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Los ayuntamientos aún no ponen todos los medios para controlar las colonias felinas. La falta de presupuesto en los ayuntamientos y las dificultades que ... conlleva han hecho que más de un año después de la aprobación de la ley de Bienestar Animal autonómica (en marzo de 2023) sea muy complicado la identificación y control de estos animales que conlleva el implante de microchips de identificación de estos animales, según explican las fuentes consultadas.
Así lo señala la jurista especialista en derecho animal, Amparo Requena, que ha destacado que algunos ayuntamientos están tratando de controlarlos pero otros muchos no hacen nada por identificar a las colonias felinas. En este sentido, resalta que en general todos los municipios «tienen que ponerse las pilas para cumplir lo que dice la ley. Tienen dos años para hacerlo».
Requena ha destacado la importancia de que se hagan los planes de colonias felinas que permita que todos los animales estén controlados. Para esto ha instado a que los ayuntamientos colaboren con las asociaciones que con sus voluntarios pueden ayudar a controlar las colonias felinas. «De otro modo no podrán hacerlo», ha indicado.
Por otro lado, ha pedido que los ayuntamientos pongan en marcha campañas de control de estos animales y en el caso de no estar identificados, procedan a sancionar.
La Ley de Bienestar autonómica indica que «los ayuntamientos, en coordinación con las entidades de protección y defensa animal, veterinarios y las personas que gestionan las colonias felinas, llevarán a cabo en sus municipios una gestión integral de las mismas». También señala que «los ayuntamientos elaborarán un registro de las colonias felinas existentes en el municipio, que incluirá el número de animales e identificación de los que las componen, características, ubicación de las colonias, circunstancias especiales y todos los datos necesarios para un conocimiento de la situación de estas colonias y posterior análisis de resultados y propuestas de mejora». De hecho, la forma más habitual de identificar a los animales es la imposición de un chip.
Precisamente hace una semanas vecinos de l'Estany de Pujol denunciaba, con ocasión de un ataque de gatos a los nidos del chorlitejo patinegro, el abandono en la que se encuentra una colonia felina ubicada en las inmediaciones sin que el Ayuntamiento de Valencia hubiera hecho nada por controlarla, según resaltaron los denunciantes.
Ya el presidente de la Organización Colegial Veterinaria de España (OCV), Luis Alberto Calvo Sáez, ha mostrado su «lógica preocupación» por las dificultades de aplicación de la norma nacional, aprobada un poco después que la autonómica. Las dificultades pasan por la falta de capacidad económica de muchos ayuntamientos para hacer frente a las obligaciones que marca el texto legal.
Por su parte, la presidenta del Colegio de Veterinarios de Valencia, Inmaculada Ibor, ha señalado que «una ley no se pone en marcha en dos días». En este sentido, ha indicado que se necesita una mayor concienciación de ayuntamientos, administraciones y los propios tenedores de animales. Ibor ha resaltado la importancia de la concienciación de todos los actores para cumplir los requisitos que implica la norma.
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Además, Inmaculada Ibor ha insistido en las bondades de los chips. Por un lado, permite a los propietarios controlar a sus mascotas, pero además tiene repercusiones en la salud pública por el control de enfermedades y plagas que implica. Además, es necesario para viajar al extranjero. También ha resaltado que desde el colegio se están lanzando campañas de concienciación de la identificación de los animales.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los ayuntamiento es la falta de presupuesto, especialmente los de más pequeño tamaño que carecen de los recursos necesarios para aplicar esta norma. Contratar un veterinario es caro. Según el presidente de la Organización Colegial Veterinaria, sólo hay 250 en un total de 8.100 municipios españoles. En la Comunitat Valenciana tampoco hay muchos, sólo los tienen los municipios más importantes.
Las administraciones superiores tampoco han hecho grandes esfuerzos presupuestarios. El Estado tiene previsto repartir dos millones de euros para los más de ocho mil municipios españoles, según destacan las fuentes consultadas, una cantidad que al repartirla queda en una nimiedad.
La Diputación de Alicante destina entre 250 y 300.000 euros para el cuidado de estas colonias con el método CES (captura de los animales de la colonia, esterilización de los gatos y posterior suelta). La de Castellón ha destinado unos 140.000 euros para la gestión de estas bandadas de felinos.
No existe un censo de cuántos gatos hay en la Comunitat Valenciana. Es un número muy difícil de conocer. Una de las novedades más relevantes de la nueva regulación autonómica, que entró en vigor en marzo del año pasado, fue extender la obligatoriedad de la identificación mediante microchip de los perros -ya entonces vigente desde mediados de los años noventa del siglo pasado- a los gatos y hurones. La norma daba un plazo de seis meses, hasta mediados de septiembre de 2023, para cumplir con este nuevo requisito. Pues bien, transcurrido justo un año y según la base de datos del RIVIA (Registro Informático Valenciano de Identificación Animal) las identificaciones felinas se han disparado hasta marzo un 56% y las de hurones un 23% en la provincia de Valencia; un 50% y un 24%, respectivamente, a nivel autonómico.
Pese a haber vencido el plazo legal marcado, el Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) considera que la evolución en cuanto al cumplimiento de la norma en este punto está siendo «positiva» pero remarca que aún falta «mayor concienciación» de los beneficios de la identificación. Así lo Inmaculada Ibor quien anuncia que la entidad ha promovido por ello una campaña divulgativa de sus bondades, con un decálogo que aporta las razones objetivas por las que conviene que a todas las mascotas se les implante el microchip: es un método rápido, seguro y barato; permite recuperar los animales al poco de verse extraviados o robados y luchar contra el maltrato y el abandono; contribuye al control de enfermedades; es condición necesaria para viajar con ellas al extranjero; permite acceder a determinados servicios y da facilidades para algunos trámites administrativos.
Entre marzo de 2023 y el mismo mes de este año se han registrado 23.095 nuevos gatos en la provincia de Valencia en el RIVIA, 46.663 en el conjunto de la autonomía, lo que arroja los citados incrementos del 56% y el 50%. Las cifras son destacables pero, según las estimaciones de los veterinarios que colaboran con este registro (que son casi todas las clínicas), aún están muy lejos de acercarse a la población real de felinos, ni la de los hogares valencianos ni la correspondiente a la de las colonias felinas, cuya responsabilidad recae según la Ley en los ayuntamientos. En el caso de los hurones las cifras son menos relevantes: solo se han identificado 220 ejemplares domésticos en Valencia, 435 en toda la Comunitat, números bajos para el que se considera tercer animal de compañía preferido por los valencianos, a considerable distancia de perros y gatos.
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