Un hombre se asoma por la ventana al no poder dormir por el calor. LP

Cansancio, irritabilidad y ansiedad, entre los síntomas que provoca el calor de las noches tropicales y tórridas en Valencia

Las consultas al médico por los problemas derivados de la falta de sueño se multiplican durante este verano

José Molins

Viernes, 30 de agosto 2024, 00:31

Es complicado conciliar el sueño. Una y otra vuelta en la cama. El ventilador encendido, la ventana abierta, pero apenas entra aire que rebaje el calor, y desde la calle se escuchan multitud de ruidos que se añaden al cóctel. En los últimos años se ... han multiplicado las noches tropicales y tórridas en Valencia, y eso provoca problemas físicos y también mentales a los ciudadanos, tanto en su vida laboral como en la personal. Aumento del cansancio, mayor irritabilidad, dificultades para poder concentrarse y ansiedad son algunas de las consecuencias más comunes que causan las temperaturas elevadas durante la noche.

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La falta de descanso por no poder realizar bien el ciclo del sueño a causa del calor afecta a todos, pero especialmente a quienes ya no están de vacaciones y se han incorporado a su rutina laboral. «Quien tiene que ir a trabajar y levantarse pronto lo sufre más, porque se encuentra más cansado durante el día y no rinde igual», señala la médico de familia de Valencia Mari Carmen Gallego. «Al tener las ventanas abiertas entra luz, ruidos y la gente no descansa. Esto produce ansiedad, que la persona esté más irritable, que tenga somnolencia diurna y falta de concentración», añade la facultativa.

Pastillas

Todo esto provoca que durante este verano, como alerta Gallego, están yendo muchos pacientes a las consultas de Atención Primaria para pedir alguna solución en forma de pastillas para que les permita descansar mejor por las noches. Una circunstancia que los facultativos no ven con buenos ojos. «Tenemos más consultas por bajadas de tensión, se marean por el calor, y mucha gente viene pidiendo pastillas para dormir porque no pueden. Pero como el motivo es el calor, no pueden estar tomando pastillas por eso, es una situación que ha aumentado mucho», explica la doctora.

«No podemos recetar pastillas porque el calor no es un motivo para dar un tratamiento para dormir, que además crean dependencia y luego cuesta mucho quitarlo. No es la solución indicada dar un tratamiento por el calor», apunta la médico sobre esta situación, que este verano se ha convertido en habitual en los centros de Atención Primaria.

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En la ciudad de Valencia en este año 2024 ya ha habido 74 noches tropicales (con temperaturas mínimas por encima de los 20 grados) y 12 tórridas (más de 25 grados), y la previsión de los expertos es que hasta casi el mes de octubre seguirán aumentando estas cifras. Según explica la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunitat, la subida de temperaturas en la ciudad es más alta que en el exterior por el efecto combinado de la isla de calor urbana y del cambio climático, ambos factores por causas antrópicas. De hecho, en los cuatro años que llevamos de década ya ha habido el triple de noches tórridas (62) que en los primeros diez años de este siglo (21), una muestra clara de cuánto está aumentando esta situación.

Y por supuesto el calor nocturno también afecta a la salud mental. «La ansiedad aparece porque hay una preocupación excesiva por algo, es una respuesta fisiológica al miedo. Si estás muy nervioso, irritado, irascible, eso provoca ansiedad, y al final si alimentas esa situación, vas a desarrollar un cuadro», dice Roque López, psicólogo en Metta Centre de Valencia. «Hace más calor, se duerme peor, y afecta. La sensación de no haber confort es mayor, te sientes alterado, y esa falta de sueño produce pensamientos distorsionados, una sensación rara, en la que se duerme a destiempo, con una desorganización del ciclo de sueño», añade.

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El psicólogo asegura que a estas situaciones «no se les debe dar un cariz de trastorno, porque es algo normal por el calor, si no al final se acaba por desarrollar un cuadro de ansiedad», explica. «Es verano, no descansar es malo pero resulta casi inevitable, y esa falta de descanso provoca reacciones, porque todas las zonas del cerebro necesitan descansar, si no se distorsionan, es como un motor de un coche, que no funciona bien», argumenta López sobre este asunto.

Los dos expertos coinciden en que esta mala calidad del sueño a causa del calor provoca también que se vaya con mayor frecuencia a la cocina a comer algo en la madrugada. «La gente come más durante la noche, y eso no es saludable, lo que provoca un aumento de peso», apunta Gallego. «Al despertarse por la noche, empiezan a dar vueltas a las cosas, van a comer o beber algo. Estaría bien que antes de dormir se intente hacer alguna práctica de relajación y meditación para rebajar el nivel de activación mental», expresa el psicólogo.

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