'Bones festes'. El típico cartel luminoso de fiestas de cualquier pueblo da la bienvenida a Bocairent. Sin embargo, las bombillas hiladas, entrelazadas, no cuentan que este no es un pueblo cualquiera. Bocairent es el primer municipio de la Comunitat en fidelidad residencial. Esto es que más del 73% de sus habitantes han decidido quedarse allí a vivir, arraigados a sus empedradas calles, a su historia y a una identidad que se transmite de generación en generación. El resto de la población proviene en su mayoría de municipios cercanos o de otra provincia de la Comunitat.
Piedra y teja marcan el ascenso por una de sus múltiples cuestas, más que calles, que aún huelen a pólvora tras las fiestas patronales de Sant Blai. La cordà de la noche anterior mantiene ocupados a los trabajadores municipales del servicio de limpieza, mientras las balconeras religiosas, o 'penós' ondean con orgullo en honor al patrón que se celebra con moros y cristianos. El entramado urbano conserva el alma de su pasado musulmán, con callejuelas laberínticas y pasadizos excavados en la roca, lo que le convierte en uno de los pueblos más bonitos de Valencia.
En la plaza del Ayuntamiento, de origen medieval, también ondean orgullosos 'penós'. Es el corazón de un municipio que se mantiene muy vivo, ya que quedarse aquí es más que una decisión: es una manera de ser. Equidistante de todo, a una hora de Valencia, una de Alicante y poco más de Albacete, sus vecinos lo tienen claro: «Estamos en el centro».
«Vivir aquí es un privilegio», dice Inés, que con 27 años y una hija pequeña no se imagina en otro sitio. «La calidad de vida es excepcional. Tienes tranquilidad, pero también muchas actividades culturales y la sierra para pasear. Si necesitas algo más, tienes pueblos cercanos con más variedad como Ontinyent, que está a 10 minutos.» En esta localidad radica el hospital de referencia y está unida con Bocairent con autobuses municipales gratuitos. Inés lo tiene claro «Aquí vives maravillosamente. Lo tienes todo cubierto: ¿tranquilidad? la tienes; ¿fiesta? la tienes; ¿trabajo? también. Las cifras le respaldan: con un paro del 9,89%, la tasa de empleo es estable y posee un mercado laboral que ofrece oportunidades sobre todo en los sectores industriales y de servicios.
Inés, 27 años
Es la hora del almuerzo. Otra tradición que, como no podía ser de otro modo, se sigue a pies juntillas, y el olor a pólvora es sustituido por el de embutido. Nos dirigimos al bar Solbes y allí encontramos a Mari Carmen que tampoco cambiaría su pueblo por nada. «He nacido en Bocairent, he ido a la escuela en Bocairent, trabajo en Bocairent y me quedé en Bocairent.» Mari Carmen tiene una mirada franca y una risa contagiosa. Ha criado a dos hijos adoptados, uno de Valencia y otro de Colombia y aunque de orígenes distintos, también han decidido quedarse en el pueblo. «Y eso que mi hijo de 32 años a veces se queja: 'en este pueblo no hay nada', pero no se va, no.» Ríe enérgica. «On va a anar? Per l'amor de Déu».
Mari Carmen, 64 años
Manuel también nació aquí y destaca la seguridad. «Puedes dejarte la moto aparcada con las llaves puestas sin problemas.» Sus hijos, de uno y dos años, crecerán como él: jugando en los bancales, corriendo sin miedo. «En la ciudad, llevas a los niños a un parque pero tienes que estar vigilándolos todo el rato. Aquí te olvidas». Además, destaca lo cerca que lo tiene todo: «Llego al trabajo en diez o quince minutos y conozco a gente que vive en Madrid y le cuesta una hora entera. Una hora para ir y otra para volver. Yo pienso: son dos horas al día de tu vida...»
Desde la zona alta del pueblo llega un sonido de épocas pretéritas. Las campanas de la iglesia tañen la salida de la misa en sufragio por los festeros fallecidos. Lenta y pesadamente, los feligreses descienden la escalinata de piedra, mirando el suelo cautelosos para no resbalar. Ha llovido y las cuestas empedradas son traicioneras. Entre ellos, un grupo de mujeres arregladas, con la ropa de los domingos y de peluquería impecable, intercambian sonrisas coquetas cuando se les pregunta la edad. Finalmente confiesan: 82 unas, 88 otras, 93 la más dicharachera. Son festeras de toda la vida, algunas llevan 50 años participando en los actos, otras 75... «Lo mejor de Bocairent es la iglesia, la plaza de toros y el Museo Parroquial», afirman con orgullo. «Aquí tenemos hasta un sorolla». Y así es. Se trata del 'Guion de Sant Blai', obra del pintor valenciano datada en 1902.
Manuel, 46 años
Bocairent es así: historia viva, tradición arraigada y futuro asegurado. Con un grupo de edad predominante entre la población de 60 a 64 años, mantiene su esencia sin renunciar a la modernidad. Por un lado «hay mucha gente que vive en la misma casa donde lo hicieron sus padres», apuntan las festeras octogenarias; pero por otra parte «si necesitas algo de ropa o actualizar tus recetas lo miras por internet. Hoy tienes todas las facilidades del mundo», apunta Mari Carmen, la cocinera de amplia sonrisa.
Así, la vida transcurre perezosa pero firme, al ritmo pausado de las campanas y el murmullo de las tertulias en la plaza. Bocairent mira al futuro sin prisa, pero sin perder el paso, sabiendo que su mayor riqueza no está solo en sus piedras centenarias, sino en quienes eligen quedarse. Aquí, el tiempo no se detiene: simplemente sigue su propio compás.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.