El aumento del riego por el calor en otoño disparará los precios de frutas y hortalizas

Estas altas temperaturas tienen su repercusión en muchos ámbitos y la agricultura es uno de los que más la está sufriendo. Según explicaron fuentes de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), los valores tan elevados van a hacer que sea precisa más cantidad de agua para los cultivos.

Las mismas fuentes resaltaron que muchas de las explotaciones tienen que recurrir a aguas subterráneas para regar. Estas se obtienen a través del bombeo que conlleva el uso de la electricidad. Y es aquí donde los agricultores se topan con el alza de los precios de la energía que en un año han hecho que las facturas a las que se enfrentan se dupliquen o tripliquen. «Son las más altas de la historia y las comunidades de regantes están gastando más que nunca», aseguran.

Todo esto va a hacer que el coste de cultivos como las naranjas, mandarinas, caquis y hortalizas se dispare. Fuentes de AVA señalan que todo lo que sea vender el kilo de mandarinas por debajo de los 0,39 céntimos o de las naranjas a 0,32 implicará la no recuperación de los costes.

En el caso de los caquis, según las mismas fuentes, ya se ha producido una reducción de la cosecha del 50% por el clima, las plagas y las enfermedades. AVA estima que tendrán que vender por encima de los 0,4 céntimos de euro el kilo para recuperar los costes.

Por otro lado, las previsiones de Aemet para este otoño señalan que la tendencia más probable en el litoral mediterráneo es que la distribución de las precipitaciones que no se aleje de las cifras habituales.

Todas estas situaciones se produce después de que la Comunitat haya vivido el verano más cálido de la historia con una temperatura media de 25,3 grados, 0,3º más que el de 2003 que hasta ahora era el que tenía los registros más elevados y 2,3 por encima del promedio.

El director del centro territorial de Aemet en la Comunitat, Jorge Tamayo, calificó el pasado verano de «agobiante» con valores muy altos durante el día, muy mantenidos en el tiempo, y también durante la noche, sin las habituales brisas que suelen refrescar el litoral.

«Se están cumpliendo las predicciones del IPCC sobre el cambio climático», detalló Tamayo que indicó que los informes del grupo sobre el cambio climático ya advertían hace 30 años de este modelo de evolución de las temperaturas y «se están cumpliendo los peores augurios» y destacó que, pese que los científicos suelen «ser muy prudentes», en su último informe son «categóricos» en que la temperatura ha subido por la acción humana.

De los 110 días transcurridos entre el 1 de junio y el 18 de septiembre, 103 han tenido una temperatura media superior al promedio y los tres meses del verano han sido extremadamente cálidos.

El meteorólogo se refirió a que tanto la primavera como el otoño son las estaciones donde es más difícil establecer un pronóstico. Por ello, y aunque la temperatura del Mediterráneo se mantiene elevada, no hay información disponible para poder advertir de si desembocará en episodios de gota fría en las próximas semanas ya que para que se produzca este fenómeno depende de varias factores, que deben darse a la vez y en orden determinado y los modelos numéricos de predicción tienen limitaciones. «Tenemos la gasolina -la alta temperatura del mar (que alcanzó el máximo histórico el 11 de agosto con 29,3 grados)- pero no sabemos si tendremos coche o si esta gasolina le servirá-», puntualizó Tamayo.