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20 metros. Es la distancia que actualmente separa el barranco del núcleo urbano. Joan Àngel Ferrando
Benillup | Benillup, un pueblo al borde del abismo

Benillup, un pueblo al borde del abismo

LA REGIÓN OLVIDADA ·

Las lluvias y la inacción política hacen que el barranco de Caraita amenace la supervivencia de este pueblo del Comtat

PAU SELLÉS

Lunes, 25 de abril 2022, 01:00

Puede parecer un abuso del lenguaje figurado, pero es totalmente cierto. Benillup es un municipio que se encuentra al borde del abismo. Concretamente a 20 metros, que es la distancia que separa el barranco de Caraita del núcleo urbano de esta localidad del Comtat.

Sus vecinos han visto durante décadas como el acantilado ha ido acercándose peligrosamente al pueblo. ¿La razón? La falta de acción por parte de las administraciones públicas y los sucesivos episodios de lluvias. Sin ir más lejos, el pasado mes de marzo cayeron 663 litros por metro cuadrado en Benillup, la cantidad más alta en un solo mes en los últimos 23 años.

Estas precipitaciones no hacen más que erosionar el barranco de Caraita, toda vez que su tierra se muestra incapaz de absorber tanta agua. «No podemos dormir. ¿Cuándo piensan actuar las administraciones? ¿Cuando sea demasiado tarde? ¿Será mañana demasiado tarde?». En estos términos se expresa Joan Àngel Ferrando, propietario de una de las 14 casas más cercanas al barranco de Caraita.

Ferrando recuerda que fue después de un intenso episodio de lluvias en 2004 que las reivindicaciones del vecindario se intensificaron. Sin embargo, la problemática se arrastra desde mucho antes. En concreto desde la década de los 50 del siglo pasado, cuando muchos benillupers se percataron del avance del barranco. Los vecinos de aquel entonces empezaron a tomar medidas dentro de sus posibilidades, por ejemplo, plantando diferentes especies arbustivas para consolidar el terreno.

Durante la década de los 80 se iniciaron los primeros contactos con las administraciones; unas relaciones que se intensificaron con el paso de los años, pero sin que ello redundara en solución alguna. «Se hicieron algunos estudios y hubo muy buenas palabras por parte de las administraciones, pero ninguna acción; ninguna actuación efectiva y ni mucho menos definitiva», denuncia este vecino.

«Falta de voluntad política»

Uno de los últimos proyectos en los que se llegó a trabajar fue el que impulsó la Generalitat Valenciana en 2007. No obstante, aquel conato de solución quedó en agua de borrajas. «Creemos que se trata de una falta de voluntad política. No hay coordinación entre las diferentes administraciones implicadas. No dejan de pasarse la pelota unas a otras».

La única vía de financiación que por el momento se atisba para consolidar el precipicio son los fondos europeos Next Generation. La Diputación de Alicante se ha comprometido ante el Ayuntamiento de Benillup a iniciar las gestiones para optar a estas ayudas. «Estamos a la espera de que se abra una línea de financiación que se ajuste a nuestras necesidades, pero no sabemos cuándo ocurrirá», asegura Javier Navarro, primer edil de Benillup. De acuerdo a los estudios que se han hecho sobre el terreno, el proyecto tiene una valoración económica superior a los dos millones de euros.

Lo que parece evidente es que los trabajos no se podrán acometer sin la ayuda de las administraciones supramunicipales. «Nuestro Ayuntamiento no tiene los medios necesarios, ni materiales ni económicos», afirma Navarro, y es que con unas cuentas municipales que rondan los 90.000 €, «solamente con la realización del estudio previo se nos iría el presupuesto anual».

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