor año de la última década en número de siniestros.

Las condiciones climáticas adversas con sequías persistentes y bosques estresados y debilitados junto con el abandono rural, aumenta el riesgo de incendios extremos, concluye el documento.

Es evidente que las zonas rurales de nuestro país están pasando por un fuerte despoblamiento y envejecimiento rural, que conduce al abandono de usos tradicionales -agricultura, ganadería extensiva, selvicultura- y que esto se ve agravado por la ausencia de políticas serias que gestionen el territorio.

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«Este nuevo escenario pone de relieve que hemos dado la espalda al mundo rural y es necesario volver a enfocarnos en él para enfrentar el contexto actual. Para ello es necesaria una planificación y gestión a escala paisaje que, tomando a la naturaleza como aliada y ayudándola a través de la restauración de espacios degradados, nos permitan prevenir incendios inapagables», explica Lourdes Hernández, experta en incendios forestales de WWF España.

La organización recuerda que la prevención es la única estrategia eficaz ante el nuevo contexto de incendios agravado por condiciones meteorológicas extremas que ocurren en la actualidad.

Restauración

Por todo ello, WWF considera que la restauración ecológica es una herramienta muy útil para la prevención de incendios al crear paisajes resilientes al cambio climático y a los incendios del futuro. El objetivo es claro: crear ecosistemas sanos y vivos que cumplan sus funciones y procesos ecológicos y que sean más resistentes a posibles impactos futuros.

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Con esta visión, la ONG ambiental propone acciones colectivas y preventivas en aras de un territorio menos inflamable. Así, entre sus propuestas destaca generar un paisaje diverso, sostenible y rentable. Es clave recuperar las funciones de los bosques para que vuelvan a ofrecer recursos naturales que ayuden a regular el clima, favorezcan la biodiversidad y la variedad de hábitats y, a su vez, potencien la actividad económica en zonas rurales.

Para lograr estos objetivos es fundamental combinar la planificación territorial a gran escala con iniciativas a nivel local que vayan más allá de la actual política de extinción y las herramientas convencionales de prevención que, ante los nuevos retos de la emergencia climática, son insuficientes para poner freno a los incendios extremos.

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Así, en su nuevo informe, WWF propone a las administraciones públicas impulsar una serie de medidas para la restauración preventiva a escala paisaje, la gestión integral de los incendios y la reducción de la actual siniestralidad.

En cuanto a las recomendaciones para la restauración preventiva, destaca que nos encontramos ante una gran oportunidad con la reciente aprobación del Reglamento Europeo de Restauración de la Naturaleza que obliga a los Estados Miembros a poner en marcha medidas al respecto.

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Según Diana Colomina, Responsable del Programa de Bosques: «Es el momento de diseñar un Plan Nacional de Restauración ambicioso y participado, que contribuya a reducir el riesgo de incendios. Con respecto a la gestión integral, la principal medida es desarrollar y aprobar una Estrategia Estatal de Prevención Integral de Incendios Forestales». Y concluye: «Para reducir la siniestralidad y acabar con la impunidad de los responsables, proponemos que las administraciones incrementen las investigaciones para garantizar la aplicación de condenas y sanciones especialmente en zonas de alto riesgo».

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