J. S.
Sábado, 19 de mayo 2018, 00:29
La presencia de la carabela portuguesa en las costas de la Comunitat ha obligado a cerrar varias playas. El Ayuntamiento de Alicante decidió el jueves prohibir el baño en las playas de San Juan, El Postiguet y la Albufereta ante la presencia de la carabela portuguesa.
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Alicante se unía así a la decisión del Consistorio de El Campello, que desde el martes mantiene cerradas las zonas de baño tras la localización de ejemplares de este protozoo.
La presencia de la carabela portuguesa, la más peligrosa que se puede encontrar en el Mediterráneo, obligó ayer al Ayuntamiento de Elche a tomar la misma decisión en las playas del Carabassí, El Altet y Arenales del Sol. Permanecen abiertas las de la Marina, El Pinet y El Rebollo, las más occidentales del municipio.
Mientras, el Ayuntamiento de Valencia tuvo que realizar una inspección en la playa de la Casbah en el Saler ante la llamada de algunos vecinos que creían haber detectado la presencia de la carabela portuguesa. Tras finalizar las pesquisas, el servicio de Playas consideró que se trataba de una alerta infundada. Tan sólo se descubrieron ejemplares de velella velella, una especie totalmente inofensiva. Tampoco se habían avistado en las playas de la Marina Alta.
En cualquier caso, la presencia de la carabela portuguesa no preocupa excesivamente a los expertos, que consideran que es un fenómeno puntual. Así lo explicó el director del director del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica de Valencia (Imedmar), José Tena, para quien la llegada de estos especímenes depende de un cambio en la dirección del viento. «No está pasando nada especial», aclaró. Según indican los expertos, los ejemplares que están apareciendo en la costa alicantina son los que quedan de los que fueron arrastrados del Atlántico al Mediterráneo por la borrasca Gisele en marzo.
Desde el Instituto de Ecología Litoral de Alicante recordaron que durante el fin de semana pueden llegar de forma masiva ejemplares de pelagia noctiluca, la segunda especie de medusa más peligrosa del Mediterráneo con una picadura urticante, impulsados por el viento de Levante.
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Juan Guillén, investigador de este instituto, explicó que en alta mar existe una importante presencia de medusas que, cuando sopla el viento de Levante, son arrastradas hasta la costa.
El científico indicó que especies como la pelagia noctiluca, velella o cotylorhiza tuberculata (medusa del huevo frito) son normales en aguas mediterráneas. Aunque consideró que dada la abundancia con la que se presentan este año, «podemos estar ante el inicio de un nuevo ciclo caracterizado por la numerosa presencia de medusas». Guillén destacó que entre 2009 y 2012 se detectó un aumento considerable de estos celentéreos al que siguió un periodo con escasos avistamientos. «Hay producción, porque se han localizado abundantemente en alta mar, pero que lleguen a las costas depende las condiciones meteorológicas», resaltó.
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